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PARASHA HAAZINU

 

B"H

Moshé comenzó su poético discurso al pueblo invocando a los cielos y a la tierra como testigos eternos de sus advertencias. Marcó el contraste entre la fidelidad y la justicia de Hashem, y las formas corruptas de Su nación elegida. Si los benei Israel inquirieran sobre la vieja generación, se les diría cómo D-s había elegido a Israel entre todas las naciones y cuidado a sus miembros en el desierto como un águila cuida a sus crías. Sin embargo, en generaciones posteriores Israel podría volverse hacia otros objetos de culto

Consiguientemente, D-s promete castigar su falta de apreciación negango Su favor. Tanto los jóvenes como los ancianos serán castigados con el saqueo y la crueldad del enemigo. Será sólo Su preocupación la que evitará la completa destrucción de Israel.

En consecuencia, los benei Israel deben comprender que sólo por medio de la providencia del Señor podrían rechazar ejércitos muy superiores. Es imprescindible que reconozcan que existe un sólol D-s, Cuyo poder es absoluto.

Después de completar este discurso, el Señor le dijo a Moshé que ascendiera al Monte Nevó para que pudiera ver la Tierra Prometida antes de morir.

 

 

 

PARASHA NITZAVIM-VAIELEJ

B"H

Resumen de la Parashá Nitzavím

 

El día en que debía morir, Moshé reunió a todos los hombres, mujeres y niños de Israel para comprometerlos en un pacto con D-s, según el cual no sólo los benei Israel presentes eran confirmados como el Pueblo Elegido, sino también todas sus generaciones futuras.

Se formuló una advertencia a todo aquel que contemplara rechazar a Hashem en la creencia de que las maldiciones antes mencionadas no se derramarían sobre él. Esta actitud provocaría la cólera del Señor y la persona en cuestión sería borrada de la faz de la Tierra. Si era el pueblo el que pecaba, toda su tierra sería destruída. Cuando las generaciones siguientes preguntaran sobre las causas de esa destrucción, se les respondería que había sobrevenido a raíz del abandono de D-s y Sus mandamientos.

Después que los judíos hubieran experimentado la bendición y la maldición de D-s, y retornado a Su congregación, El Todopoderoso reuniría de la dispersión y los regresaría a la Tierra Prometida. Entonces la maldición sería transferida a los enemigos que habían perseguido y oprimido a los judíos. Estos, por otra parte, disfrutarían de las bendiciones de prosperidad y felicidad, siempre y cuando aceptarán y observaran plenamente los mandamientos divinos.

En consecuencia, el pueblo debía comprender que la elección entre la vida y la muerte -entre el bien y el mal- era suya, y sólo suya. El cielo y la tierra son testigos eternos de este ofrecimiento. Si los benei Israel eligen adherirse a Hashem, prosperarán; de lo contrario – perecerán.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda).

 

Resumen de la Parashá Vaielej

Moshé tenía 120 años de edad cuando anunció que su liderazgo llegaba a su fin. Reveló, además, que Iehoshúa había sido elegido por Hashem como su sucesor, que asumiría el mando y conduciría exitosamente a Israel a la Tierra Prometida. En presencia de todo el pueblo, Moshé exhortó a Iehoshúa a ser fuerte y valiente, y a depositar toda su confianza en D-s.

Luego puso por escrito la Ley y la entregó a los cohanim y a los ancianos. Cuando hubiera un rey que gobernara a Israel, debería leerla públicamente, en Sucot del año siguiente al de la shemitá, a los judíos reunidos en el Santuario. De esta forma, cada hombre, mujer y niño de Israel tendría presente su obligacion de obedecer a D-s.

El libro de la Ley escrito por Moshé debía ser colocado por los leviim al lado del Arón Hadkodesh, para atestiguar contra Israel si alguna vez se desviaba de sus enseñanzas.

Luego Hashem ordenó a Moshé que reuniera al pueblo para enseñarle los pasajes de la parashat Haazinu, que le recordaría nuevamente las consecuencias de volverse contra el Señor.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA KI TAVÓ

 

B"H

 

Moshé concluye la sección legal de su discurso con una enumeración de las ceremonias a realizarse en la Tierra Prometida y que comprendían los bicurim, los primeros frutos de los siete minim (especies). Estos debían ser llevados al cohén en el Santuario central. El donante debía recitar entonces una oración de gracias, recordando cómo Hashem había liberado a sus antepasados de la esclavitud en Egipto y conducido a la nueva generación a una tierra en la que fluía leche y miel.

El maaser (diezmo de la cosecha) de cada tercer año del ciclo de la shemitá debía ser entregado a los pobres. Después de esto, era menester que el donante ofreciera una plegaria en la que declaraba que había obedecido el mandamiento de apartar maaser para los leviím, los huérfanos y las viudas.

Moshé y los ancianos instruyeron al pueblo para que observara varias ceremonias solemnes después de cruzar el río Jordan. En primer lugar, colocarían grandes piedras en el monte Eival e inscribirían claramente sobre ellas todas las palabras de la Ley. En segundo término, debían construir un altar de piedras y sacrificar sobre él ofrendas quemadas y ofrendas de paz. La comida del sacrificio que seguía a esta últimas debía ser servida en una atmósfera de regocijo. En tercer lugar, la aceptación de la Ley debía ser ratificada por las doce tribus de la siguiente manera: Seis debían estar de pie sobre el monte Gerizim, representado las bendiciones, en tanto que las seis restantes debían ubicarse en el monte Eival, representado las maldiciones. Los leviím debían estar en el valle entre los dos montes , y pronunciar maldiciones sobre aquellos que cometían los siguientes pecados, bendiciendo a quienes los evitaban: 
a) Practicar la idolatría
b) Deshonrar a los padres; 
c) Correr una línea divisioria del vecino (“remover los mojones de su prójimo”)
d) Extraviar a los ciegos;
e) Actuar injustamente con el extranjero, el huérfano y la viuda;
f) Actuar en forma inmoral;
g) Asesinar a alguien ocultamente;
h) Recibir soborno por levantar falso testimonio en una causa que implica la pena capital;
i) No observar los mandamientos en general.
Todos los miembros de las doce tribus debían responder a cada maldición y cada bendición con la palabra “Amén”.

El pueblo había sido advertido frecuentemente acerca de las consecuencias de desobedecer las leyes de Hashem. Ahora que estaba a punto de entrar en la tierra Prometida, Moshé consideró su deber enfatizar más aún, las consecuencias que traería su conducta futura. si los Benei Israel observaban los mandamientos de Hashem, recibirían numerosas bendiciones, incluso la prosperidad de sus campos y ciudades, abundante ganado, el sometimiento de los enemigos y la supremacía sobre otras naciones. Lo contrario ocasionaría el desastre: enfermedades, hambruna y muerte; la tierra de los judíos sería saqueada por una nación cruel; los judíos serían diseminados por todo el munod y se convertirían nuevamente en esclavos.

Moshé comenzó entonces su discurso tercero y fnal. En él exhortó al pueblo a recordar a D-s, Quien los protegío en Egipto y luego durante su deambular por el desierto, y continuaría protegiéndolos en el futuro.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA KI TETZÉ

B"H

Si un israelita capturaba a una prisionera de guerra en una batalla fuera de Canaán, no podía tomarla en matrimonio inmediatamente. Antes ella debía raparse la cabeza, cortarse las uñas, quitarse el vestido de cautiverio y llorar a sus padres durante un mes; todo esto para que no resultara atractiva para el judío. Luego, si éste aún deseaba casarse con ella, podía hacerlo; de lo contrario, tampoco podía tratarla como esclava.

El primogénito debía heredar una porción doble, incluso si su madre no era amada por su padre. Un hijo rebelde (por ejemplo: uno que hubiera robado, o comido y bebido una cierta cantidad de carne y vino pese a la advertencia de que no lo hiciera) debía ser apedreado. Al cuerpo de un hombre que hubiese sido colgado no debía dejárselo en esa posición toda la noche, sino que debía ser inhumando ese mismo día.

Todos los objetos perdidos debían ser devueltos a sus dueños legítimos. Por razones de seguridad, se debía construir una baranda alrededor de cada techo. Estaba prohibido usar Shaatnez (tejido con mezcla de lana y lino). Debía usarse tzitzit (flecos) en “los cuatro bordes del manto con que te cubres”.

Un esposo que hubiera acusado falsamente a su esposa de haberle sido infiel antes del matrimonio pero después del compromiso, debía ser azotado y pagar una multa. Si la acusación era cierta, la esposa debía ser apedreada. Si una mujer cometía adulterio, ella y su amante debían ser ejecutados. Un hombre no debía casarse con la esposa de su padre. también se prohibieron los matrimonios con integrantes de las naciones de Amón y Moav.

Se prohibía cobrar intereses a los judíos. Aquel que formulaba una promesa debía cumplirla.

Cuando un esposo tienen motivos para el divorcio, el matrimonio debe disolverse según el procedimiento legal del guet (ley de divorcio). Si la mujer se casa de nuevo y se convierte luego en viuda o divorciada, no puede volver a casar con su primer marido.

Si un judío le presta dinero a otro, no debe tomar como garantía nada que sirva al prestatario para su mantenimiento. si el tomador del préstamo es poble, el que presta debe devolver la prenda de garantía antes del anochecer, si fuera necesario. A un trabajador contratado sele debe pagar a la terminación del trabajo.

Si un hombre casado muere sin dejar hijos, su hermano debe casarse con la viuda y heredar sus propiedades. De este modo, la línea genealógica dle hermano fallecido no desaparecerá con élo. Si el hermano rehusa casarse con la viuda, será sometido a la ceremonia de jalitzá, por negarse a perpetuar el nombre del hermano.

Se formula una advertencia a los comerciantes y hombres de negocios en general, a fin de que sean extremadamente escrupulosos. No deben utilizar balanzas defectuosas, ni tratar de engañar en el peso o la medida al cliente.

Finalmente, se recomienda a los judíos que recuerden en todo momento las acciones pérfidas de Amalek, que atacó a los benei Israel cuando estaban debilitados. Ellos debína borrar el recuerdo de Amalek de la faz de la Tierra.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA SHOFTIM

 

B"H

Moshé procedió a repasar las normas necesarias para asegurar las condiciones de una sociedad civilizada. En cada ciudad debían nombrarse jueces y funcionarios locales, y la justicia debía ser administrada correcta e imparcialmente. En consecuencia, un juez tenía prohibido mostrar parcialidad o aceptar sobronos. Si un juez local encontrara un caso muy difícil de resolver, debía derivarlo a una autoridad superior, es decir, a los cohanim y la Suprema Corte, con asiento en el Santuario. Su decisión era definitiva y la negativa a acatarla podía ser castigada con la muerte.

El pecado de idolatría, determinado luego de una amplia investigación, era castigado con la muerte por apedreamiento. El acusado no podía ser condenado por el testimonio de un solo testigo. Se requerían por lo menos dos, los cuales eran los primeros en llevar a cabo la ejecución.

Moshé vaticinó que llegaría el tiempo en quelos judíos desearían que los gobernara un rey, como ocurría con otras naciones. Cuando esto suciediera, el rey debería ser un israelita nativo elegido por D-s. No debería abusar de su poder para acopiar muchos caballos, mantener un harén o acumular grandes riquezas, y tendría que escribir una copia de la Torá, de modo que fuera temeroso de D-s y observante de la Ley.

Después de enumaerar los presentes que debían recibir los sacerdotes para su sostén, Moshé dispuso que si un cohén de otra ciudad llegara al Santuario, se le permitiría oficiar junto con los demás cohanim y obtener parte de los obsequios que estos recibían.

La Torá prohibe todas las formas de superstición y “magia” practicadas por un adivino. Israel no tenía necesidad de recurrir a tales trucos pues el Señor le proveería de inspirados profetas surgidos de entre los propios israelitas. Ellos debían comunicarles la voluntad de D-s. Los falsos profetas que hablaran en nombre de ídolos debían ser castigados con la muerte. El falso vidente podía ser descubierto al no cumplirse sus predicciones.

La remoción de un mojón para ampliar una propiedad era considerada robo. Antes de que alguien pudiera ser convicto de un crimen, su acto criminal debían ser confirmado por dos testigos, por lo menos. Si se descubría que un testigo había levantado falso testimonio, debía recibir el castigo destinado a la víctima inocente.

Los israelitas no debían atemorizarse antes de entrar en batalla contra un enemigo poderoso, pues el Señor los protegería. Tres categorías de hombres estaban exceptuados del servicio militar: el que recién habían construido una casa y aún no la había inaugurado; el que habían plantado un viñedo pero no había alcanzado a disfrutar de su producción, y el recién casado.

Antes de atacar una ciudad hostil, Israel debía tratar de negociar una entrada pacífica, en cuyo caso los habitantes se convertirían en sus subordinados. Sólo si este intento pacífico fracasara, podía emprenderse la guerra. Si Israel venciese, todos los hombres del ejército enemigo serían ejectuados, pero sus mujeres e hijos serían dejados con vida. No debían destruirse los árboles frutales durante un asedio si había otros alimentos disponibles, a fin de que continuaran beneficiando a los nuevos habitantes de la ciudad conquistada.

Si se encontraba en el campo el cuerpo de una persona asesinada y no se podía descubrir al asesino, la responsabilidad por el asesinato recaía sobre la ciudad más cercana a la escena del crimen. Como expiación, los jueces y ancianos de la ciudad, actuando en nombre de los demás habitantes, debían sacrificar una vaquilona joven en un valle no cultivado po rel que pasaba una corriente de agua. Entonces debían lavarse las manos en presencia de cohanim, atestiguar que de ningún modo eran responsables por el asesinato y rezar solicitando el perdón del Señor.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHAT REE

 

B"H

 

Moshé hace saber a los hijos de Israel que pueden elegir entre recibir las bendiciones de D-s por observar Sus mandamientos o sufrir Su anatema por recharzar Sus leyes. En los montes de G´rizim Eival se llevaría a cabo una ceremonia inmediatamente después de la entrada del pueblo en Eretz Israel, durante la cual se informarían las consecuencias de la bendición y la maldición.

Moshé expuso, después, una cantidad de leyes religiosas, civiles y sociales cuyo objeto era regular la vida de la nación en la Tierra Prometida. En primer lugar se ocupó del principio del culto centralizado, dirigido contra la práctica idolátrica del culto individual en cualquier sitio que fuere. todos los sacrificios debían ser traídos únicamente al lugar elegido por Hashem. Esas porciones de ofrendas permitidas al cultor profano debían ser comidas allí. Sin embargo, un animal destinado al consumo ordinario antes que a una ofrenda podía ser sacrificado y comido en cualquier lugar, a condición de que su sangre no fuese consumida.

Los b´nei Israel fueron advertidos de que no imitasen los espantosos ritos de los canaaneos, entre los que se contaba el sacrificio de niños vivientes a sus dioses. El falso profeta que intentase tentarlos a fin de que adorasen ídolos, debía ser muerto. Todos los pobladores de una ciudad que fuesen hallados culpables, después de la debida investigación, de practicar la idolatría, tambíen debían ser muertos, y la ciudad (llamada ir hanidájat) debía ser totalmente destruida a fuego. Además se prohibe causarse laceraciones en el cuerpo o en la cabeza en señal de duelo.

En su condición de pueblo sacro, los israelitas deben evitar comer cualquier alimento considerado abominable. Moshé, en consecuencia, repasó las normas dietéticas que habían sido reveladas en el Sinai. Estableció que un segundo diezmo (maaser shení) de la producción anual del suelo, que incluía granos, vino y aceite, debía ser traído por todo judío al Santuario, a fin de ser consumido por él mismo en ese lugar. Cualquier israelita que viviese demasiado lejos del Santuario como para llevar el maaser sheiní podía traer su equivalente en dinero y disfrutar una comida festiva con su familia y los leviím. al final del tercer y sexto año de cada ciclo de sh´mitá, ese diezmo debía ser entregado a los pobres (maaser oni) en casa antes de ser llevado al Santuario.

Al final de cada séptimo año (sh´mitá), durante el cual la tierra debía permanecer en barbecho, “todo acreedor remitirá lo que hubiere prestado a su prójimo; no lo exigirá de su prójimo o de su hermano, por haberse pregonado la remisión del Señor”. Esto no debedesanimar a nadie ni impedirle prestar dinero al necesitado, “porque a causa de esto te bendecirá el Señor, Tu D-s”.

Además, un esclavo hebreo que hubiere sido vendido en cautiverio debe ser liberado al comienzo del séptimo año: “Y cuando le enviares de ti libre, no le enviarás con las manos vacías, sino que lo cargarás liberalmente”, a fin de posibilitarle el comienzo de una nueva vida. Si el esclavo eligiera permanecer al servicio de su patrón, se le horadaría una oreja por haber preferido la esclavitud a la libertad, contraviniendo el deseo de Hashem.

Al ampliar las leyes relativas a las festividades de Pésaj, Shavuot y Sucot, Moshé enfatizó que cada israelita varón debe peregrinar tres veces al año hacia el Santuario, llevando consigo ofrendas, “según su mano pudiere dar, conforme a la bendición que el Señor, tu D-s, te haya dado”.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA EKEV

B"H

Moshé continúa hablándole el pueblo judío y le asegura que en caso de observar las mitzvot será recompensado con prosperidad y buena salud. Por otra parte, no debía temer a los canaaneos, ya que D-s lo protegería. De todos modos, la conquista de la tierra de Canaán sería seguida por la eliminación de toda forma de idolatría.

Moshé explica luego, que los cuarenta años de deambular por el desierto servirían para probar la lealtad del pueblo y su adhesión a los mandamientos de D-s. Las dificultades con las que se toparon tuvieron la finalidad de disciplinarlos a fin de “hacerse saber que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de toda palabra que sale de la boca de D-s”. A continuación describe las bondades de Eretz Israel, incluyendo los siete minim (variedades de frutos que crecen allí). Moshé les previene que la prosperidad de la cual habrían de gozar en la Tierra Prometida podría conducirlos a despreciar el papel desempeñado por el Señor en su bienestar. Esta ingratitud sería castigada severamente y los desleales judíos correrían la misma suerte de las naciones paganas que habían sido eliminadas.

Moshé recuerda al pueblo sus anteriores actos de rebeldía. Después de haber estado cuarenta días en la cumbre del monte para recibir lasLujot (tablas de la ley) regresó y se encontró con la sorpresa de que el pueblo adoraba al Eiguel hazahav (becerro de oro). Hashem había manifestado Su intención de eliminarlos, pero Moshé intervino en su favor y destrozó las Lujot, como así también el eiguel hazahav. Luego castigó a aquellos que le habían rendido culto. Además le menciona a la congregación de Israel otros actos de desobediencia: “En Taverátambién, y en Masá, y en Kivrot Hataavá seguisteis provocando al Señor”.

Después que Moshé hubo abogado por la causa de los b´nei Israel solicitándole al Altísimo que recordara los méritos acumulados por los patriarcas, D-s le dijo que regresara al onte para recibir otras Lujot. Estas fueron colocadas en el Arón Hakodesh (Arca Sagrada). Loscohanim y leviím fueron designados para efectuar los servicios del Mishcán y el pueblo fue autorizado a continuar su marcha desde el Sinaí hasta Canaán.

Todo lo que D-s quiere de los judíos, dice Moshé, es que Lo amen, reverencien y sirvan por medio de la observancia de las mitzvot. Su conocimiento personal y directo de la grandeza de Hashem, manifestada por medio de hechos tales como la liberación de Egipto, el milagro del mar Rojo, las experiencias en el desierto, los castigos milagrosos impuestos a Kóraj, Datán y Aviram, debería ser suficiente para asegurar su observancia y cumplimiento de los preceptos. El sometimiento a las leyes de D-s asegurará una consecha abundante por medio de la regularidad de las lluvias de otoño y primavera. Mas si el pueblo se tornase desobediente, las aguas del cielo serían detenidas. Moshé aseguró al pueblo, además, que la adhesión a la Torá daría como resultado su victoria sobre los canaaneos y la obtención de un amplio territorio en la Tierra de Promisión.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA VAETJANÁN

B"H

Continuando con su crítica al pueblo, Moshé le recordó cómo rogó a Hashem Su autorización para cruzar el río Iardén (Jordán). Sin embargo, su pedido fue denegado. En cambio, se le acordó que viera la Tierra Prometida desde la cúspide del monte Pisgá, en tanto Iehoshua era designado para hacerse cargo del liderato en Eretz Israel.
Moshé instó al pueblo a observar escrupulosamente las leyes de D-s. De este modo ellos serían reconocidos por otros pueblos como una gran nación y predominarían a pesar de ser poco numerosos. Además, serían auxiliados por el recuerdo de su experiencia al pie del monte Jorev, donde habían escuchado la voz de D-s proclamando los Diez mandamientos. el Señor no se había aparecido bajo ninguna forma ni figura, y esto debería recordarle al pueblo la prohibición de hacer ídolos de cualquier tipo. En caso de que los hijos de Israel desoyesen esta advertencia en el futuro, serían exiliados y dispersados entre las naciones. Sin embargo, y aún si tal cosa ocurriese, su sincero arrepentimiento los haría ganarse la gracia y el perdón divinos.
Moshé declaró, después, a las tres ciudades de Bétzer, Ramot y Golán, al este del Iardén, como arei miklat (ciudade de refugio) para todo aquél que matase a alguien por accidente.
Moisés repitió, entonces, los Diez Mandamientos, la base del pacto de D-s con Israel. el pueblo congregado ante el monte Sinaí se sintió aterrado por los prodigios que había visto y solicitó a Moshé que le hablara en lugar de Hashem.
Moisés formuló, entonces, el Sh´má (el credo judío principal), que afirma la unidad y unicidad de D-s, al que todos deben amar, y Cuyos mandamientos deben ser transmitidos a las generaciones siguientes.
Sus leyes deben ser recordadas permanentemente por medio de un signo colocado en la mano y en la frente (los t´filín o filactelias), e inscripciones colocadas en las jambas de las puertas (mezuzá) de cada casa.
Moshé previno al pueblo que no olvidase al Señor ni siquiera cuando ya estuviese radicado en la Tierra Prometida y lograse un alto grado de prosperidad. Deberían evitar cualquier forma de idolatría, porque ella conduciría, inevitablemente, hacia su destrucción. Las futuras generaciones deberían ser instruídas enlos mandamientos de D-s e informadas de Sus actos prodigiosos cuando liberó a sus ancestros de Egipto. Moshé les previno, además, acerca de los casamientos con paganos, porque ellos conducirían al abandono de Hashem. Israel es un pueblo santo al que D-s demostró Su amor librándolo de la esclavitud, y es su deber corresponderLe por medio de la observancia de Sus preceptos.
(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA DEVARIM

B"H

A medida que los judíos se iban acercando a la Tierra Prometida, Moshé les reseñaba los acontecimientos y vivencias que experimentaron durante sus años de trajinar por el desierto. El rememoraba cómo ante el monte Jorev (Sinaí) D´s les había ordanado levantar el campamento y avanzar hacia su meta, la tierra de Canaán. Moshé había clamado que sin ayuda sería incapaz de soportar la carga del liderato, de modo que fueron designados jueces y administradores para auxiliarlo en el desempeño de su pesada mision. El pueblo estaba a punto de entrar en la Tierra prometida, pero fue desanimado por el informe pesimista de los meraglim (espias) y querelló contra D´s. Esta pérdida de la fe provocó el alargamiento del peregrinaje por el desierto, tiempo durante el cual murió casi toda la vieja generación.

Los israelitas habían acampado ante el monte Seír durante un tiempo prolongado. Allí se les dijo que continuaran su recorrido a través de la tierra de Edom. Sin embargo, no debían enredarse en ingún tipo de hostilidades, pues ese territorio había sido prometido a los descendientes de Eisav. Tampoco debían agredir a los habitantes de Moav, puesto que esa tierra había sido reservada para los hijos de Lot. No obstante, habían derrotado a Sión, rey de Jeshbón, quien se había rehusado a permitirles pasar a través de su territorio. La misma suerte le tocó a Og, rey de Bashán. El temor a los israelitas comenzó, entonces, a difundirse entre las naciones vecinas.

El territorio de Guilad había sido otorgado a las tribus de Reuven, Gad y parte de Menashé, con la estipulación de que se uniesen a los demás israelitas a la conquista de Canaán. Moshé animó a Iehoshúa a fin de que no temiese a las naciones que vivían en Eretz Israel.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA MATOT/MAASE

B"H

Toda promesa hecha a D-s creaba una obligación, ora positiva, (por ejemplo, una contribución voluntaria al Mishcán – tabernáculo), ora negativa (abstenerse de ciertas actividades). Sin embargo, esta regla general era restringida en los casos de una promesa hecha por una mujer bajo la jurisdicción del padre o el esposo. Así, una mujer joven y soltera que vivía en la casa del padre, o una mujer que estaba a punto de casarse o que ya lo había hecho, no estaba obligada a cumplir su promesa si el padre o el esposo (según fuera el caso), la desaprobaba. Esta desaprobación debía ser expresada el mismo día en que se había enterado de la promesa, o de otro modo cargaría con la culpa por su incumplimiento. Las promesas de una viuda o divorciada creaban una obligación.

El ataque a los midianitas fue llevado a cabo por doce mil guerreros israelitas, mil por cada tribu. Iban acompañados por Pinjás, quien llevó consigo las vasijas sagradas y las trompetas para llamar a la batalla. Durante la guerra fue matado todo midianita varón, incluso los cinco reyes de Midián y Bilam Ben Beor. Los vencedores tomaron a las mujeres, los niños, el ganado y otras posesiones de los midianitas como botín. Sin embargo, Moshé los amonestó por haber dejado con vida a las mujeres, que habían sido la causa de la plaga sobre los b´nei Israel. Los soldados, habiéndose tornado impuros por su contacto con los muertos, recibieron orden de permanecer fuera del campamento durante siete días a fin de someterse a la ceremonia de purificación. Todas sus vestimentas y utensilios fueron limpiados de acuerdo con las reglas establecidas por Elazar, el Cohén Gadol (sumo sacerdote), que las había aprendido de Moshé. El botín fue dividido luego en partes iguales entre los que habían ido a la guerra, por un lado, y los restantes por el otro. Los soldados aportaron un quigentésimo de su botín para loscohanim, mientras que los no combatientes dieron un guincuagésimo de su parte a los leviím. Los guerreros que regresaban, agradecidos por no haber caído en la batalla, hicieron una ofrenda voluntaria al Mishcán, consistente en ornamentos de oro de los cuales se habían apoderado.

Las tribus de Reuvén y Gad poseían grandes rebaños de ganado y pidieron permiso para establecerse en la tierra de pasturas de Guilad, al este del Jordán. Al principio Moshé desaprobó este plan. El temía que si estas dos tribus quedaban atrás durante la conquista de Canaán, las otras tribus podrían desanimarse. Sin embargo, cuando los reuvenitas y gaditas explicaron que tenían la intención de cruzar el Jordán y luchar junto con sus compañeros judios mientras sus familias permanecían en Guilad, Moshé cambió de opinión y encargó a Iehoshúa que se asegurara de que esa promesa fuera cumplida. De otro modo, estas tribus perderían el derecho a todo reclamo sobre su asentamiento en Guilad.

Resumen de la Parashá Maséi

Moshé registró el itinerario de los b´nei Israel a través del desierto desde el momento en que abandonaron Egipto hasta su llegada a las llanuras de Moav. En total, los israelitas habían acampado en cuarenta y dos lugares distintos durante sus cuarenta años de deambular.

Después de haber expulsado a los habitantes de Canaán, el pueblo recibió la orden de destruir todo vestigio de idolatría en ese territorio. La tierra sería distribuida por lotes den proporción a la cantidad de miembros de cada tribu. Fueron designados diez dirigentes, uno para cada una de las tribus respectivas. A ellos, juntamente con Iehoshúa y Elazar, el Cohén Gadol, se les confió la adjudicación equitativa de la tierra. Los leviím no recibieron ningún territorio. En lugar de ello se les otorgaron cuarenta y ocho ciudades a ambos lados del Jordán.

Seis de ellas, tres a cada lado de este río, fueron instituídas como arei miklat (“ciudades de refugio”), además de las otras cuarenta y dos menores. Ellas servirían de asilo para cualquier persona que hubiera matado a otra accidentalmente, permitiéndole escapar a la acción vengadora de los parientes del muerto. Luego de un asesinato accidental, el que lo hubiera perpetrado podía huir a esas ciudades de refugio, donde sería llevado ante un tribunal. Si los jueces decidían que se trataba de un caso de asesinato intencional, la persona sería entregada al vengador de la víctima (un pariente cercano). Por otra parte, cualquiera que cometiese un asesinato premeditado sería ejecutado. Asimismo, si el crimen no había sido premeditado y no tenía intención maligna, el que lo hubiera perpetrado tendría que permanecer en la ciudad de refugio hasta la muerte del Cohén Gadol. Incluso un asesinato intencional no podía ser condenado a muerte amenos que hubiera dos testigos que incriminaran al asesino. La sentencia de muerte por asesinato premeditado no podía ser conmutada por medio del pago de dinero, ni tampoco podía el asesino por accidente librarse del exilio en la ciudad de refugio con ese subterfugio.

Los dirigentes de la familia de Guilad, de la tribu de Menashé, plantearon el problema de la tierra heredada por hijas, tales como las de Tz´lofjad. Si estas hijas se casaban con miembros de otras tribus, sus propiedades se perderían para su tribu original y pasarían a las nuevas. Esto conduciría a la reducción de las posesiones de la tribu a la que perteneciesen las mujeres. El problema fue resuelto con la decisión de que en tales casos, la heredera debían casarse con un miembro de la tribu de su padre. Esto es lo que ocurrió, de hecho, en el caso de las hijas de Tz´lofjad, que se casaron con sus propios primos, pero esta norma se aplica solamente a aquella generación.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

PARASHA PINJÁS

B"H

Como recompensa por el celo puesto en la defensa del honor de Hashem, Pinjás, recibió la promesa de que la kehuná (sacerdocio) sería retenida por sus descendientes.

Los israelitas recibieron orden de prepararse para una guerra ofensiva contra los midianitas, quienes habían sido responsables de su degradación. Antes que esto ocurriera, Moshé y Elazar recibieron instrucciones de realizar un nuevo censo de la población (el anterior había sido hecho treinte y ocho años antes). Ahora que la conquista de Canaán estaba a la vista, era imprescindible que Moshe constatara no sólo el número de hombres capacitados y disponibles para la guerra, sino también de integrantes de cada tribu. Esto resultaba necesario como base para la justa división de la Tierra Prometida entre las tribus. La cantidad total de israelitas varones mayores de veinte años, es decir, sujetos a servicio militar, ascendió a seiscientos siete mil setescientos treinta. La extensión de la tierra a adjudicar a cada tribu debía ser proporcional a la cantidad de sus miembros y su ubicación geográfica sería resuelta por sorteo. Los leviím, que no participaban en la división de la tiera, fueron contados separadamente..

Tz”lofjad, miembro de la tribu de Menashé, había muerto en el desierto, dejando cinco hijas, pero ningún varón. Surgió entonces la cuestión de si las cinco hijas podían recibir la herencia del padre; de no ser así, la porción de tierra que hubiera recibido Tz”lofjad pasaría a otras manos. El caso fue llevado ante Moshé, quien lo sometió a la consideración de D´s. El dictamen final fue que si una persona no dejaba hijos, sus hijas tenían derecho a la herencia. Además, si alguien moría sin dejar descendencia, su propiedad pasaría a sus hermanos sobrevivientes o, si no lo había, a su pariente más cercano. De este modo se establecío el principio de que el título sobre la tierra debía permanecer dentro dela familia.

Hashem ordenó a Moshé que ascendiera a la montaña de Avarim, desde donde podía ver la Tierra Prometida. Sabiendo que estaba próximo el fin de sus días, Moshé manifestó preocupación po rle bienestar del pueblo en el futuro y solicitó que fuera nombrado su sucesor. D´s respondió que Iehoshúa Ben Nun asumiría el liderazgo. Moshé debía colocar sus manos sobre él para simbolizar la transferencia de autoridad. pero , a diferencia de Moshé, que había recibido instrucciones directamente del Todopoderoso, Iehoshúa sería guiado por Elazar, el Sumo Sacerdote, quien a su vez consultaría al Altísimo por medio de los Urim y Tumim.

Se recordó al pueblo que deberia continuar ofrendando sus sacrificios cuando entrara en Canaán. En consecuencia, fue dada una descripción detallada de los sacrificios públicos matutinos y vespertinos, además de los correspondientes a las distintas festividades.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA BALAK

B"H

Balak, rey de Moav, vió con angustia la victoria de los israelitas sobre los emoritas. Temiendo una invasión a su propio reino, concertó una alianza con sus antiguos enemigos, los midianitas. Luego envió mensajeros a Bilam, de Petor, un famoso hechicero, para solicitarle que maldijera a los israelitas. Bilam pidió a la delegación que se quedara con él toda la noche para darle tiempo de consultar a D´s si podía cumplir con el pedido. Durante la noche fue advertido por el Señor que no fuera con los enviados, de modo que los envió de regreso.

Pensando que una invitación más tentadora resultaría efectiva, Balak envió una segunda delegación, más numerosa y de mayor prestigio, que ofreció a Bilam grandes honores y recompensas si cooperaba. El hechicero, obviamente motivado por su codicia personal, le pidió que permanecieran con él hasta que pudiera recibir nuevamente las instrucciones de Hashem.

Esta vez recibió autorización para ir, pero a condición de que hablara solamente como el Señor le indicara. Balak encontró a Bilam en la orilla del Río Arnón y lo llevó a una ciudad cercana para asistir a una fiesta en su honor. Al Dia siguiente llevó a Bilam a una colina sagrada para los adoradores del Baal, desde donde podía ver parte del campamento israelita. Después, Bilam y Balak sacrificaron un carnero y un buey en cada uno de los siete altares, y Bilam le dijo a Balak que permaneciera cerca de al ofrenda ardiente mientras él se retiraba para consultar a D´s. A su regreso pronunció su primer discurso: “¿Por qué he de maldecir yo al que D´s no maldijo?”, preguntó. “…He aquí un pueblo que habitará solitario y no será considerado entre las naciones”.

Disgustado por la inesperada alabanza que hizo Bilam de los israelitas, Balak lo llevó a la cima del monte Pisgá esperando resultados diferentes. Pero una vez más Bilam decepcionó a Balak al declarar que Hashem no quebraría Su promesa de bendecir a Israel y que ningún tipo de magia prevalecería sobre ese pueblo. Balak, desesperado, pidió a Bilam que disistiera de maldecir o bendecir a los israelitas. Antes de partir, sin embargo, Bilam predijo la soberanía de Israel y la condena de Moav, Edom, Amalek y demás enemigos del pueblo judío.

Luego, los israelitas acamparon en Shitim. Allí, las mujeres paganas de Moav, aconsejadas por Bilam, tentaron a los israelitas a unirse a ellas en al adoración de Baal pero y partiricipar en una orgía idolátrica e imnmoral. Moshe sentenció a muerte a los pecadores y una plaga se difundió entre la congregación. Pinjas, el hijo de Elazar, el Cohén Gadol, presenció un acto flagrante de inmoralidad entre un israelita y una mujer midianita. Defendiendo fanáticamente las leyes del Señor, ejecutó a ambos pecadores. La plaga cesó sólo después que hubieron perecido veinticuatro mil miembros de la congregación.



 
 

 

PARASHA JUKAT

B"H

Una ceremonia especial de purificación fue establecida para aquellos que habían tocado un cadáver o habían estado bajo el mismo techo. Como parte de los ritos fue sacrificada una pará adumá (vaca roja) sin defectos fuera del campamento, y quemada junto con madera de cedro, hisopo y un hilo escarlata. Sus cenizas fueron mezcladas con agua de una corriente y salpicadas sobre la persona impura en el tercero y el séptimo día de su impureza. Al finalizar este último, después de haberse lavado las ropas y sumergido en un mikvé, la persona afectada podía participar nuevamente en el culto del Santuario.
Durante treinta y ocho años los israelitas erraron por el desierto y en ese tiempo murieron todos los miembros de la generación mayor de entre veinte y sesenta años, con excepción de Iehoshua y Calev. A comienzos del cuadragésimo año del éxodo, el resto de la población regresó a Kadesh. Fue allí donde murió Miriam, la hermana de Moshé y Aharón.
A su muerte dejó de fluir el agua del pozo que había acompañado milagrosamente a los israelitas. El pueblo comenzó a murmurar nuevamente contra Moshé por la falta de agua. Hashem dijo a Moshé y Aharón que le hablaran a cierta roca, de la cual fluiría agua suficiente para satisfacer a todos. Pero Moshé estaba tan disgustado por la constante falta de respeto del pueblo que golpeó impacientemente la roca en lugar de hablarle. Por no haber cumplido las instrucciones de D´s y haberlo deshonrado delante del pueblo, no se permitió a ninguno de los dos hermanos entrar en Tierra Santa.
Se instruyó entonces a la gente a fin de que se preparara para las etapas finales de su largo viaje. La única ruta disponible para ellos se extendía a traves de la tierra de Edom, al sur del Mar muerto. Moshé envió mensajeros al rey de Edom solicitando permiso para atravesar su territorio y ofreciendo pagar por el agua que el pueblo y el ganado pudieran beber. El rey no sólo se rehusó, sino que además les obstruyó el paso ubicando una fuerza armada. En consecuencia, los israelitas se vieron obligados a hacer un rodeo por el camino de las fronteras sureñas de Edom. Cuando la congregación llegó al monte Hor, Aharón murió y fue sepultado allí. Moshé designó a su hijo Elazar como Cohén Gadol (sumo sacerdote)

Después de rechazar exitosamente un ataque del rey canaanita de Arad, los fatigados israelitas se quejaron amargamente de la falta de agua y alimento. Consiguientemente, fueron castigados con una plaga causada por las mordeduras fatales de feroces serpientes. Cuando el pueblo admitió su error, Moshé ubicó una serpiente de bronce sobre una vara. Quienquiera que la mirara se curaría.
La congregación que había deambulado por el sur, el este y luego el norte, pasando por las tierras de Edom y Moav, se detuvo cuando llegó al río Arnón, la frontera entre Moav al sur y Emor al norte.
Sijón, rey de Emor, no quiso permitir que los israelitas pasaran por su tierra y lanzó su ejército contra ellos. Empero, con la ayuda de Hashem, la batalla terminó con la derrota total de los emoritas. Volviendo hacia el norte, a las fértiles tierras de Guilad y Bashán, los israelitas derrotaron la resistencia de Og, rey de Bashán, y tomaron posesión de su territorio. La tierra al este del Jordán había sido conquistada y los israelitas acamparon finalmente en la frontera de Moav, frente a Jericó.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA KORAJ

B"H

n grupo de leviim bajo la dirección de Koraj, y otro de reuvenitas bajo el mando de Datán, Aviram y On encabezaron una revuelta contra Moshé y Aharón. En esta rebelión participaron doscientos cincuenta miembros prominentes de la congregación. La rebelión de Koráj estaba basada en el reclamo de que él debía haber sido designado nasí (dirigente) de la tribu de Leví. Datán y sus asociados reclamaban el derecho de liderazgo basado en su descendencia de Reuvén, el hijo mayor de Iaakov.

Moshé desafió a Kóraj y sus seguidores a aparecer al día siguiente para enfrentárselo. Después de advertir al pueblo que se mantuviera lejos de Kóraj y su grupo, Moshé anunció el método por medio del cual Hashem indicaría Su elección de los líderes. Si los rebeldes morían muerte natural, ello sería evidencia de que Moshé estaba equivocado, pero si eran tragados vivos por la tierra, el liderazgo de Moshé quedaría confirmado.
Tan pronto como Moshé terminó de hablar, Koráj y sus compañeros, como así también sus bienes, fueron tragados vivos por la tierra. El resto del pueblo huyó aterrorizado.

Los sobrevivientes comenzaron a murmurar contra Moshé, responsabilizándolo de la muerte de Kóraj y sus partidarios. A su turno, ellos fueron castigados por medio de una plaga que mató a otras catorce mil setecientas personas. Fue sólo cuando Aharon caminó entre la gente con un recipiente de incienso (siguiendo instrucciones de Moshé) que la plaga cesó.
Moshé ordenó luego al príncipe de cada tribu que llevara un bastón con su nombre al Ohel Moed. Estos bastones, junto con el de la tribu de Leví que tenía el nombre de Aharón, fueron colocados delante del Arca.

A la mañana siguiente, sólo el bastón de Aharón había producido brotes, flores y almendras. Esta fue la prueba indiscutible de que D’s había elegido a Aharón para el ser Cohén Gadol (sumo sacerdote). El bastón de Aharón fue conservado en el frente del Arca como una advertencia a las futuras generaciones para que nunca cuestionaran el derecho del linaje de Aharón a la kehuná (sacerdocio).

Puesto que los cohanim y levvím no tenían un territorio específico de la Tierra Prometida, serían mantenidos por contribuciones del pueblo. El cohén recibiría provisiones como los bicurim (primeros futos), el pidion B’jorim (rescate de los primogénitos), la t’rumá (parte de la producción de cada persona) y varias ofrendas. El leví recibiría maaser rishón (un décimo de la producción de cada persona), del cual tendría que apartar una porción para el cohén.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

PARASHA SHELAJ

B"H

Los israelitas habían llegado a Kadesh, en el desierto de Parán. Doce representantes, uno por cada tribu, fueron enviados por Moshé para explorar la tierra prometida de Canaán y volver con un informe sobre las condiciones de la población, lugares de residencia y suelo. Iehoshúa y Calev formaban parte de este grupo de meraglim (espías).

Los enviados cruzaron secretamente el paso montañoso del Néguev, en el sur de Canaán, y atravesaron el país hasta el extremo norte. Regresaron al campamento luego de una ausencia de cuarenta días, llevando con ellos grandes racimos de uvas, granadas e higos como evidencia de la fertilidad de la tierra. Pero diez de los meraglim afirmaron que sería imposible para los b´nei Israel conquistar Cannán. Ellos consideraban que las ciudades estaban demasiado fortificadas y que sus habitantes eran muy poderoso. Iehoshúa y Calev no compartieron este informe pesimista y aconsejaron que el pueblo marchara sobre Canaán. Los israelitas, sin embargo, se adhirieron al informe de la mayoría y perdieron el ánimo, se alzaron en abierta rebelión, propusieron la elección de un líder para conducirlos de regreso a Egipto, rehusaron escuchar los renovados ruegos de Calev y Iehoshúa, y amenazaron con apedrearlos.

Hashem estaba colérico por esta falta de fe y expresó Su intención de destruir al pueblo y de formar una nueva nación exclusivamente con descendientes de Moshé. Nuevamente, éste intercedió exitosamente a favor de los israelitas, pero si bine logró evitar su aniquilación, los b´nei Israel fueron condenados a deambular por el desierto durante cuarenta años, uno por cada día que los meraglim habían investigado el país, hasta que todos los mayores de veinte años (con excepción de Calev y Iehoshúa) hubieran muerto. Entonces, los miembros de la nueva generación entrarían en la Tierra Prometida para ser testigos del cumplimiento de la promesa hecha por D´s.

Los meraglim que habían presentado el informe negativo murieron a causa de una plaga repentina. El pueblo comprendió tardíamente su error e intentó ir por su cuenta a Eretz Israel. Empero, sus miembros ignoraron la advertencia de Moshé de que Hashem no estaba con ellos y fueron totalmente derrotados por las tribus de Amalek y Canaán, que vivían en ese territorio.

Los israelitas recibieron la promesa de que sus descendientes poseerían Eretz Israel. El Señor loe dijo a Moshé que dictara la Ley que entraría en vigor en ese tiempo: que las ofrendas de comida y las ofrendas de bebida debían acompañar a la ofrenda de animales; que la parte de la masa llamada jalá debía ser apartada para Hashem, y que si la congregación practicaba la idolatría por error, debía expiar su culpa por medio de un sacrificio.

Mientras estaba en el desierto, el pueblo constató que un hombre profanaba Shabat. El transgresor fue mantenido en custodia hasta que el Señor le declaró a Moshé que debía ser apedreado por la congregación hasta morir.

Finalmente fue promulgada la ley que establece que deben usarse tzizit en las cuatro esquinas de las vestimenta para recordar al pueblo la necesidad de observar los mandamientos divinos en todo momento.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA BEHAALOTJA

B"H

 

A Aharón le fue confiada la tarea de disponer las seis lámparas exteriores de la menorá de modo que sus luces se proyectaran hacia el brazo central.

Los leviim se prepararon para el servicio en el Mishkán, purificándose mediante abluciones y sacrificios. Se les dijo que sólo aquéllos que tuviesen entre treinta y cincuenta años de edad tomarían parte en el servicio religioso, pero que los que tenían entre veinticinco y treinta años serían preparados para sus deberes futuros.

El primer Pesaj posterior al éxodo fue observado el día catorce de Nisán. Aquellos que estaban impuros solicitaron que a ellos también se les permitiera participar de las ofrendas de Pesaj. Una fecha especial, el catorce de Iyar, fue destinada a aquellos que estaban impuros o se encontraban a demasiada distancia en Pesaj como para llevar el Korbán (sacrificio) respectivo.

La nube del Señor alzándose desde el Mishkán era una señal para que los miembros del campamento continuaran su viaje. Moshé recibió orden de hacer dos trompetas de plata, que serían utilizadas para anunciar el comienzo de la marcha, convocar a todo el pueblo al Mishkán, dar la alarma antes de una batalla y proclamar ocasiones de júbilo, tales como las festividades de la luna nueva.

Después de casi un año en el desierto de Sinaí, si instruyó al pueblo para que viajara al desierto de Parán. Moshé le pidió a su suegro, Itró, que los acompañara, pero él prefirió retornar a Midián, su tierra nativa. 
Durante el viaje el pueblo comenzó a murmurar con el liderato de Moshe. Esto despertó la cólera de Hashem, que hizo estallar un incendio en medio del campamento, provocando el terror y la destrucción. El fuego se apagó sólo después de que Moshé hubo rezado al Señor a favor del pueblo.

Sin embargo, los israelitas no aprendieron la lección. Azuzados por las multitudes ajenas que los habían acompañado en su salida de Egipto, se quejaron nuevamente, esta vez por falta de carne en el desierto. Sus murmuraciones llevaron a Moshé a sentir que la carga de dirigir al pueblo era demasiado grande como para soportarla solo. D-s respondió ordenando a Moshe que reuniera a setenta ancianos para que le asistieran en la conducción del pueblo. Los ancianos fueron reunidos y el espíritu de profecía reposo sobre ellos.

En respuesta a la queja por la falta de carne y el gusto aburrido del maná, Hashem hizo que un fuerte viento arrastrara una gran cantidad de codornices desde el mar. El pueblo juntó las aves ávidamente, pero cuando comenzaron a comerlas, muchos de ellos cayeron muertos.

Miriam, la hermana de Moshé, fue castigada con lepra por difamar al hermano. Después de permanecer una semana fuera del campamento se curó completamente.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

PARASHA NASÓ

 

B”H

Fueron indicadas las tareas exactas que debían cumplir los hijos de Guershón, Kehat y Merari, y un censo reveló que ocho mil quinientos ochenta hombres entre los 30 y 50 años eran aptos para el servicio.
Todos los israelitas impuros debían ser enviados fuera de los distintos campamentos (majanot). Algunos sólo fueron trasladados de majané Sh´jiná(campamento de la Presencia Divina), y otros, de majané Leviá (Campamento de los Leviim). Los leprosos eran desplazados de los tres campamentos.
Fueron promuladas cuatro leyes relativas a los cohanim:
1.Si una persona confesaba tener en su poder incorrectamente una propiedad del vecino, tenía que agregar un quinto al monto original y llevar también una ofrena de culpa a D´s como expiación por su pecado. Si el dueño verdadero había muerto sin dejar herederos (esto es sólo aplicable a un converso), la restitución le era efectuada al cohén.
2. Un marido que sospechaba que su esposa le era infiel, debía presentar su queja al cohén con los requerimientos prescriptos en el tratado Sotá. El cohén tomaba entoneces agua bendita de la jofaina y la mezclaba con polvo del piso del Mishcán (Santuario). Luego juramentaba a la mujer y si ella era culpable sufriría daños después de beber las “aguas de la amargura”. Las palabras del juramento estaban escritas en un rollo y eran borradas en el agua. La mujer bebía entonces el líquido. Si era culpable, las deformidades físicas que sufría testimoniaban su infidelidad. Entonces era acusada frente al pueblo y moría. Si era inocente, no sufría ningún daño y se le prometía la bendición de la maternidad.
3. El nazir era alguien que voluntariamente hacía la promesa de consagrarse completamente al servicio de Hashem por un período de tiempo determinado. Estaba obligado a abstenerse del vino y las bebidas fuertes que se obtienen de la uva; debía dejarse crecer el cabello y evitar el contacto con cualquier cadáver. Si se contaminaba accidentalmente, tenía que raparse la cabeza, ofrendar un sacrificio de expiación y comenzar a contar de nuevo el período de consagración a D´s. Cuando los días de su nezirut habían expirado, se le pedía que llevara un sacrificio, se afeitara la cabeza y quemara el cabello debajo del sacrificio. Después de realizar el cohén ceremonias adicionales, el nazir era liberado de nuevas restricciones y volvía a su forma de habitual.
4. Se indicaba a los cohanim que usaran una serie específica de bendiciones para el pueblo, como sigue a continuación: “¡El Señor te bendiga y te guarde! ¡Haga el Señor resplandecer Su rostro sobre ti y tenga de ti compasión! ¡Alce el Señor Su rostro sobre ti y te conceda la paz!.

El Mishcán había sido erigido e inaugurado el primero de Nisán, en el segundo año posterior al Exodo. Los doce dirigentes, cada uno en representación de su tribu, hicieron conjuntamente una donación de seis carros y doce bueyes para el transporte del Mishcán y su contenido. A los miembros de Guershon, que transportaban la tapicería, les fueron asignados dos carros y cuatro bueyes. Los miembros de Merari, a quienes se había confiado la carga más pesada, recibieron cuatro carros y ocho bueyes. Por otra parte, los miembros de Kehat no recibieron carros pues su misión era transportar las vasijas más sagradas sobre los hombros. Cada dirigente llevó idénticos presentes de vasos de oro y plata, animales para el sacrificio y ofrendas de comida en doce días sucesivos.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

PARASHA BAMIDBAR

 

B”H

Durante el segundo año del éxodo de Egipto, Moshé y Aharón recibieron orden de Hashem de contar a todos los israelitas varones cuyas edades oscilaban entre los veinte y los sesenta años. Estos varones quedaron sujetos a cumplir el servicio militar. El censo reveló que seiscientos tres mil quinientos cincuenta hombres estaban disponibles para cumplir sus deberes en el ejército. La tribu de Leví fue excluida del censo general a causa de su misión especial en el Mishcán (Santuario).

Debía mantenerse el orden y la disciplina en todo momento, ya fuera que los israelitas estuvieran acampados o en marcha. El campamento fue dispuesto en forma de cuadrilátero, con el Mishcán en el centro, protegido en sus cuatro lados por las tiendas de los leviím. Las doce tribus fueron divididas en cuatro grupos, cada uno de los cuales tenía el nombre de su tribu principal, y todas éstas formaban el cordón exterior. Iehudá, junto con Isajar Zevulún, estaban ubicados en el lado oriental del campamento; ReuvenShimón Gad acamparon en el lado sur, EfraímMenashé Biniamín se ubicaron en el extremo occidental, y DanAsher Naftalí en el área norte. Durante los viajes de la nación, el grupo liderado por Iehudá marchaba al frente, seguido por Reuvén,Efraim y, en la retaguardia, Dan. Algunos comentaristas sostienen que todo el conjunto se movilizaba como un cuadrilátero, conservando la misma forma que tenía cuando estaba acampado.

Originalmente, los primogénitos habían sido elegidos por D-s para cumplir los servicios sagrados. Después de cometido el pecado de éiguel hazahav(becerro de oro), esta codiciada tarea fue asignada a los leviím, quienes se habían mantenido fieles al Señor en todo momento. En consecuencia, Moshé recibió orden de encomendar a los levitas el servicio del Mishcán bajo la supervisión de Aharón y sus hijos. El censo efectuado reveló que había un total de veintidós mil trescientas leviím.

A cada una de las familias levíticas – Guershón, Kehat y Merari – le fue asignada una tarea aparte en el servicio del Mishcán. Los guershonim, en el aldo occidental, eran responsables del transporte de las cubiertas del Mishcán. Los kehatim, acampados en el lado sur, trnasportaban el Arca, el Shulján, laMenorá y los mizbeijot (altares). Los miembros de Merari, situados en el lado norte, tenían la responsabilidad de transportar las tablas, los pilares, las clavijas y los cubos del Mishcán. Los miembros de Kehat fueron advertidos de que no debían tocar y ni siquiera mirar los objetos sagrados, que eran cubiertos por Aharón y sus hijos antes de ser trasladados. Elazar, hijo de Aharón, era el supervisor general del Mishcán, cuidando en particular la provisión de aceite para las lámparas, el incienso, la minjá continua y el aceite de unción. Esto es parcialmente analizado en la parashá siguiente.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA BEHAR-BEJUKOTAI

 

B”H

 

Parashá Behar

Después que hubieron tomado posesión de Canaán, los judíos debieron observar cada séptimo aó como uno de shemitá (sabático) para la tierra. Durante su transcurso no debían sembrar los campos ni podar los viñedos, como así tampoco levantar la cosecha que hubiere crecido espontáneamente.

Cada cincuenta años debían observar el iovel (jubileo), que sería proclamado en Iom Kipur. Durante ese año los campos no podían ser sembrados. Además, los esclavos hebreos debían ser liberados y todas las tierras devueltas a los dueños originales. Por consiguiente, el precio de la tierra que se vendía debía estar basado en la cantidad de años que restaban hasta el iovel. La tierra vendida a causa de la pobreza del propietario podía ser redimida por un pariente del dueño original o por éste mismo. Si alguien debía vender una casa en una ciudad amurallada, tenía un año de tiempo para redimirla. Debía hacerlo durante ese lapso después del cual ya era demasiado tarde. Empero las casas en aldeas y ciudades apartadas para los leviím volverían a sus dueños originales durante el iovel.

Se debía prestar dinero a un judío pobre sin cobrarle intereses. Si el indigente se veía obligado a venderse como siervo, el amo judío debía tratarlo como un sirviente contratado y con respecto; el sirviente sería puesto en libertad durante el iovel. Un pariente rico podía redimir a un sirviente judío pagando a su amo una suma basada en la cantidad de años que restaban hasta el iovel.

Parashá Bejukotai

El séfer Vaikrá concluye con el fragmento en que Moshé contrapone las diferentes actitudes que seguirán a la obediencia o la contravención de los judíos a los mandamientos de Hashem. la adhesión a las leyes se traducía en prosperidad y paz para el pueblo. La tierra producirá en abundancia y los granjeros estarán ocupados todo el año en la siembra de semillas y el levantamiento de las cosechas. Con la protección del Señor, ningún enemigo atacará a los judíos y éstos disfrutarán la paz y felicidad.

Por otro lado, la contravención a las leyes de Hashem conducirá a la catástrofe. Si los judíos se rebelan contra D-s, serán castigados con enfermedades, hambre y los horrores del asedio de los enemigos, a los cuales seguirá el exilio nacional. Pero si los judíos se arrepienten de sus malas acciones, el Señor recordará de nuevo Su pacto con los patriarcas y los aceptará una vez más como Su pueblo.

Se analizan previsiones para aquellos que han hecho la promesa de contribuir al mantenimiento del Santuario. Si alguien consagra su propio capital o el de un miembro de su familia al Santuario, el monto que debe pagar varía según la edad y el sexo. Quien ofrece un animal casher que podría ser usado para un sacrificio en el Santuario, no puede sustituirlo por otro. Sin embargo, puede redimir un animal defectuoso pagando al cohén su valor monetario más un quinto.

La redención de una fracción de tierra entregada debía estar basada en la cantidad de años que restaban hasta el próximo iovel. Un primogénito (bejor) no puede ser destinado como ofrenda voluntaria porque ya es propiedad de Hashem. El maaser (diezmo) de producción agrícola podía ser redimido pagando su valor más un quinto, en tanto que el diezmo de animales recién nacidos (que fueron apartados para el sacrificio) no podía ser redimido.

La Torá concluye enfatizando que “éstos fueron los mandamientos dados por Hashem a Moshé en el monte Sinaí”.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

PARASHA EMOR

B”H

A causa de su posición privilegiada, el cohén debía ser modelo de pureza y perfección especialmente elevado. Tenía prohibido asistir a funerales, salvo los de sus familiares más cercanos, pues el contacto con la muerte lo contaminaba y le impedía cumplir con sus sagrados deberes. Además, no podía casarse con una mujer que no fuera casta, ni con una divorciada. Reglas aún más rígidas se aplicaban al Cohén Gadol (Sumo sacerdote), que no debía asistir a funerales, incluso al de su pariente más cercano, y sólo podía casarse con una mujer virgen. Cualquier defecto físico descalificaba al cohén para oficiar en el Mishcán (Santurio), aunque conservaba el derecho a su parte de las ofrendas.

 

También éstas debían estar libres de mácula. Sólo podía ofrecerse un animal de ocho días de vida. Una hembra y su cría no podían ser sacrificados el mismo día.

Durante el año, cierta cantidad de días eran proclamados como de asambleas sagradas, en las cuales se reunía todo el pueblo para rendir culto en el Mishcán. Estos días sagrados, en los cuales estaba prohibido trabajar, eran proclamados en el siguiente orden:
a) El shabat, séptimo día de la semana
b) El primero y el último día de Pésaj, la fiesta del pan ázimo. Esta festividad debía ser observada desde el 15 al 21 del mes de Nisán. Una vez que los israelitas hubieran tomado posesión de la tierra de Canáan, debían presentar una gavilla de los primeros frutos de la cosecha de cebada el 16 de dicho mes. Esta ofrenda debía agitarse en el altar como expresión de gratitud a Hashem, y era llamada Omer
c) Shavuot, la fiesta de las semanas. Debía ser observada el 16 de Siván, el quincuagésimo día desde el comienzo del Omer. Se contaban siete semanas desde el segundo día de Pesaj y luego se llevaba al altar una ofrenda de comida consistente de dos hozagas hechas de la nueva cosecha de trigo. Se recordó a los israelitas su deber de dejar para los pobres las espigas caídas de la cosecha.
d) Rosh Hashaná, fiesta del año nuevo, tiene lugar el primer día del añó, Rosh Jodesh Tishrei. Este día es especial: en él se hace sonar el shofar.
e) Iom Kipur, Día de la expiación, se celebra el décimo día de Tishrei. Es una fecha en la cual el pueblo debe ayunar y rezar por la expiación de sus pecados. 
f) Sucot, fiesta de las cabañas. Debía ser observada entre el 15 y el 21 de Tishrei, con gran regocijo. El pueblo debía llevar cuatro especies (Etrog, Lulav, Hadasim, Aravot) como símbolo de acción de gracias, y vivir en cabañas durante ese período para recordar su deambular por el desierto. Sheminí Atzéret, el 22 de Tishrei, debía ser observado también como día de descanso solemne.

Después de esto se le recordó al pueblo su debe de proveer aceite de oliva puro para las lámparas del Bet Hamikdash (Templo sagrado de Jerusalen), que los cohanim debían mantener encendidas continuamente. El pan de proposición debía ser hecho con doce medidas de harina fina, dispuestas en dos filas.

Un converso que había blasfemado contra D-s fue ejecutado por orden del bet din (tribunal)

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA AJAREI MOT - KODESHIM

B”H

Después de que sus hijos Nadav y Avihú hubieron muerto como castigo por su servicio incorrecto, se le dijo a Aharón que entrara en el Kodesh Kodashim(Sanctasanctorum) una vez por año, en Iom Kipur. Ese día se expiaban los pecados cometidos por la comunidad, incluyendo los del sacerdocio, y el Santuario era purificado por si hubieran entrado en él judíos ritualmente impuros.

Ese mismo día el propio Cohén Gadol, atado la mayor parte del tiempo con ropas blancas antes que con doradas, ofrecía todos los sacrificios. Estos consistían en sus personales ofrendas quemadas de pecado, que él ofrecía por sí mismo, y ofrendas comunitarias similares llevadas en nombre del pueblo. Como parte del ritual, Aharón tomó un puñado de incienso y entró en el Kodesh Kodashim. Luego arrojó el incienso sobre carbón tomado del altar y la cubierta del Arca quedó envuelta en una nube de humo.

Dos machos cabríos fueron provistos por el pueblo como ofrenda y el Cohén Gadol echó a suertes para determinar cuál de los dos sería sacrificado. A continuación, apoyó su mano sobre la cabeza del otro animal, llamado Azazel, sobre el cual confesó lospecados del pueblo, y luego lo arrojó desde un acantilado, simbolizando así la remoción del pecado del pueblo. Se dio orden a los judíos de observar permanentemente ese día como el shabat más solemne, en el cual todo miembro de la Casa de Israel debía afligirse por medio del ayuno y arrepentirse de sus malas acciones.

Nuevamente se advirtió al pueblo que los sacrificios podían ser ofrecidos solamente en el altar del Santuario. Ofrecer sacrificios en el lugar elegido por uno mismo era considerado un acto de idolatría. Además, si alguien deseaba sacrificar un animal para comer durante el período del desierto, debía ser traído como ofrenda de paz. Fueron promulgadas las leyes que prohíben comer carne de un animal que ha muerto sin haber sido sacrificado según el ritual, y también la ingesta de sangre.

Al pueblose le recordó que se esperaba de él un alto nivel de conducta moral si quería continuar siendo el elegido de D-s. Por consiguiente, el adulterio y los matrimonios ilícitos están fuera de la ley. Otras naciones habían sido destruidas porque sus miembros habían observado una conducta inmoral y el mismo destino tendrían los benei Israel si actuaban del mismo modo.

 

Parashá Kedoshim

Se exhorta a los benei Israel a ser kedoshim, de una elevada naturaleza de santidad. Este nivel espiritual puede ser alcanzado si uno respeta a los padres, observa el shabat y rechaza la adoración de ídolos. La repulsiva costumbre pagana de sacrificar niños a Moloj, el dios de los emoritas, y de practicar la brujería, son punibles con la muerte, pues contravienen esa santidad. También están prohibidos los ritos paganos de duelo consistentes en tatuar o mutilar partes del cuerpo. Están vedadas las mezclas irregulares, tales como la cruza de animales, o el entretejido de lana y lino (shaatnez), pues ofenden las leyes divinas de la naturaleza. No se deben comer los frutos de un árbol durante los primeros tres años después de haber sido plantados.

El judío se ha de distinguir por su compasión. Debe mostrar especial consideración por el pobre y el extranjero, pues nuestros antepasados también fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Por otra parte, debe dejar para los pobres la producción de las esquinas de su campo, así como las espigas caídas. Además debe hacer tratos con sus semejantes sobre bases totalmente honestas. En consecuencia, actos tales como robar, mentir y calumniar, deben ser estrictamente evitados. El empleador debe pagar a los obreros sin demora. El comerciante debe observar completa honestidad asegurándose de que sus balanzas y pesas sean absolutamente correctas. El juez no debe mostrar parcialidad en favor del pobre ni del influyente. Aquel que difama a una persona o desorienta a un ciego o a una persona ingenua, es severamente censurado. Un judío debe hacer todo lo posible por salvar la vida de otro que está en peligro. Debe también amonestar a un semejante que comete un error. Por otro lado, no debe odiar a nadie, sino amar a sus semejantes como a sí mismo.

Finalmente, debe reprimir los aberrantes pecados de adulterio, incesto y bestialidad. Las naciones paganas fueron destruidas porque practicaban esos actos abominables e Israel sufrirá ese mismo destino a menos que sus miembros observen fielmente todas las leyes de Hashem. Se espera de los benei Israel que observen una forma de vida superior y permanezcan moralmente puros.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

PARASHA TZARIA-METZORA

 

B”H

Después de dar a luz, toda madre tenía prohibido entrar en el Santuario durante 40 días; si había tenido una hija, el período era de 80 días. A la terminación de este plazo, la madre llevaba ofrendas quemadas y de pecado al Santuario, y era considerada ritualmente pura.

La persona que contraía la enfermedad de tzaráat (similar a la lepra) tenía prohibido entrar en el Santuario. Por consiguiente, cuando el color de la piel indicaba que podría estar aquejada de la enfermedad, era examinada por el sacerdote. Si el cohén, después de revisar las manchas o costras de la piel, no podía dar un veredicto definitivo referente al tzaraat, la persona era aislada durante siete días y luego reexaminada. Si la apariencia de la piel permanecía igual, el enfermo era confinado por otros siete días. Luego se realizaba un examen final. Si la marca no se había extendido, la persona era declarada ritualmente pura. Por otra parte, si las manchas se habían difundido, la persona era declarada metzorá, enferma de tzaraat. Era enviada entonces a vivir fuera del campamento de la congregación, con las ropas rasgadas, y el cabello desgreñado. Se le indicaba que gritara “impuro, impuro”, como advertencia para que los demás no lo tocaran.

Cuando la enfermedad disminuía, la persona era examinada nuevamente por un cohén, fuera del campamento, para asegurarse de que la recuperación era completa. Las elaboradas ceremonias de purificación que seguían se extendían por ocho días, y se observaban ritos especiales durante el primero y el último. El sacerdote ofrecía sacrificios y en el proceso de purificación se usaba madera de cedro e hisopo. El ex metzorá era entonces declarado miembro pleno de la comunidad.

Las leyes de tzaraat se aplicaban por igual a una vestimenta y a una casa. Si las ropas mostraban signos de tzaraat, podían ser quemadas, según el caso. Si una casa aparecía súbitamente marcada con rayas verdes o rojas, era tapiada por siete días. Si las rayas se extendían, las piedras afectadas eran removidas y reemplazadas por otras nuevas. La casa era revocada y las viejas piedras y el polvo eran arrojados en un área contaminada, especialmente establecida fuera del campamento. Si aún quedaban signos de tzaraat en las paredes, todo el edificio era demolido y sus materiales arrojados en el área contaminada fuera del campamento.

Ciertas impurezas físicas hacían a un hombre o una mujer ritualmente impuros y, por ende, tenían prohibido entran en el Santuario o tocar objetos sagrados. Este estado de impureza finalizaba después del tiempo prescripto para las ceremonias especiales de purificación.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

PARASHA SHEMINÍ

 

B”H

Los cohanim asumieron sus cargos después de los siete días de iniciación. En ese momento toda la congregación estaba de pie en actitud reverente frente al altar, mientras Aharón ofrecía sacrificios por sí mismo y por la nación entera. Después que hubo bendecido a la asamblea, Aharón se unió a Moshé en el interior del Mishcán y a su regreso las porciones del sacrificio que estaban aún en el altar fueron consumidas por el fuego Divino. Viendo esto, el pueblo cayó de rodillas en adoración delante del Señor.

Nadav y Avihú, los hijos mayores de Aharón, ofrecieron incienso sobre fuego no consagrado y no tomado del altar. Una transgresión tal por parte de cohanim, que debían dar el ejemplo para el resto de la asamblea, era imperdonable. En consecuencia, ambos fueron condenados a ser consumidos por el fuego que venía “de la presencia del Señor”, y murieron instantáneamente. Aharón estaba abrumado por el dolor de esta tragedia, pero Moshé le explicó que los cohanim tenían la responsabilidad especial de mantener el elevado nivel de santidad requerido de ellos por Hashem. Para evitar que los restantes cohanim se impurificasen tocando los cadáveres, los primos de Aharón, Mishael y Eltzafán (que no eran sacerdotes), fueron encargados de sepultarlos. Aharón y sus dos hijos restantes, Elazar e Itamar, recibieron instrucciones de no manifestar aflicción, para demostrar su sumisión a la voluntad de D-s. También se advirtió a los cohanim que no bebieran licor fuerte (como lo habían hecho Nadav y Avihú) antes de cumplir con sus deberes en el Mishcán, o de instruir al pueblo.

Aharón y sus hijos dejaron de comer su parte de la ofrenda de pecado llevada en nombre del pueblo, y el sacrificio se quemó completamente. Esto contradecía la orden de que una cierta porción de la ofrenda fuera comida por ellos dentro del Mishcán. En respuesta al reproche de Moshé, Aharón le explicó que puesto que el korbán se había tornado impuro y no había una orden específica de D-s respecto a cómo actuar en ese caso, estaba prohibido comerlo.

Pureza y santidad debían ser los principios subyacentes en la vida diaria entre los judíos. Aunque tenían permitido comer carne de animales, estaban restringidos en cuanto a la elección de alimentos, pues debían abstenerse de comer productos impuros, no casher. Sólo debían ingerir carne de aquellos cuadrúpedos que tenían completamente divididos los cascos y eran rumiantes. (Esto significaba que especies como el camello, la liebre y el cerdo estaban prohibidas). En cuanto a peces, sólo debían comer los que tenían aletas y escamas. (Esto excluía los moluscos y otras especies semejantes). En cuanto a los pájaros, los de rapiña fueron declarados prohibidos. Algunos insectos y criaturas que se arrastran fueron clasificados como impuros.

Por ende, se hizo una distinción “entre lo impuro y lo puro, y entre los animales que pueden ser comidos y los que no pueden serlo”.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

PARASHA TZAV

 

B”H

 

A los cohanim les fue otorgado la mitzvá de t´rumat hadeshen, recoger las cenizas de las olot (ofrendas consumidas) diarias. También se les encargó mantener el fuego del altar encendido permanentemente. Aharón, el Cohén Gadol, recibió instrucciones de llevar diariamente una ofrenda de comida en la mañana y otra al anochecer.

También fueron promulgadas otras leyes que especificaban los deberes de los cohanim y las porciones de las ofrendas que debían recibir. Podían comer de las ofrendas de comida, de pecado y de infracción si estaban ritualmente puros, y sólo dentro del atrio del Santuario.

En una impresionante ceremonia llevada a cabo en ese lugar, Aharón y sus hijos fueron instalados en sus cargos por Moshé en presencia de la asamblea. Después de que los cohanim se hubieran bañado, Moshé vistió a Aharón con su ropa distinta y ungió el Tabernáculo y sus elementos (el Arca, la mesa del pan de proposición, los candelabros y el altar del incienso), como así también el altar de la ofrenda quemada y la jofaina y su base (todo lo cual se hallaba en el atrio del Santuario). Luego vertió el aceite de unción sobre la cabeza de Aharón, santificándolo. Finalmente, los demás cohanim fueron vestidos con sus ropas especiales. Moshé llevó luego una ofrenda de

pecado y otra quemada. Estos ritos fueron repetidos durante siete días, lapso en el cual Aharón y sus hijos permanecieron en el atrio.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

 

 

 

PARASHAT VAYKRA - ESCRIBE LUCAS GLAT

B"H

En la parasha "Vaikra", el tema principal es como realizar korbanot (sacrificios)
La palabra "sacrificio" puede tener diferentes significados

1. Ofrenda hecha a una divinidad en señal de reconocimiento u obediencia, o para pedir un favor.
2.Esfuerzo, acción o trabajo que una persona se impone a sí misma por conseguir o merecer algo, para beneficiarse o beneficiar a alguien mas

Antiguamente, el sacrificio era la forma de acercarse a D´s, a través de ofrendas animales, vegetales, entre otras.
Actualmente, un sacrificio se corresponde con la segunda definición. Por ejemplo, a mi me es un esfuerzo levantarme temprano para ir a la escuela o al templo.
Cada uno tiene el suyo, algunos tienen problemas de movilidad y otros dejan de hacer algo que les guste para venir y poder rezar en comunidad.

Cuando en la Torá dice que el hombre fue creado a imagen y semejanza de D's, se puede entender que nos parecemos a El. 
Para mi, solo nos parecemos en la capacidad de pensar, razonar y diferenciar las cosas, porque nadie es igual a nadie, las mujeres y lo hombres tenemos cuerpos diferentes.
D´s es todo, esta presente en todas las cosas que fueron creadas y la relación que tengamos con esas cosas va a ser un "boomerang". Lo bueno que hagamos, va a volver y lo malo, también. Con las personas, funciona de la misma manera
Deseo que todos vivamos en paz, respetándonos entre todos
Shabat Shalom!

Lucas I. Glat

 

B"H

 

Resumen parasha Vaiakhel- Pikudei

Moshé transmitió a los bnei Israel los detalles de las órdenes del Señor relativas al Santuario y sus contenidos, pero primero enfatizó la santidad del Shabat, durante cuyo transcurso está prohibido efectuar cualquier trabajo. Cuando se les pidió que contribuyeran al fondo de construcción del Santuario, los benei Israel respondieron muy generosamente y cada individuo donó todo lo que pudo. Las mujeres capacitadas tejieron el material de lino. Los príncipes de cada tribu ofrecieron piedras preciosas para el pectoral, así como también aceite y especias para el incienso. Algunas mujeres donaron incluso sus espejos de cobre bruñido para la jofaina y su jarra.

Moshé hizo especial mención del hecho de que Hashem había elegido a Betzalel, de la tribu de Iehudá, un hombre sabio, comprensivo y de experiencia, para supervisar los detalles de la construcción. Fue ayudado por Oholiav, de la tribu de Dan, que eran un grabador y tejedor talentoso.

Las contribuciones para la construcción del Santuario fueron tan abundantes, que los trabajadores llegaron a informar que tenían más material del que necesitaban. Pronto, sección por sección, el Santuario y su contenido comenzaron a tomar forma. Se pidió entonces al pueblo que interrumpiera las donaciones.

Parashá Pekudei

Por orden de Moshé fueron calculados los gastos totales de la construcción del Santuario. La obra fue inspeccionada y aprobada por él mismo, que luego bendijo al pueblo por su aporte a ese magnífico logro.

El primer día del mes de Nisán, casi un año después de la partida de los judíos de Egipto, fue erigido el Mishkán bajo la supervisión personal de Moshé, y los elementos fueron dispuestos en su interior en el orden prescripto.

Una nube cubría el Mishcán, que estaba rodeado por la gloria de Hashem. Cada elevación de la nube indicaba el deseo de D-s de que los israelitas continuarán su viaje.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

B"H

 

Resumen parasha  Ki Tisá

Cuando se hizo el censo de los israelitas varones mayores de veinte años (sujetos, por ende, a servir en el ejercito), cada uno de ellos debió pagar medio shekel de plata. Este metal era usado para la construcción del Santuario. Debía hacerse también una jofaina de bronce para ser utilizada por Aharón y sus hijos para el lavado de manos. Estaba ubicada en el atrio, entre el altar de ofrendas quemadas y la entrada al Santuario. Para ungir a sacerdotes y vasijas era utilizada una mezcla de aceite de cuatro hierbas aromáticas prescriptas, mezclada con aceite de oliva, y se preparaba incienso para uso sagrado, hecho con especies dulces seleccionadas.

Betzalel, de la tribu de Iehuda, y Oholiav, de la tribu de Dan, fueron elegidos por la Divinidad para aplicar su habilidad como artesanos a la supervición del trabajo de construcción del Santuario. Aunque la construcción del Mishcán era de la mayor importancia, no debía anular la observancia del shabat y el pueblo recibió ordenes de cesar todo trabajo durante el día de descanso.

Moshé había permanecido en el monte Sinaí durante cuarenta días y cuarenta noches y el pueblo, temiendo que no regresara, reclamaba un objeto visible que pudiera adorar. Persuadió a Aharón para que diera forma a la imagen de un becerro, fundiendo el oro de sus joyas. Los judíos llevaron ofrendas quemadas y de paz a ese ídolo, alrededor del cual cantaron y danzaron. Ese despliegue de herejía provocó la ira de D-s, y ordenó a Moshé que descendiera. Le informó del pecado de Israel y declaró que destruiría a esa nación traidora. Moshé suplicó al Señor que tuviera piedad y no diera a los egipcios la oportunidad de regocijarse con la desgracia de los israelitas, sino que recordara Su pacto eterno con los patriarcas. Al oír este ruego, Hashem concedió al pueblo judío una nueva oportunidad.

Mientras descendía de la montaña el diecisiete de Tamuz, con las dos Tablas de la Ley grabadas por D-s, Moshé oyó los gritos de la orgía y al observar la oprobiosa conducta del pueblo, las arrojó al suelo. Luego, destruyó el becerro de oro y lo echó al fuego, después de lo cual lo molió hasta convertilo en polvo, que echó en una corriente de agua de la cual hizo beber al pueblo. Reprochó a Aharón por lo ocurrido y éste se justificó diciendo que se vio forzado a cumplir las demandas del pueblo. Moshé convocó a todos sus partidarios a reunirse alrededor de él y la tribu de Levi respondió inmediatamente. A su orden, los miembros de Leví recorrieron el campamento y mataron alrededor de trescientos jefes de la revuelta. El amor y la compasión de Moshé por el pueblo lo impulsó a rogar al Señor que lo perdonara, pues si fuera destruido él perdería el deseo de vivir. La respuesta que recibió fue que sólo serían castigados aquellos que habían pecado intencionalmente, y que en vista de la intercesión de Moshé el pueblo sería conducido a la Tierra prometida por un envaido de Hashem, no por El mismo. Al enterarse de la reprobación del Señor por sus acciones, los israelitas se lamentaron y se quitaron los ornamentos en señal de pesar.

Moshé levantó su tienda fuera del campamento que había sido profanado por el becerro de oro. En íntioma comunión con D-s pidió una revelación de los atributos divinos para ayudarlo en la conducción del pueblo. El Señor volvió a asegurarle que El sería piadoso y guiaría a los judíos hacia Eretz Israel, pues Moshé personalmente había hallado gracia en Sus ojos. En respuesta a un pedido de que se le permitiera contemplar la Gloria Divina, se le dijo a Moshé que ningún mortal podía ver a Hashem y continuar viviendo. No obstante, se le permitió una mirada fugaz al resplandor divino a través de una grieta en la roca montañosa.

Una vez más Moshé ascendió solo a la montaña, llevando consigo las dos nuevas tablas de piedra que se le habia ordenado preparar. D-s descendió en una nube, se reveló como el Señor de la Piedad, la Bondad y la Verdad, y renovó Su pacto con Israel repitiendo los principales mandamientos que había dado previamente. Estos incluían la prohibición de la idolatría, la observancia de las festividades y la santificación del Shabat.

Hashem inscribió los Diez Mandamientos en las dos tablas de piedra, mientras Moshé registraba el contenido del pacto renovado. Después de pasar otros cuarenta días y cuarenta noches en la montaña, lapso durante el cual se abstuvo de comer y beber, Moshé descendió de la montaña y regresó al campamento. Su rostro refulgía con el resplandor Divino. A continuación comunicó las palabras del Altísismo, oídas por él en el monte Sinaí, a Aharón, los ancianos y toda la asamblea. Luego que hubo terminado de hablar se cubrió el rostro radiante con un velo. De allí en más sólo se lo quitaba cuando se encontraba ante la presencia del Señor, o cuando transmitía Su mensaje al pueblo.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

B´H

 

Resumen parasha Tetzavé

 

Aharón y sus hijos, Nadav, Avihú, Elazar e Itamar, fueron elegidos para actuar como cohanim (sacerdotes). Una de sus tareas era de mantener la menorá continuamente encendida en el Santuario. El aceite para las lámparas era facilitado por los miembros de la comunidad en general. Mientras oficiaban en el Santuario, los cohanim debían usar vestimentas especiales. Aharón, como Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), debía vestirse con ropas especialmente distintivas, confeccionadas por hábiles artesanos.

La investidura de Aharón y la de sus hijos fue confirmada por una cantidad de actos simbólicos. Aharón fue presentado con sus vestimentas por Moshé, y ungido con aceite. A esto siguió la investidura de los otros cohanim. Varios sacrificios fueron llevados al Santuario, puestos en las manos de los sacerdotes, agitados ante el altar y finalmente quemados para simbolizar el derecho de los cohanim a ofrecer sacrificios. Estos ritos repetidos diariamente durante siete días.

Entre otras obligaciones, los sacerdotes tenían la de de traer diarimente una ofrenda quemada de un cordero, en la mañana y al anochecer, en nombre de toda la comunidad judía.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

B"H

 

Resumen parasha Terumá

 

Hashem ordenó a Moshé que construyera un Mishcán (Santuario) que simbolizara Su presencia entre el pueblo y que fuera conforme al modelo Divino. Para erigirlo, se pidió a los benei Israel que aportaran voluntariamente metales preciosos, telas, pieles, lana, aceite, especias, incienso y piedras preciosas. El santuario consistía de un Jatzer (patio exterior) que contenía el altar para quemar ofrendas, la jofaina usada por los cohanim (sacerdotes) y el Tabernáculo, que estaba dividido en dos cámaras por una cortina. La cámara exterior fue denominada Kodesh (lugar sagrado), la menorá (candelabro) y elmizbeaj haktóret (altar del incienso). La cámara interior fue llamada Kodesh Hakodashim (Sanctasanctórum). A ella entraba únicamente el Cohén Gadol(Sumo Sacerdote), y sólo en Iom Kipur. Allí estaba el Arón (Arca), el más sagrado de los objetos del santuario. El Arón contenía la dos tablas de piedra en las que estaban grabados los Diez Mandamientos. Fue desde el Arón que D-s reveló, por medio de Moshe, Sus mandamientos a los benei Israel. Las instrucciones para fabricar todos los utensilios y construir el edificio para el Mishcán son detalladas minuciosamente.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

B"H

 

Resumen parasha Mishpatim

La parashá Mishpatim enumera muchas leyes básicas para la preservación de una existencia civilizada entre los b´nei Israel. El primer grupo de leyes promueve el trato humanitario de los esclavos. Un judío que ha sido vendido como sirviente para restituir el valor de un robo, debe ser puesto en libertad luego de un máximo de seis años de servicio. Si estaba casado cuando se convirtió en enclavo, el amo debe mantener a su esposa judía y a los hijos durante el período de servidumbre, y luego liberarlos al completarse ese período. Sin embargo, si su amo le provee de una esclava (shifjá c´naanit), ella y los niños que tenga de él permanecerán con el amo después de que el esclavo judío es liberado. Si el esclavo se apega tanto a su amo y la familia que insiste en permanecer con ellos luego de que los años de servidumbre hubiesen expirado, hace una declaración a este efecto ante los jueces, y el amo perfora su oreja contra la puerta de la casa con un punzón. Entonces el esclavo permanece como tal hasta el año del iovel (jubileo – al año quincuagésimo).

Un hombre puede vender a su hija como sirvienta hasta que ella tenga doce años de edad. Si no complace al amo, no puede ser vendida como esclava en un país extranjero. En lugar de ello, sus padres pueden redimirla del amo. Si el hijo del amo se casa con ella, debe ser tratada como una judía nacida libre. No se le pueden negar sus derechos maritales si el hombre o su hijo se casan con otra mujer, en cuyo caso ella queda en libertad.

Si un hombre golpea a su esclavo no judío y éste muere,el amo es castigado según lo determinen los jueces. Sin embargo, si el esclavo muere después de uno o dos días, el amo no es castigado pues se supone que no intentaba matarlo. Pero si el amo mutila al esclavo, éste es liberado inmediantamente.

La pena de muerte se impone por los siguientes crímenes: asesinato intencional (cuando uno causa una muerte accidentalmente, puede escapar de los vengativos sobrevivientes de la víctima huyendo a una ciudad de refugio); maldecir al padre o a la madre utilizando el nombre de Hashem; secuestro; prácticas de brujería; práctica de bestialidad, y sacrificios de ídolos.

He aquí las leyes referentes a agravios: si alguien hiere a otro durante una pelea, es considerado responsable por las pérdidas de beneficios de la víctima y por los honorarios médicos. Asimismo debe compensarla por dolor, turbación y herida física. Si mientras está luchando con otro hombre golpea accidentalmente a una mujer y causa su aborto, es responsable y debe pagar por los daños causados. Si el dueño de un animal peligroso no toma las precausiones adecuadas y la bestia mata a un ser humano, debe ser sacrificada y el dueño, castigado. Si un animal mata a un esclavo no judío, el dueño de éste recibe treinta shekalim de plata como compensación.

También debe pagarse compensación por daño a la propiedad. Si un animal muere después de haber caído en un pozo descubierto, el responsable de la negligencia debe pagar a su propietario el valor del animal y deducir el precio de la res muerta. Si el buey de un hombre mata al de otro, el pirmero es vendido y los propietarios se dividen el producto de ambos bueyes.

Si alguien roba y luego sacrifica o vende un buey, debe pagar el quíntuple de su valor al propietario, en tantoque si roba una oveja sólo debe pagar el cuádruple. Si el ladrón es capturado con el animal en su poder, paga el doble. Un dueño de casa puede alegar homicidio justificado si mata a un ladrón que penetra en su casa durante la noche; sin embargo, es acusado de asesinato si mata a un ladrón durante el día. Si el ladrón es muy pobre y no puede devolver lo robado, es vendido como esclavo.

Cuando un hombre permite a sabiendas que un animal suyo deambule por el campo o el viñedo de otro hombre, y causa algún daño, debe evaluarse las mejores partes de sus campos como base para estimar la compensación. Una pena similar es aplicada al hombre que enciende un fuego y ocasiona, por descuido, el incendio de la propiedad de su vecino.

Si se confia dinero o propiedades al cuidado de un individuo al que no se le paga por ello, y son robados, el propietario debe recibir el doble del valor del objeto faltante. Esta multa es pagada por el ladrón si es capturado, o por el depositario si es capturado, o por el depositario si es hallado culpable de desfalco, o por los testigos que acusen falsamente al depositario de tener el objeto en su poder. El depositario puede absolverse a sí mismo de obligación si hace un juramente de que no es responsble por la pérdida del objeto.

Cuando un animal confiado a un guardián pago muere y es lastimado o robado, el depositario puede también prestar juramento de que no es responsable. Sin embargo, si el animal es robado, el guardián será responsable. Si el animal es maltratado por bestias salvajes, el depositario no es responsable si puede devolver la res. Si alguien toma prestado un animal es responsable por su muerte o herida, a menos que el dueño esté presente en el momento del accidente.

La Torá advierte que un extranjero no debe ser maltratado o insultado en forma alguna, pues los judíos mismos fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Igual consideración debe mostrarse a la viuda y al huérfano. De lo contrario, Hashem descargará Su cólera sobre cualquiera que se aproveche de su mala situación.

Los préstamos deben hacerse sin cobrar intereses. Si alguien toma como fianza una prenda que es usada como cobija por la noche, debe devolverla a su propietario antes de la puesta del sol.

La perversión de la justicia puede ser el mayor peligro para la supervivencia de una sociedad civilizada. Puede ser causada por uno de los siguientes motivos: un testigo que levanta falso testimonio en favor de un individuo culpable; un testigo que no sostiene firmemente lo que correcto, sino que sigue a la mayoría en el error; un juez que administra justicia sobre una base parcial, y uno que acepta un soborno que nfluye en sus decisiones.

Debemos extender nuestra ayuda al prójimo incluso cuando hay rivalidad de por medio. Si ocurre que alguien encuentra un animal pedido por su rival, debe devolvérselo. De igual manera, si alguien encuentra un animal que yace impotente bajo su carga, debe ayudarlo y aliviar su dolor.

Los primeros productos y frutos de la tierra y los viñedos deben ser ofrecidos a D-s, Quien ha provisto al hombre esos presentes. En forma similar, los primogénitos de hombres y animales deben ser consagrados a 
D-s.

Otras leyes incluyen la prohibición de comer treifá (la carne de un animal despedazado por bestias en el campo). El séptimo año del ciclo de la shemitá es sabático. Durante su transcurso la tierra no debe ser sembrada ni cosechada, sino permanecer en barbecho. El shabat debe ser observado con una completa abstención de trabajo por parte de todo miembro de la casa, incluyendo los sirvientes y hasta el ganado. Tres veces por año (en Pesaj, Shavuot y Sucot), cada adulto israelita debe hacer un peregrinaje al Templo Sagrado, llevando ofrendas como expresión de gratitud a Hashem. Está prohibido remojar la carne de cabrito en la leche de su madre.

En un mensaje final, los israelitas reciben la promesa de que se obedecen las leyes divinas, el Señor los apoyará en su conquista gradual de Canaán, y su victoria estará asegurada.

Moshé regresó desde las alturas del monte Sinaí y luego de escribir todos los preceptos que le fueran transmitidos por D-s, ofreció sacrificios y leyó el Libro del Pacto al pueblo. Este respondió de inmediato, diciendo: “Todo lo que Hashem ha dicho, nosotros haremos y escucharemos”. Por orden del Señor, Moshé, Aharón, Nadav y Avihú, junto con los setenta ancianos, ascendieron al monte, donde presenciaron uan visión mística de la Gloria Divina. Despues de su descenso, Moshé fue convocado solo para recibir las dos Tablas de la Ley sobre las cuales D-s había inscripto los Diez Mandamientos, a fin de que le fueran enseñados ampliamente al pueblo, mientras que Aharón y Jur quedaron para gobernar en su ausencia. Seguido por Iehoshúa (que permaneció en la parte baja de la montaña), Moshé subióal monte Sinaí, que estaba rodeado por una nube; luego penetró en la bruma de la nube y permaneció allí durante cuarenta días y cuarenta noches.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

B”H

Resumen de la parashá Itró

Mientras Moshé llevaba a cabo su misión en Egipto, su familia regresó a Midián. Ahora que los b´nei Israel estaben en el desierto, el suegro de Moshé, Itró, llevó a su hija Tzipora y a los hijos de aquél a Refidim. Moshé dio la bienvenida a Itró en forma afectuosa y le contó todo lo que Hashem había hecho por los judíos. Su suegro reconoció totalmente el poder de D-s y Le ofrendó sacrificios. Observando que Moshé estaba sobrecargado de tareas judiciales, Itró le aconsejó que nombrara jueces para ayudarlo y que él se concetrara sólo en los casos más difíciles. Moshé actuó conforme a este sabio consejo e Itró regresó a Midian.

El primer día del tercer mes (Siván) después de su partida de Egipto, los b´nei Israel llegaron al desierto de Sinaí y acamparon frente a la montaña. Moshé se aproximó a ella y oyó la voz del Señor que lo instruía para que recordara al Pueblo cómo El los había liberado de Egipto. Si ellos Le obedecían, se transformarían en “un reino de sacerdotes y una nación santa”. Moshé descendió de la montaña y repitió las palabras del Señor a los ancianos y a todo el pueblo. Como una nación unida respondieron todos a una: “Nosotros haremos todo lo que nos ha dicho el Señor”. Moshé informó de estas palabras a Hashem y sele comunicó que D-s aparecería en una densa nube y le hablaría delante de toda la congregación de judíos. De esta forma, nunca se dudaría otra vez de Su divina comisión. El pueblo debía prepararse durante tres días para el gran suceso de la aceptación de la Torá. No debían tocar los límites de la montaña so pena de muerte.

Despues de que transcurrieron esos tres días, el seis de Siván, se produjeron truenos y relámpagos, y una densa nube descendió sobre la montaña. Se oyó el llamado de la trompeta y Moshé llevó al pueblo hasta el pie de la montaña. El monte Sinaí estaba envuelto en humo y el Señor convocó a Moshe a la cima. Luego le ordenó que advirtiera al pueblo que no debía contemplar la Manifestación Divina y Moshé cumplió la orden.

Después llegó el momento supremo de la historia del mundo. La voz del Señor fue oída por todo hombre, mujer y niño, mientras formulaba las bases de la conducta moral y religiosa de todos los tiempos:
1 – Yo soy el Señor, tu D-s, que te saqué de la tierra de Egipto…
2 – No tendrás otros dioses delante de Mí…
3 – No pronuncies el nombre del Señor, tu D-s , en vano…
4 – Acuérdate del shabat para santificarlo…
5 – Honra a tu padre y a tu madre…
6 – No matarás
7 – No cometerás adulterio
8 – No robarás
9- No levantarás falso testimonio contra tu prójimo
10- No codiciarás la casa de tu prójimo…

Los judíos estaban atemorizados por todo lo que habían presenciado que se alejaron de la montaña y rogaron a Moshé que les hablara en lugar de Hashem,por temor a morir.

Entonces Moshé se acercó a la densa oscuridad y recibió una serie de leyes. Los primeros cuatro preceptos trataban de aspectos importantes del culto divino: la prohibición de la idolatría, la erección de un altar de tierra para ofrendas de sacrificios, más solo donde Hashem ordenara que se lo construyera con roca no tallada ni modelada con instrumentos de hierro, y la ley que establece que el sacerdote debe ascender al altar por una rampa y no por escalones.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

B”H

Resumen de la parashá Beshalaj

Cuando los israelitas salieron de Egipto, Hashem no los condujo a Canaán por la ruta directa, a través de las tierra de los filisteos, con el objeto de queno se toparan con ejércitos hostiles y lamentaran la partida. En lugar de ello, el pueblo viajó en dirección opuesta, guiado por una columna de nubes durante el día, y de fuego por la noche. Moshé no olvidó transportar los restos de Iosef, como éste había pedido. Los israelitas ya habían llegado a Etam, en el límite del desierto, cuando recibieron orden de regresar y acampar junto al Mar Rojo. Allí Paró los persiguió pensando que estaban atrapados en el desierto, pero el Señor nuevamente proveyó a su salvación

Tan pronto como el pueblo judío hubo partido, el faraón se lamentó de haberle permitido salir. Reunió a todo su ejército, que consistía de muchos soldados y carros, y persiguió a los israelitas. Muy pronto los egipcios estuvieron pisándoles los talones a los judíos, que fueron dominados por el pánico y se quejaron amargamente a Moshé: “Habría sido mucho mejor para nosotros servir en Egipto que morir en el desierto”, clamaban. Pero Moshé les aseguró que D-s lucharía por ellos una vez más. La columna de nubes que los guiaba se movió hacia la retaguardia, creando un velo oscuro que obstaculizó el avance egipcio. Por orden del Señor, Moshé extendió la mano sobre el Mar Rojo. Un fuerte viento sopló, entonces, del Este y dividió las aguas. Esto permitió a los israelitas cruzar el mar con el lecho seco. Los egipcios los siguieron dentro del mar pero fueron sumidos en un estado de confusión por Hashem. Las ruedas de sus carros se atascaron en la arena húmeda. Entonces Moshé extendió nuevamente su mano sobre el mar y las aguas se cerraron sobre los egipcios y sus caballos, ahogándolos.

Moshé y los hijos de Israel entonaron una canción de triunfo, en la cual alababan el infinito poder de D-s, que había destruído al enemigo. El guiaría a Israel sin peligro a Canáan, cuyos habitantes se aterrorizaron al enterarse del aniquilamiento de los egipcios.

Los judíos marcharon continuadamente en dirección al Sur, a través del desierto de Shur, hacia Mará (amargor), llamado así por el sabor de sus aguas. Abrasado por la sed, el pueblo comenzó a murmurar contra Moshé.Entonces fue mostrado un tronco que al ser arrojado a las aguas, las endulzó. Los israelitas se refrescaron y continuaron su camino hacia el oasis de Elim.

Marchando hacia el interior, entraron en el desierto del Sinaí un mes después de su partida de Egipto. Pronto la falta de alimentos les hizo decir que mejor hubieran vivido en medio de los lujos de Egipto. Hashem les comunicó que haría caer pan del cielo y los sometería a una prueba para saber si obedecían Su ley. Por la noche venían al campamento aves migratorias, codornices, y de este modo el pueblo recibió provisiónde carne. En la mañana el terreno estuvo cubierto cubierto de man (maná), el cual tenía el sabor que deseara cada consumidor. Se ordenó a los israelitas que recogieran no más de un ómer(medida de 4 litras, aproximadamente) de man por persona cada día. Empero, el sexto día debía juntarse una porción doble para disponer de alimento tambien en shabat, día en que está prohibido trabajar. Un ómer de man era colocado en una vasija de arcilla delante del Arca en el Mishcán, como testimonio de la bondad de Hashem.

El Refidim, ubicada más hacia el sur, el pueblo disputó nuevamente con Moshe, quejándose de la falta de agua. Por orden de D-s, Moshé golpeó una roca en el cercano monte Jorev con el bastón que había utilizado en Egipto, y brotó una corriente de agua que permitió a la gente beber a voluntad. El lugar en que ocurrió este milagro fue llamado Masá-Merivá.

La tribu de Amalek atacó a los israelitas en Refidim y éstos se defendieron bajo el mando de Iehoshúa. En el fragor de la batalla, Moshe ascendió a la cima del collado, llevando su bastón. Fue acompañado por Aharon y Jur. Estos sostenían sus brazos cuando se cansaba, pues Israel sólo vencía cuando Moshé mantenía en alto las manos orando a D-s. La batalla duró hasta la puesta del sol y Amalek fue derrotado. Moshé recibió orden de registrar este incidente e inculcar su importancia en Iehoshua, quien conduciría a los israelitas en Canaán. Por su traición al atacar a Israel, la tribu de Amalek debia ser totalmente destruida y su recuerdo borrado de la faz de la Tierra.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

B”H

Resumen de la parashá Bo

Después que Moshé advirtiera a Paró que al día siguiente una plaga de langostas destruiría las cosechas de Egipto, los cortesanos lo instaron a que permitiera la partida de los israelitas varones. Sin embargo, Moshé y Aharón insistieron en que se autorizara a salir también a las mujeres, los niños y los rebaños. Como resultado, fueron expulsados del recinto de Paró. Al día siguiente, Moshé extendió su bastón y un viento del Este trajo a Egipto una plaga de langostas que devoraron la vegetación del país. Después de presenciar este desastre el faraón admitió su error y rogó a Moshé y a Aharón que rezaran por la eliminación de la plaga. Así lo hicieron y un fuerte viento retornó una vez más a su obstinada negativa.

Entonces Moshé produjo la plaga siguiente: una total oscuridad que envolvió la tierra de Egipto durante seis días. Durante tres de ellos los egipcios ni siquiera pudieron moverse. Sólo los israelitas tenían luz en sus viviendas. El caos resultante de esa pesadilla fue demasiado para el faraón, quien ofreció dejar que partieran los israelitas -hombres y niños- siempre que dejaran los rebaños como garantía de que regresarían. Moshé rechazó esta condición y Paró le prohibió que apareciera de nuevo ante su presencia. Moshé replicó que habría una plaga final de efectos devastadores: ella le costaría la vida a todos los primogénitos egipcios. Moshé y Aharón partieron entonces por última vez.

D-s informó a Moshé que la redención estaba próxima y que de allí en adelante el año comenzaría en el mes de la liberación (Nisan). El décimo dia de este mes cada jefe de familia debía apartar un cordero macho sin defectos, para mantenerlo hasta la noche del día décimocuarto, ocasión en la que debía ser sacrificado. Parte de la sangre sería salpicada sobre el marco de la puerta de toda casa judía como señal de que sus habitantes eran israelitas. Esa noche, la carne del sacrificio debía ser comida, cuando estuvieran asada, con pan sin leudar y hierbas amargas. Todo lo que quedara en la mañana debía ser quemado. Más aún, era menester comer apresuradamente y los comensales debían estar preparados para iniciar un viaje. Aquella sería la noche en que Hashem eliminaría a todos los primogenitos de Egipto, con excepción de los que estaban en casas salpicadas con sangre de cordero. Desde entonces esa festividad ha sido observada anualmente como Pésaj y es un permanente recordatorio de la liberacion de Egipto. Durante siete días se comería pan ázimo y los días primero y séptimo de la festividad debían ser observados como una asamblea sagrada, con la prohibición de hacer cualquier trabajo. El sacrificio de las ofrendas de Pesaj debía ser observado en Canaán después de la conquista, y su significación debía ser explicada a las generaciones siguientes.

Exactamente a medianoche, D-s eliminó a todos los primogénitos egipcios, tanto hombres como animales. Paró y sus compatriotas se levantaron en mitad de la noche para lamentarse amargamente por las pérdidas de vidas. Pidió entonces a los israelitas que partieran, no ya como una orden real, sino con un dejo de sometimiento, tal como Hashem lo había anticipado.

Los israelitas partieron con tal apresuramiento, quela masa del pan con levadura no tuvo tiempo de leudar (desde entonces y para conmemorar este hecho, los judíos han estado comiendo pan ázimo o matzá, en Pesaj). Eran seiscientos mil hombres los que comenzaron el viaje y llevaron con ellos a sus esposas e hijos. También transportaban una gran cantidad de oro y plata que los egipcios les habían entregado. Los judíos recibieron orden de llevar unkorbán Pesaj el catorce de Nisán de cada año. También se les ordenó qaue redimieran a sus hijos primogénitos varones en todas las generaciones futuras, y que usaran tefilín (filactelias) “como señal en tu mano y como recordatorio entre tus ojos”, para qeu no olvidaran la salvación de los judíos en Egipto.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

B”H

Resumen de la parashá Vaerá

Hashem Se reveló a Moshé como el Señor cuyas promesas a los patriarcas se cumplirían ahora, pues los israelitas serían rescatados de la esclavitud y llevados a la Tierra Prometida. Los judíos, con el espíritu quebrantado, rehusaron escuchar a Moshé cuando les entregó el mensaje del Señor. Esto produjo temor en Moshe, pues se preguntaba cómo lo escucharía el gran faraón si sus propios hermanos no lo hacían, especialmente por el hecho de que temía dificultades de dicción. Nuevamente se le dijo que Aharón sería su vocero y que el faraón se rehusaría a permitir a los judíos la salida de Egipto hasta que Hashem no infligiese severos castigos a los egipcios.

Moshé tenía ochenta años y Aharón ochenta y tres cuando partieron a cumplir su misión. Sabiendo que Paró se impresionaría con un acto mágico, Aharón arrojó un bastón al suelo, que se convirtió en una serpiente. Sin embargo, los magos egipcios pudieron reproducir esta proeza. Pero aún cuando el bastón de Aharón se tragó a los bastones de los magos, el faraón permaneció impasible.

La primera plaga se desató entonces sobre Egipto. Después de advertir a Paró lo que iba a ocurrir, Aharón siguió las instrucciones de Moshé y agitó su bastón sobre el Nilo, los canales y reservorios. Las aguas se convirtieron en sangre. Los peces murieron y esto produjo un olor pestilente e insorportable. Los egipcios, enfrentados con la falta de agua, se vieron obligados a suplicar a los judíos que les dieran un poco, pues la plaga -que se prolongó durante siete días- no tenía efecto sobre el agua de los hebreos. Puesto que el milagro fue nuevamente repetido por los magos egipcios, el faraón mantuvo su actitud obstinada. Por consiguiente, ignoró la amenaza de una plaga de ranas. Nuevamente Aharón extendió la mano sobre el Nilo y las ranas cubrieron la tierra. El soberano egipcio rogó a Moshé que detuviera los efectos de la plaga y prometió permitir, a cambio, la salida del pueblo judío para ofrendar sacrificios a Hashem. Tan pronto como Moshé oró al Señor, cesó la plaga. Sin embargo, el faraón se rehusó obstinadamente a cumplir su promesa.

Entonces Aharón golpeó con su bastón el polvo de la tierra y éste se transformó en piojos que cubrían a hombres y animales. Esta vez los magos egipcios no pudieron hacer lo mismo y se vieron forzados a admitir la superioridad del poder de D-s. No obstante, el corazón de Paró continuó endurecido.

Moshé le advirtió que animales invadirían los hogares de los egipcios, pero quela tierra de Goshen, donde vivían los judíos, no sería afectada. El faraón se mantuvo en sus trece. Sin embargo, la desolación provocada por esta plaga lo obligó a autorizar que los israelitas ofrendaran sacrificios a Hashem en Egipto. Moshé, en cambio, exigió que se permitiera a los judíos viajar por tres días al desierto para ofrecer los sacrificios, a fin de escapar al saqueo de los egipcios. Paró accedió, pero tan pronto como se detuvo la plaga, se negó nuevamente a dejar salir a los judíos.

Entonces Moshé le advirtió que la morriña (enfermedad del ganado) devastaría a Egipto (con excepción de Goshen) si Paró no terminaba por acceder. Paró rechazó la advertencia y la plaga azotó intensamente al ganado de los egipcios causándole la muerte, en tanto que los animales pertenecientes a los judíos no fueron dañados. No obstante, Paró permaneció inconmovible.

A continuación Moshé arrojó ceniza hacia el cielo en presencia de Paró. La ceniza se convirtió en polvo y éste causó una epidemia de forúnculos dolorosos tanto en los hombres como en las bestias. Los propios magos de Paró fueron afectados, pero él no cambió de opinión.

Se le dijo entonces que destrozaría las cosechas y diezmaría el ganado que aún quedaba. Se le aconsejó que cubriera a personas y animales para salvarlos de la muerte. Algunos egipcios atendieron la advertencia y buscaron refugio junto con el ganado. Entonces Moshé extendió su bastón hacia el cielo y una terrible tormenta de truenos, relámpagos y granizo arrazó el país (excepto Goshen), matando a hombres y bestias, y destruyendo las cosechas. (El granizo era de naturaleza inusual. Estaba compuesto de fuego en su interior y hielo en el exterior, y era de gran tamaño). Esta vez Paró reconoció su error, pero cuando cesó la tormenta, su corazón se endureció nuevamente como una piedra.

 

 

B”H

Resumen de parasha Shemot

Los descendientes de Iaakov estaban ahora en Egipto, donde se multiplicaron. El nuevo faraón, temiendo que los israelitas se unieran a las fuerzas enemigas para derrocarlo, inició una política de opresión, reduciéndolos a la condición de esclavos. Supervisados por crueles capataces, fueron forzados a construir las fortalezas y ciudades de almacenamiento de Pitom y Raamses, en la frontera de Egipto. Sin embargo, los intentos del faraón por reducir numéricamente la población judía resultaron ineficaces, pues su tasa de natalidad aumentaba decididamente. Tomando una drástica medida, el soberano egipcio ordenó a las parteras hebreas que mataran a los niños varones en el momento de nacer. Pero las comadres desobedecieron por temor de Hashem. El fararón ordenó entonces que todo varón recién nacido fuera ahogado en el Nilo.

Amram y Iojéved miembros de la tribu de Leví, eran padres de dos niños, Miriam y Aharón. Poco después del decreto del faraón, Iojéved dio a luz a un segundo varón. Cuando ya no pudo mantener en secreto el nacimiento de su hijo, colocó a éste en una arquilla de juncos que dejó entre las plantas de la orilla del Nilo (bajo supervisión de Miriam). La hija del faraón fue a bañarse en el Nilo, vió la arquilla y envió a una de sus servidoras a traerla. Se dio cuenta de que había en ella un niño hebreo y sintiendo piedad por él, decidió adoptarlo. Miriam se adelantó y con el permiso que le diera la princesa para buscar un ama de cría, regresó con Iojeved, bajo cuyo cuidado el niño recibió más tarde enseñanzas sobre las tradiciones de sus antepasados. El niño fue llevado al palacio real y se lo llamó Moshé, que significa: “extraído de las aguas”.

Después de haber madurado, Moshé fue a encontrarse con sus hermanos israelitas y observó sus sufrimientos. Vio que un capataz egipcio golpeaba salvajemente a uno de los hebreos. No había nadie a su alrededor y Moshé, airado, mató al cruel egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente Moises intervino en una disputa entre dos israelitas. Uno de ellos le preguntó en tono insultante qué derecho tenía de juzgar a los demás, y si intentaba matarlo como lo había hecho con el egipcio. Moshé comprendió, entonces, que su acción había ganado estado público y que su vida corría peligro. En consecuencia, antes de que el soberano egipcio pudiera hacerlo capturar huyó a Midian, en la región sudeste de la península de Sinai. Llegó a un pozo, donde tuvo oportunidad de proteger a las siete hijas de Itró (el conductor espiritual de Midián) de unos pastores agresivos. Fue bien recibido por Itró y trabajó como pastor de ovejas. Pronto se casó con una de sus hijas, Tziporá, que dio a luz a dos niños, Guershom y Eliezer.

Durante la estadía de Moshé en Midian el faraón había fallecido. Su sucesor continuó oprimiendo a los judíos aún con mayor severidad, y éstos clamaron por ayuda a Hashem. Mientras cuidaba las ovejas de Itró en Jorev, Moshé tuvo una visión extraordinaria: una zarza que ardía sin consumirse. en tanto Moshé observaba esa maravilla, Hashem se dirigió a él por primera vez y le ordenó que se quitara los zapatos, pues de hallaba en suelo sagrado. Luego le informó que sería el mensajero del Señor para sacar a los israelitas de Egipto y llevarlos a la Tierra Prometida. Moshé respondió que él era indigno de una tarea tan magna, pero recibió la promesade la ayuda Divina. Moshé preguntó entonces qué respuesta debería dar cuando los israelitas le preguntaran por el nombre de D-s. El Señor respondió que El podría ser revelado con la expresión Ehié asher Ehié, “Ehié, el que soy”. Después le dijo a Moshé que informara a los ancianos de Israel sober la aparición de Hashem, y que ellos deberían demandar al faraón que permitiera a los israelitas ofrecer sacrificios al Señor en el desierto. El soberano se rehusaría, pero después que hubiera sido azotado por las plagas de D-s se vería forzado a ceder y los israelitas abandonarían Egipto cargados de riquezas.

Moshé arguyó que el pueblo no le creería, razón por la cual le fue otorgado el poder de obras tres milagros. Su bastón se transformaba en una serpiente cuando era arrojado al suelo. Esta, al ser tomada por la cola, volvía a su forma original. Luego Moshé recibió orden de poner la mano sobre el pecho. Cuando la retiró tenía rastros de lepra, pero al repetir el movimiento, la mano apareció nuevamente sana. Finalmente, si los israelitas no estuvieran convencidos, áun, Moshé debía verter agua del Nilo sobre tierra seca y el líquido elemento se convertiría en sangre. Moshé continuó titubeando y adujo que carecía de la necesaria capacidad oratoria. Hashem, por consiguiente, le informó que su hermano Aharón le serviría de vocero.

Moshe se encontró con el hermano en el monte Jorev y le contó todo lo que había ocurrido. Al llegar a Egipto reunieron a los ancianos de Israel y les revelaron las palabras del Señor. Despues de que Moshe hubo obrado los milagros, los israelitas proclamaron sufe en que Hashem respondía a sus clamores en procura de ayuda, y todos se inclinaron para rendirle culto.

Moshe y Aharón se presentaron ante el faraón y le pidieron que permitiera a los israelitas salir a ofrecer sacrificios al Señor en el desierto, pero el soberano no sólo no accedió a esta demanda, sino que impuso decretos aún más rigurosos contra los judíos. En adelante estos deberían producir la misma cantidad de ladrillos que hasta entonces, pero no se les proveería de la paja que facilitaba su elaboración. Los capataces judíos fueron castigados porque sus cuadrillas no podían cumplir con esa tarea imposible. Sus ruegos al faraón para que se apadiara de ellos fueron rechazados y acusaron a Moshé y Aharón de empeorar la situación. Sin embargo, en respuesta a las expresiones de frustración de Moshé, D-s le aseguró que el soberano egipcio se vería eventualmente compelido por el poder Divino a dejar a Su pueblo.

 

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

B”H

Resumen de la parashá Vaijí

Iaacov había llegado a la edad de ciento cuarenta y siete años. Se aproximaba el fin de sus días. Llamó pues, a Iosef y le hizo prometer que lo sepultara en Canaán, el lugar del eterno descanso de sus padres, y no en Egipto. Tiempo después se le informó a Iosef que Iaacov estaba enfermo y fue a visitarlo con sus dos hijos, Efraim y Menashé. Iaacov le dijo a Iosef que Efraim y Menashé serían contados entre sus propios hijos. Cada uno de ellos sería cabeza de un shévet (tribu), al igual que los hijos de Iaacov. Iosef acercó a sus hijos a Iaacov y éste los besó y abrazó.

Iaacov extendió la mano derecha y la colocó sobre la cabeza de Efraim (el más joven), y la izquierda sobre la cabeza de Menashé. Iosef pensó que era incorrecto que la mano derecha de su padre estuviera sobre la cabeza de Efraim; entonces le levantó la mano, le explicó que Menashé era el mayor y que en consecuencia, su mano derecha debía estar sobre su cabeza. Iaacov rehusó cambiar la posición, profetizando que Menashé se convertiría en una gran nación, pero que el shévet Efraim seria aún mayor

Iaacov llamó a todos sus hijos junto a su lecho, habló a cada uno de ellos y los bendijo. Estas famosas bendiciones, conocidas como “Birkat Iaacov” (bendiciones de Iaacov), están llenas de profecías sobre el futuro de cada shévet, y de descripciones de los atributos y características de cada uno de ellos.

Iaacov ordenó a todos sus hijos que lo sepultaran en la Mearat Hamajpelá, que Abraham le había comprado a Efrón. 
Iaacov terminó de dar las instrucciones a los hijos, juntó los pies en la cama y “retornó a su pueblo”.
Iosef cayó sobre el padre, lloró y lo besó. Luego ordenó a los médicos que lo embalsamaran, cosa que hicieron. Los egipcios observaron duelo por Iaacov durante setenta días. Iosef recibió permiso de Faraón y él, sus hermanos y todos los miembros de sus familias, junto con los ancianos de Egipto, pudieron ir a Canaán a inhumar a Iaacov en la Mearat Hamajpelá, como él les había instruido.
A su regreso a Egipto, los hermanos de Iosef, temerosos de que éste tratara de vengarse, buscaron su perdón por las malas acciones pasadas. Sin embargo, Iosef les aseguró que no había en él ánimo de venganza, los calmó y les dijo que apoyaría a ellos y a sus hijos. 
Antes de su muerte, Iosef hizo jurar a los hijos de Israel que llevarían sus restos consigo cuando Hashem los condujera de regreso a la Tierra Prometida. 
Iosef murió a la edad de ciento diez años y su cuerpo fue embalsamado y colocado en un féretro.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

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Resumen de la parashá Vaigash 

Luego que Biniamin fuera acusado de robar la copa de plata de Iosef, Iehudá se aproximó a éste y le formuló una elocuente apelación. Señaló el amor y el afecto especial que su padre Iaacov sentía por el único hijo que le quedaba de su esposa Rajel. El amor era tan intenso que el alma de Biniamin era tan cara a Iaacov como la suya propia. De hecho, continuó Iehudá, cuando Iaacov viera que Biniamin no había regresado con ellos, la decepción le causaría, seguramente, la muerte. Iehudá explicó también que él había garantizado personalmente el retorno seguro de Biniamin, y que el fracaso de este cometido provocaría su pérdida de este mundo y el venidero. En consecuencia, imploró que se le permitiera permanecer en Egipto como esclavo en lugar de Biniamin, y que éste pudiera regresar con los hermanos junto a su padre.

Iosef no pudo continuar conteniendo su fuerte emoción y ordenó que salieran todos los que estaban en la habitación, con excepción de sus hermanos. Una vez que estuvieron solos, comenzó a llorar mientras exclamaba: “Soy Iosef” y enseguida preguntó: “¿Está mi padre realmente vivo, aún?”. Sus hermanos no pudieron responderle, pues estaban avergonzados por lo que le habían hecho. Iosef se dio cuenta de esto y les indicó que se acercaran a él, cosa que hicieron. Los consoló y les pidió que no estuvieran tristes por haberlo vendido, pues Hashem lo había enviado allí, efectivamente, para mantenerlos vivos durante los años de hambre. Les indicó que regresaran enseguida a Canáan y le dijeran a su padre que viniera a Egipto con sus hijos y nietos, y todos sus bienes. Ellos vivirían en la tierra de Goshen (la tierra de más fina pastura de Egipto) y Iosef les proveería de suficiente alimento para los años de hambruna que aún restaban.

La noticia del arribo de los hermanos de Iosef llegó al Faraón, quien indicó a Iosef que les dijera que trajeran a Egipto a Iaacov y a toda su familia y pertenencias. Además le ordenó que les encargara llevar carros para transportar a sus esposas e hijos. Iosef le regaló a cada uno de sus hermanos juegos de ropa y a Biniamin cinco de tales juegos y trescientos Selaím (monedas de plata de aquel entonces). También les dio provisiones para el camino.

A su padre le envió diez asnos cargados con lo mejor de la tierra de Egipto y otros diez con todo tipo de alimentos para el viaje.
Los hermanos salieron de Egipto y llegaron a Canaán. Allí le informaron a su padre que Iosef estaba vivo y que gobernaba sobre todo Egipto. El corazón de Iaacov dio un brinco, no les creía. Entonces los hermanos contaron lo que Iosef les había dicho. Iaacov oyó todo esto, vio los carros que Iosef había enviado para él y comprendió que se había convertido realmente en un soberano de Egipto. Exclamó entonces: “Hay aún mucha alegría en mi vida, pues Iosef está vivo. Iré a verlo antes de morir”. Iaacov inició su viaje y llegó a Beer Sheva, donde ofrendó sacrificios a Di-s.

Hashem se le apareció en una visión y le dijo que no temiera viajar a Egipto, pues sus descendientes constituirían allí una gran nación. También le prometió que lo acompañaría a Egipto y luego lo llevaría de regreso a Eretz Israel (lo cual significaba que a su muerte sería sepultado en su tierra). 
Iaacov fue a Egipto con todos sus hijos y nietos. Eran setenta las personas de la casa de Iaacov que llegaron a aquel país.

Iosef preparó personalmente su carroza y fue al encuentro de su padre. En una escena plena de emoción tuvo lugar, finalmente, la reunión. Iosef se aferró al cuello del padre, llorando continuamente.
Iaacov exclamó: “Si yo muriese inmediatamente después de haberte visto, me sentiría confortado, pues aún estás vivo”.
Iosef dijo a sus hermanos y demás familiares que iba a informarle a Faraón de su llegada. Les aconsejó que cuando el rey los llamara y les preguntara cuál era su ocupación, respondieran que eran pastores. De este modo se asegurarían de vivir en Goshen, una buena tierra de pasturas, lejos de los egipcios, porque para éstos todo pastor era una abominación, ya que adoraban a la oveja como a un dios. 
Iosef presentó a cinco de sus hermanos a Faraón y ellos siguieron su consejo en su conversación con el soberano, quien finalmente dijo a Iosef que instalara al padre y a los hermanos en la tierra de Goshen. Iosef llevó a su padre ante Faraón y Iaacov le confirió a éste su bendición.
La hambruna había alcanzado una etapa crítica. Iosef recaudó mucho dinero en las tierras de Egipto y Canaán gracias a la venta de alimentos, y lo llevó al tesoro real. En pago por los alimentos Iosef exigía a los egipcios, en primer lugar, su ganado, y luego su tierra. Los israelitas vivieron en Goshen, donde adquirieron propiedades y crecieron en número.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

B”H

Resumen de la parashá Miketz

Dos años después de que el mayordomo principal fuera liberado de prisión, el faraón tuvo dos sueños extraños. En uno vio siete vacas flacas que devoraban siete vacas bien alimentadas y que, no obstante, permanecian débiles. En el otro vio siete espigas vacías tragándose otras siete llenas de granos, las que, sin embargo, permanecían delgadas. El faraón estaba perturbado por estos sueños y no se tranquilizó con ninguna de las interpretaciones ofrecidas por sus consejeros. Fue entonces que el copero recordó la capacidad de Iosef para interpretar sueños y le habló de ese talento al faraón.

Iosef fue llamado inmediatamente a presencia del monarca de Egipto, quien le informó que había tenido unos sueños que nadie había podido interpretar satisfactoriamente, y que había oído que él era capaz de explicarlos. Después de declarar que no era con su propia sabiduría que interpreta los sueños, sino que era D-s quien lo hacía a través de él, Iosef se dispuso a escuchar al faraón para satisfacer su pedido. Explicó que ambos sueños portaban el mismo mensaje de Hashem sobre lo que El estaba a punto de hacer. Las siete vacas bien alimentadas y las siete espigas rebosantes de granos representaban siete años de properidad económica para Egipto. Las siete vacas flacas y las siete espigas vacias de granos simbolizaban siete años de grave depresión económica, con una rigurosa hambruna, que seguirían a los años de prosperidad. Los siete años de hambre serían tan asoladores que los buenos anteriores serían olvidados. Más aún, la duplicación de este mensaje a través de dos sueños significaba que el comienzo de la materialización de ambos sueños era inminente.

Iosef aconsejó al faraón que nombrara a una persona sabia para administrar la tierra de Egipto. Los alimentos debían ser almacenados bajo el contgrol del faraón durante los siete años de abundancia para servir de sustento durante los años de escasez. La interpretación y el consejo de Iosef fueron aceptados por el soberado y todos sus servidores. En consecuencia, el faraón eligió inmediatamente al propio Iosef para el cargo mencionado y a la edad de treinta años lo convirtió en virrey de Egipto.

El faraón instaló oficialmente a Iosef en su cargo. Colocó en su dedo el anillo con el sello real, lo vistió con finas ropas de lino, le puso un collar de oro en el cuello, y lo ubicó en la carroza del virrey. le dio como esposa a Osnat bat Potifera, que tuvo más tarde dos hijos: Menashé y Efraim. Iosef comenzó a almacenar alimentos en las ciudades durante los años de abundancia y reunió tal cantidad que los registros perdieron significación y ya no fueron mantenidos.

Los años de abundancia habían concluído; ahora vendrían los de hambre, tal como lo había vaticinado Iosef. Este ordenó abrir todos los depósitos y vendió a los egipcios las provisiones almacenadas. Los países vecinos también sufrían hambre y sus habitantes recurrieron a Iosef para comprar alimentos.

La terrible escasez de Canaán impulsó a Iaakov a enviar a sus hijos a Egipto para comprar provisiones, pero hizo que el menor, Biniamin, se quedara en su hogar,por temor a que sufriera algun daño durante el viaje. Cuando los hijos de Iaakov llegaron, Iosef los reconoció de inmediato. Actuó con ellos como un extraño y no les reveló su identidad. Les habló rudamente ylos acusó de ser espías. Ellos negaron la acusación con vehemencia y le dijeron que eran todos hermanos y habían ido sólo a comprar alimentos. Le explicaron a Iosef que pertenecían a una familia de doce hermanos, que uno de ellos había desaparecido y que elmás joven se había quedado con su padre. “No, yo tengo razón”, dijo Iosef. “Vosotros sois espías. Esta será vuestra prueba: Enviad a uno de vosotros y que traiga, de regreso, a vuestro hermano menor. Solo entonces sabré que estáis diciendo la verdad”.

Iosef puso en prisión a todos los hermanos durante tres días. Después los liberó. Les informó, empero, que Shimon permanecería como rehén hasta que ellos retornaran con su hermano menor. Los hermanos se lamentaban ahora del trato que le habían dado a Iosef y atribuían esta terrible angustia al castigo Divino por el pecado que habían cometido. Ellos no sabían que Iosef comprendía su idioma, el hebreo, pues cuando habían conversado con él sus palabras habían sido traducidas al egipcio para que Iosef las “comprendiera”. Cuando éste observó las expresiones de lamentación de sus hermanos, se alejó de ellos y lloró.

Luego regresó e hzio encarcelar a Shimón en presencia de ellos. Más tarde ordenó secretamente a sus sirvientes que llenaran con alimentos las vasijas de sus hermanos y que les devolvieran su dinero, poniéndolo dentro de las bolsas de cereales.

Cuando regresaban a su hogar, uno de los hermanos abrió la bolsa y encontró el dinero que había pagado por el alimento. Al no saber que Iosef había ordenado secretamente que se les devolviera el dinero, los hermanos termieron ser acusados de robo. Cuando regresaron a su hogar le relataron a Iaacov todo lo que habia ocurrido y a medida que iban vaciando sus bolsas, cada uno de ellos encontraba su dinero entre los granos. Sin embargo, Iaakov se rehusó a permitir que Biniamin los acompañara a Egipto por temor a que le ocurriera una desgracia durante el viaje.

El habre en Canaán era terrible. El alimento que habían traído de Egipto fue consumido en poco tiempo. Iehudá procuró calmar los termores de su padre ofreciéndole asumir la responsabilidad por la seguridad de Biniamin. Aunque a regañadientes, Iaakov aceptó permitir que su hijo menor fuera con ellos a Egipto.

Cuando los hermanos llegaron a aquel país, fueron escoltados hasta la casa de Iosef. Allí encontraron a Shimón y luego cenaron con Iosef. Este ordenó a su mayordomo que abasteciera a los hermanos de provisiones y que les devolviera nuevamente su dinero. También ordenó que su copa de plata fuera colocada en la bolsa de Biniamin. Los hermanos partieron en viaje de regreso, pero pronto fueron detenidos por el mayordomo de Iosef (enviado por él) , quien los acusó de ingratitud por haber robado la copa de plata de su amo. Ellos protestaron su inocencia y aceptaron que se los revisara. Cuando se encontró la copa en la bolsa de Biniamin, rasgaron sus vestimentas en señal de pesar y regresaron la ciudad. Iehuda ofreció que él y sus hermanos fueran rehenes, pero Iosef rehusó detener a ninguno, salvo al ladron. Biniamin, djio , sería encarcelado, y el resto de los hermanos quedaba en libertad de regresar junto a su padre.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

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Resumen de la parashá Vaieshev

El hijo favorito de Iaakov era Iosef, su ben z´kunim (“hijo de la vejez”). Le hizo confeccionar una túnica de seda de muchos colores como signo de distinción y señorio. Esto despertó los celos de los hermanos de Iosef, al punto que llegaron a odiarlo y a no poder siquiera hablarle en tono amable.

Iosef tuvo dos sueños con el mismo mensaje obvio. El odio de sus hermanos se intensificó cuando conocieron el contenido de esos sueños. En el primero, los manojos de espigas de sus hermanos se inclinaban ante el suyo propio, que estaba en medio de ellos. En el segundo, el sol, la luna y once estrellas (representando el resto de la familia de Iosef) se inclinaban ante él. La deducción era que todos los miembros dela familia de Iosef se subordinarían a él. Iaakov le reprochó haber despertado la enemistad de sus hermanos, aunque él personalmente confiaba en que los sueños se harían realidad.

Cuando los hermanos de Iosef estaban vigilando los rebaños de su padre en Shjem, Iaakov lo envió a observar cómo iban las cosas. Al verlo acercarse, los hermanos decidieron que ésa era su oportunidad de complotar para matarlo, arrojar su cuerpo a un pozo y luego encubrir su acto diciendo que había sido devorado por una bestia salvaje.

Reuven sabía que eso era un crimen. Quería salvar a Iosef pero comprendió que los demás hermanos no entenderían sus palabras. No obstante, logró convencerlos de que no mataran a Iosef sino que lo arrojaran vivo en un pozo cercano. “Que no sean vuestras manos las que lo hieran directamente”, arguyó Reuven. El se proponía regresar secretamente, más tarde, después de que sus hermanos lo despojaron de su túnica de seda y lo arrojaron vivo al foso, como había sugerido Reuven.

En ese momento adviertieron que se acercaba una caravana de ismaelitas que transportaban especias a Egipto, y a Iehudá se le ocurrió la idea de vender a Iosef como esclavo en lugar de causar directamente su muerte. Los demás hermanos aceptaron este nuevo plan y vendieron al joven a los viajeros ismaelitas por veinte piezas de plata. Reuven, que estaba lejos cuando esto ocurría, regresó al lugar y para su gran pesar no hallo rastro alguno de Iosef. Los hermanos empaparon su prenda de seda en sangre de cabra (que es parecida a la del ser humano) y la llevaron a Iaakov, quien se convenció de que Iosef había sido devorado por una bestia salvaje y lloró su pérdida por mucho tiempo.

Entretanto, Iosef había sido vendido y vuelto a vender muchas veces. Los ismaelitas lo vendieron a comerciantes midianitas, y éstos a Potifar, un funcionario del faraón, en Egipto.

Iehuda, se había casado con la hija Shua, un comerciante, y tuvieron tres hijos. el primero se casó con una mujer llamada Tamar, pero murió poco después del casamiento. El segundo hijo se casó entonces con ella, pero este segundo esposo también murió poco después. Iehuda temía que su tercer hijo muriera también si desposaba a Tamar, de modo que le pidió a ésta que aguardara en la casa de su padre hasta que su hijo menor tuviera edad para casarse con ella. Iehuda estaba sólo postergando el asunto, pues no tenía intención de hacer que el matrimonio tuviera lugar alguna vez. Enterada a traves de una profecía de que los reyes de Israel descenderían de Iehuda, Tamar se disfrazó y lo engaño para poder concebir un hijo suyo. Cuando su gravidez fue descubiera, Iehuda -sin saber que era su propio hijo el que Tamar llevaba en su vientre- la condenó a ser quemada. Pero su nuera pudo probar que el padre del niño que iba a nacer era el propio Iehudá. Cuando ella era llevada a la hoguera, le envió a Iehuda bienes personales, diciendo: “Estoy encinta por el poseedor de estos objetos. Iehuda comprendió enseguida y reconoció que era su hijo. Admitió que ella tenía razón, pues él no le había permitido que se casara con su hijo menor, y le perdonó la vida.

Hashem protegía a Iosef y éste tuvo éxito en todo lo que emprendió. Al darse cuenta de esto, Potifar lo designó intendente de su casa. La esposa de Potifar trató de seducir a Iosef, pero él rechazaba sus diarios asedios. Finalmente, ella se sintió ofendida y reaccionó maliciosamente, acusándolo de molestarla, y logró que Iosef fuera enviado a prisión.

Incluso en la cárcel el Señor estuvo con Iosef, y éste encontró gracia en los ojos del guardián, quien lo puso a cargo de todos los prisioneros. Todo lo que ocurría en laprisión era controlado por Iosef. Mientras permaneció allí se puso en contacto con dos funcionarios reales, el copero y el panadero. Ambos habían ofendido a Paró y estaban en prisión aguardando la sentencia. Una noche, cada uno de ellos tuvo un sueño, que reveló a Iosef, y la interpretación que hizo éste fue que el copero sería perdonado por el faraón, pero que el panadero sería ejecutado. Todo ocurrió tal como Iosef había predicho. Pidió, entonces, al copero que intercediera ante el faraón en su favor, pero el funcionadrio olvidó el pedido tan pronto como fue liberado de la prisión.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

B”H

Resumen de la parashá Vaishlaj

En el viaje de regreso a su hogar, temiendo por la seguridad de su familia, Iaakov envió mensajeros al hermano con una propuesta conciliatoria, pero ellos volvieron con la noticia de que Eisav se estaba aproximando con cuatrocientos hombres armandos. Iaakov temía ahora que Eisav tratara de llevar a cabo su intención de matarlo (ver parashat Toldot). Preparándose para lo peor, dividió a la gente y sus bienes en dos campamentos. De esta forma, si un campamento era atacado, la gente del otro tendría oportunidad de escapar. Iaakov eligió ese momento de gran temor para rogarle a Hashem que lo salvara de las manos de su hermano. También envió a Eisav una cantidad de valiosos regalos, confiando en apaciguarlo.

Iaakov llevó a sus esposas e hijos y los ayudó a cruzar el vado de Iabok. Luego supervisó el paso de todas sus pertenencias. Cuando se disponía a cruzar aparecío un individuo que comenzó a luchar con él, y ambos estuvieron forcejeando hasta la madrugada. Este individuo, que según explican Jazal, era, efectivamente, el ángel que represtna a Eisav y sus descendientes en el cielo, no pudo vencer a Iaakov, pero consiguió herirlo en un muslo. Iaakov logró sujetarlo y rehusó liberarlo hasta que recibiera de él una bendición. Su deseo le fue concedido: el ángel lo bendijo y le aseguró que de allí en adelante sería conocido por el nombre de Israel. Este cojeaba al alejarse del lugar en que había tenido lugar la lucha. Es por esta razón que hasta hoy en día no comemos el guid hanashé (tendón del muslo) de ningún animal.

Cuando Iaakov vio a Eisav aproximarse junto con sus seguidores ubicó a cada hojo cerca de su respectiva madre. Primero fueron Bilha y Zilpa y sus hijos. Luego, Lea y sus niños y, finalmente, Rajel y Iosef. El propio Iaakov se acercó a Eisav al frente de su familia, inclinándose siete veces durante el camino. Fue entonces cuando courrió un milagro. Eisav, al contemplar toda la escena y ver a Iaakov haciendole reverencia, se sintío muy conmovido, corrió hacia su hermano y lo besó. Los dos comenzaron a llorar: la promesa de D-s sobre la seguridad durante el viaje de regreso se había cumplido.

Iaakov se seaparó del hermano y llegó a Shjem. Allí compró tierra, alzó su tienda y construyo un altar en agradecimiento al Señor.

El príncipe de Shejem secuestró a Dina y la obligó a vivir con él. Ninguno en Shjem protestó por esta conducta inhumana. Shimón y Leví fueron a la ciudad, rescataron a su hermana y luego castigaron al culpable, a todos los cómplices y a los que habiendo podido ayudar a Dina, no lo hicieron.

Por mandato de D-s, Iaakov regresó a Bet-El, donde construyó de nuevo un altar como expresión de gratitud al Señor, Quien se le apareció y le renovó Su promesa de darle la tierra a él y a sus descendientes. Iaakov vertió luego vino y aceite sobre el altar que había erigido en su viaje a la casa de Laván (ver parashat Vaietzé).

Cuando la familia hubo abandonado Bet-El y estuvo cerca de Bet-Léjem, murío Rajel al dar a luz a Biniamin. Fue sepultada allí y Iaakov erigió un monumento sobre su tumba. Finalmente, Iaakov llegó a Jevrón, donde se reunío con su padre. Itzjak murió a la edad de ciento ochenta años y fue sepultado por sus hijos Eisav y Iaakov.

Eisav se había convertido en un hombre muy rico y no había suficiente tierra en Canaán para sus rebaños y los de Iaakov. En consecuencia, Eisav se reasentó con su familia en el monte Seir, en Edom, una tierra que sus descendientes habitaron por muchos años.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

B”H

Resumen de la parashá Vaietzé

En su viaje desde Beer Sheva hasta Jarán, Iaakov llegó hasta el monte de Moriá y durmió allí toda la noche. En una visión entre sueños observó ángeles que ascendían y descendían por na escalera apoyada sobre la tierra, cuya parte superior llegaba hasta el cielo. Hashem apareció entonces ante Iaakov y le prometió quela tierra sobre la que estaba descansando le sería entregada a él y a sus descendientes, y que él retornaría a su hogar bajo Su protección. Al despertar, Iaakov ungió y consagró la piedra que había colocado bajo su cabeza como un altar a D-s. Prometió que cuando regresara al hogar de su padre ofrecería al Señor un décimo de todas las posesiones que El le otorgara y que regresaría a rezarLe en el altar recientemente consagrado.Iaakov llegó a un pozo de agua en un campo situado en los umbrales de Jarán. Observó que tres rebaños de ovejas y sus pastores se habían concentrado alrededor del pozo y estaban sentados, ociosos. Iaakov se acercó a ellos y les preguntó: “¿De dónde son uds.?”
“Somos de Jarán”, fue la respuesta
“¿Conocen a Lavan, el hojo de Najor?”, continuó Iaakov.
“Lo conocemos. Y allí esta Rajel, su hija, viviendo con las ovejas”, señalo uno de los pastores.
“El día es largo aún; no es momento de reunir a las ovejas. ¿Por qué no les dan uds. agua y las llevan a pastorear al campo?”, preguntó Iaakov.
“No podemos, hasta que no se reúnan los rebaños y todos los pastores juntos hagamos rodar la piedra de encima del pozo. Recíen entonces podremos darles agua a las ovejas”, explicaron los pastores.

Mientras estaban conversando, Rajel se acercó con las ovejas de su padre. Cuando Iaakov la vio se acercó al pozo, hizo rodar la pesada piedra con una sola mano y le dio de beber a las ovejas de Laván.
Entonces dio a conocer a Rajel su relacion familiar. Ella fue presurosa a avisarle al padre la llegada del visitante. Lavan dio la bienvenida a Iaakov, quien estuvo de acuerdo en trabajar para él como pastor durante siete años, para poder casarse con Rajel, de quien se había enamorado. Lavan consintió, pero después que los siete años hubieron transcurrido, engaño a Iaakov sustituyendo a Rajel por Lea bajo el palio nupcial. Su excusa por esta engañosa maniobra fue que Lea era mayor y, en consecuencia, debía casarse primero. Iaakov no tuvo alternativa y aceptó la situación. Poco después se casó también con Rajel, pero bajo la condición de que trabajara otros siete años para Laván.

Hashem vio que Lea no era tan bien queria como Rajel. Por lo tanto, hizo que aquella tuviera hijos, en tanto que Rajel permanecía estéril. Aquella dio a luz a los primeros cuatro hijos de Iaakov: Reuvén, Shimón, Leví y Iehudá. Rajel, al no tener hijos, siguió el ejemplo de la abuela de Iaakov, Sará, y le ofreció a Iaakov su sirvienta Bilha como esposa. Bilha le dio a Iaakov sus dos hijos siguientes, Dan y Naftalí.

Lea observó que había dejado de tener hijos y tambíen le dio a Iaakov su sirvienta Zilpa como esposa. Zilpa concibió a Gad y Asher. La propia Lea dio a luz a dos hijos, Isajar y Zevulún. Tambíen fue madre de una hija llamda Dina. Luego Hashem recordó a Rajel, escuchó sus plegarias y dispuso que engendrara a otro hijo, al que llamó Iosef.

Con la ayuda de Hashem, Iaakov se convirtió en un hombre muy rico. Al advertir los celos de los hijos de Laván y la actitud fría de éste, decidió que era tiempo de abandonar el lugar. En ausencia de Laván, Iaakov tomó a a sus esposas, sus hijos y sus rebaños y emprendió viaje rumbo a su hogar. Antes de que salieran, Rajel, sin que Iaakov lo supiera, robó los ídolos del padre. Ella suponía que de esta forma evitaría que practicara la idolatría. Tres días más tarde, Lavan fue informado de la partida de Iaakov, salió a perseguirlo y lo alcanzó en la montañas de guilad. Hashem se apareció ante Laván en la noche durante un sueño, y le advirtió que no tratara de influir sobre Iaakov pra que regresara a Jarán. Laván echó en cara a su yerno el haber partido tan precipitadamente y lo acusó de robar los ídolos. Iaakov negó el robo pues ignoraba que Rajel era culpable, y declaró que cualquiera que hubiera robado los ídolos moriría. Lavan conmenzo una busqueda metódica entre todas las pertenencias de Iaakov, pero Rajel los habían escondido bien yla busqueda de Lavan resultó infructuosa. Entonces Iaakov y Lavan se separaron despues de cerrar un acuerdo de paz.

Iaakov y su comitiva continuaron su camino. En su viaje el patriarca encontró angeles del Señor en un lugar al que denomióMajanaim (grupos).

En esta parasha se menciona el nacimiento de los shvatim (tribus). Ellos son : Reuven, Shimon, Leví, Iehuda, Isajar, Zevulun, Dan, Naftalí, Gad, Asher, y Iosef. El nacimiento de Biniamin es mencioando en la parashat Vaishlaj.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

B”H

Resumen de la parashá Toldot

 

Durante sus primeros veinte años de casados, Itzjak y Rivká no tuvieron hijos. Rezaron a D-s y El atendió sus oraciones y los bendijo dándoles mellizos. Eisav, el mayor, era un hombre de campo, un cazador. Iaakov, el menor, era un erudito que se pasaba todo el tiempo estudiando la Torá. Cada progenitor tenía su hijo favorito. Itzjak, mostraba afecto por Eisav, en tanto que Rivká, prefería a Iaakov.

Cierto día Eisav volvió a su hogar desde el campo, muy cansado, y advirtió que Iaakov estaba cocinando lentejas rojas. Eisav le dijo a Iaakov: “Dame rápido un poco de ese guiso para comer, pues estoy cansado”.

Iaakov respondió: “Véndeme a cambio tus privilegios de primogénito”. Iaakov sabía que hasta que Hashem eligiera a Aaron y sus descendientes para servir como la familia sacerdotal, serían los primogénitos quienes oficiarían como sacerdotes ante el Señor. Eisav no era digno de esa tarea de santidad. “¿De qué me sirven los derechos de primogenitura?”, razonó Eisav. “Júramelo”, djo el precavido Iaakov, Y así fue. Iaakov le dio a Eisav pan y lentejas a cambio de los derehcos de primogenitura, por los cuales éste había mostrado tan poco interés.

Para escapar de las garras del hambre Itzjak se trasladó temporariamente a Guerar. D-s se le apareció y le dijo que mantendría la promesa que le había hecho a su padre Abraham. le aseguró entonces a Izjak que tendría hijos tan numerosos como las estrellas del cielo y que sus descendientes heredarían la tierra de Canaan.

Tomando las mismas precausiones que su padre Abraham, Itzjak le dijo a la gente de Guerar que su esposa Rivka era su hermana. Avimélej, rey de Guerar, descubrió la verdad y ordenó que cualquiera que dañara a Itzjak o su esposa fuera ejecutado. Con la ayuda del Señor, Itzjak pronto se tornó muy próspero. Esto despertó la envidia de la población local y Avimelej le pidio que abandonara la región. Mientras estaba en el valle de Guerrar, Izjak cavó los viejos pozos de agua de su padre. Eventualmente se trasladó a Beer Sheva. Al poco tiempo, fue visitado por Avimelej, quien reconoció que Izjak era una persona santa favorecida por D-s, y ambos acordaron firmar un tratado de paz. Entretanto, Eisav provocó la pena de sus padres al casarse con dos mujeres hititas.

Itzjak había envejecido y perdido la vista, y sintió que había llegado el momento de bendecir a su hijo mayor. En consecuencia, pidió a Eisav que fuera al campo a cazar y que convirtiera la presa en un plato sabroso para él. Luego lo bendeciría. al oir esta conversación, Rivká vistió a Iaakov con ropas de Eisav, cubrió sus manos y su cuello con piel de cabra para que para que pareciera al tacto tan velludo como Eisav, y lo envió a ver a Itzjak y llevarle una sabrosa comida hecha con carne de cabra y pan, que ella había preparado. La voz de Iaakov despertó las sospechas de Itzjak, pero luego se tranquilizó al sentir las manos “velludas” como las de Eisav.

Itzjak, preparado para bendecir a su hijo, le pidió que se acercara. Iaakov así lo hizo y besó a su padre. Itzjak bendijo a su hijo diciendo: “D-s te dé del rocío del cielo y de las grosuras de la tierra, y abundante trigo y vino. Sírvanse pueblos y porsternense delante de ti naciones….Los que te maldijeren serán malditos, y benditos los que te bendijeren”.

Tan pronto como Iaakvo hubo salido, regresó Eisav y la verdad fue descubiera. Sin embargo, Itzjak no revocó su bendición a Iaakov. Enlugar de ello aceptó bendecir también a Eisav y predijo que sus descendientes vivirán por la espada y serivirían a los descendientes de Iaakov en la media en que éstos se comportarán correctamente. Pero si los descendientes de Iaakov se desviaran del sendero de la Torá, los de Eisav se liberarían de esta obligación.

Eisav estaba muy perturbado por la artimaña de Iaakov y planeó matarlo ni bien muriera su padre. Para evitar esto, Rivká instruyó a Iaakov a fin de que abandonara su hogar y viviera en la casa de su hermano Lavan, en Jarán. Itzjak le dio un consejo similar y expresó el deseo que de Iaakov eligiera una esposa de estre la familia de su tío. Luego lo bendijo nuevamente para quelas bendiciones de Abraham se cumpliesen en él y sus descendientes, y heredasen la tierra de Canaan.

Después que Iaakov hubo abandonado Beer Sheva, Eisav trató de complacer a sus padres casandose con una hija de Ishmael.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

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Resumen de la parashá JAIE SARA

Sara murió en Jevrón a la edad de ciento veintisiete años. Abraham, al conocer la mala noticia, volvió rápidamente desde Beer Sheva para guardar duelo y rendirle homenaje. Adquirió el campo y la cueva cercanos de Majpelá a Efrón el hitita, como sepulcro permanente de Sara, y la inhumó allí.

Abraham, ahora ya de edad avanzada, estaba ansioso por casar a su hijo Itzjak. Llamó a su leal sirviente Eliezer y le encargó la importante tarea de hallar una compañera adecuada para su hijo. Abraham insistió en que Eliezer jurara que no elegiría una esposa para Itzjak de entre las hijas de los canaanitas. En lugar de ello, debía regresar a la tierra nativa de Abraham y traer de allí una esposa conveniente para su hijo.

Eliezer tomó diez camellos, los cargó con los mejores presentes de su amo y emprendió viaje a la residencia de los parientes de éste en Aram Naharaim. Llegó hacia la noche y se detuvo junto a un pozo en las afueras de la ciudad. rogó a Hashem que le permitiera hallar a la muchacha apropiada para Itzjak y continuó con su plegaria al Señor par aque coronara con éxito el método que iba a aplicar. Pediría agua a una joven que estuviera junto al pozo. Aquella que respondiera: “Bebe, que yo también sacaré agua para tus camellos”, sería la elegida por D-s para Itzjak.

Antes de que Eliezer concluyera su plegaria, llegó Rivká al pozo y llenó su cántaro. Eliezer corrió hacia ella y le pidió un sorbo de agua. Rivka le dio de beber y luego sacó rápidamente agua pra todos los camellos de Eliezer. Al observar esto, el servidor de Abraham, esperando que sus plegarias hubieran sido escuchadas, le regaló ra Rivká un aro de nariz y dos brazaletes, todos de oro. Eliezer se sintió regocijado al descubrir que Rivká era, realmente, la nieta de Najor, hermano de Abraham. Se inclinó y bendijo a Hashem por este acto de bondad para con su amo.

Rivka llevó a Eliezer a su hogar y él contó toda la historia de su viaje. Los familiares estuvieron de acuerdo con esta unión y permitieron a Rivka que viajara a la tierra de Canaan para casarse con Itzjak. Eliezer inundó de regalos a Rivka y su familia. Luego partió llevando a la prometida a Canaan, donde conoció a Itzjak y se casó con él.

Abraham tomó otra esposa, K´tura, que dio a luz más hijos. Les dio hermosos regalos como herencia, pero dejó todo lo que poseía a su hijo favorito, Itzjak. Abraham murió a la edad de ciento setenta y cinco años y fue inhumado por sus hijos Itzjak e Ishmael en la cueva de Majpelá.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

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Resumen de la parashá Vaierá

Mientras Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda esperando recibir visitantes y poder cumplir así la mitzvá de guemilat jesed, aparecieron tres individuos. Abraham corrió a darles la bienvenida y a agasajarlos en la forma más hospitalaria. Estos “visitantes” eran, en realidad, malajim (ángeles) enviados por Hashem para cumplir misiones especiales en este mundo. Uno de ellos le informó a Abraham que dentro de un año su esposa Sara daría a luz a un niño. Sara, que ya tenía casi noventa años de edad en ese momento, rió para sí al escuchar esta increíble noticia. Fue, entonces, reprendida por D-s por esta leve señal de duda. Ella debía haber creído de todo corazón en la promesa de Hashem. ¿Por qué era tan difícil de creer? ¿Hay acaso, algo que El no pueda hacer? Antes de irse, un segundo malaj cumplió su misión, curando a Abraham el dolor el malestar que le había producido la circuncisión).

Había llegado el momento de que el tercer ángel cumpliera su parte: la destrucción de Sedom y Amorá. Hashem decidió que sería impropio no informar a a Abraham de Su intención de destruir las dos ciudades. Cuando Abraham se enteró de esto, se despertó su rajmanut (misericordia) y se dirigió a D-s con una plegaria en favor de los habitantes de ambas ciudades, argumentando que los hombres justos no deberían ser destruidos junto con los malvados. Obtuvo, entonces, la promesa de Hashem de perdonar a la comunidad entera se si hallaran entre ellos por lo menos diez hombres rectos.

Dos malajim llegaron a Sdom. El primero, el mismo que había curado a Abraham, ya estaba allí para cumplir el resto de su misión y salvar a Lot y su familia. El segundo malaj estaba dispuesto a destruir la ciudad. Los dos malajim, que aún conservaban el aspecto de seres humanos, fueron saludados por Lot e invitados a alojarse en su casa. Cuando se difundió la noticia en la malvada ciudad de Sedom, todos los habitantes se reunieron alrededor de la casa de Lot. Los perversos hombres de la ciudad trataron de molestar a los visitantes y fueron castigados con ceguera por Hashem. Los malajim informaron entonces a Lot que D-s tenía la intención de destruir la ciudad. Lot titubeó ante la necesidad de abandonar Sdom; quería salvar su dinero. Sin perder un instante, los malajim lo tomaron a él, a su esposa y sus dos hijas, y los ubicaron fuera de la ciudad. Les advirtieron que no se dieran vuelta para mirar la destrucción de esa urbe. Ellos serían salvados sólo por el zejut (mérito) de Abraham y en consecuencia, no tenían derecho a observar el castigo de los demás. Se les advirtió, también, que no permanecieran en la planicie que rodeaba las ciudades. Lot rogó que se le permitiera quedarse en una pequeña ciudad, conocida más tarde como Tzóar. Hashem accedió al pedido y Lot y su familia hallaron refugio en ella. Luego Hashem derramó azufre y fuego sobre las ciudades de Sedom, Amorá y la planicie que las rodeaba. Toda el área fue destruida. La esposa de Lot desobedeció la advertencia de los malajaim: se dio vuelta para contemplar la destrucción y, como castigo, fue convertida en una estatua de sal.

Lot temía vivir en Tzóar debido a su proximidad a la destruida ciudad de Sdom. Se trasladó, entonces, a una cueva en el área montañosa cercana. Fue allí que sus hijas dieron a luz a los fundadores de las naciones de Amón y Moav..

Después de esta terrible catástrofe, Abraham viajó al Neguev (el sur de Eretz Israel), a la población de Guerar. Nuevamente tomó la precaución que había adoptado en Egipto, declarando que Sara era su hermana. Ella fue llevada al palacio de Avimélej, rey de Guerar, y toda la familia de éste fue castigada con una enfermedad. D-s se apareció a Avimilej en un sueño, le dijo que había cometido un pecado grave al llevar a Sara a su palacio y le advirtió que moriría si no la devolvía a su esposo. A la mañana siguiente, Avimelej la devolvió a Abraham, junto con valiosos presentes. Abraham oró por Avimelej y D-s curó a éste y a los miembros de su familia de la enfermedad que habían contraído.

Transcurrió un año y Hashem recordó a Sara, tal como había prometido. Ella dio a luz a un niño, al que Abraham llamó Itzjak, y lo hicieron circuncidar a los ocho días, tal como D-s le había ordenado. A medida que su hijo crecía, Sara sentía que Ishmael podía ejercer una influencia perniciosa sobre él, razón por la cual pidió a Abraham que alejara a Hagar e Ishmael. Abraham se sintió apenado por este pedido, pero Hashem se le apareció y le dijo que debía seguir el consejo de Sará. También le prometió que Ishmael sería padre de una gran nación. Abraham le dio a Hagar pan y agua y la alejó de su casa junto con Ishamel. La mujer y su hijo deambularon durante días por el desierto. Cuando parecía que se iban a morir de sed, apareció un malaj de Hashem y mostró milagrosamente a Hagar donde había agua, dándole seguridades acerca del futuro de su hijo. Ishamel creció en el desierto de Parán, donde se casó con una mujer egipcia.

Abraham fue un verdadero servidor de Hashem. En el curso de su vida, d-s lo había sometido a nueve pruebas difíciles para comprobar su lealtad. Abraham siempre había pasado con éxito esas pruebas; su sincera fidelidad y devoción a D-s le había permitido sortear todas las trampas puestas en su camino. Empero, la prueba número diez había sido la más difícil de todas. hashem ordenó a Abraham que tomara su único hijo, al que amaba tanto, el hijo de su vejez, Itzjak y lo ofrendara en sacrificio en una de las montañas de Moriá.

Abraham no titubeó ni por un instante. A la mañana siguiente se levantó temprano, hizo los arreglos necesarios, tomó a su hijo y partió hacia el lugar que le sería revelado por D-s. Al tercer día llegó a la montaña señalada. Abraham construyó el mizbeaj (altar), dispuso la madera y ató las manos y los pies de Itzjak. Luego lo ubicó en el mizbéaj, sobre la madera, y alzó el cuchillo dispuesto a sacrificar a su hijo, cuando repentinamente se oyó la voz celestial de un malaj exclamar “¡Abraham, Abraham!”, e indicarle que no tocara ni hiciera daño a Itzjak. Ahora era evidente , a todas luces, que Abraham era verdaderamente temeroso de D-s y no había necesidad de sacrificar a Itzjak. Abraham encontró un carnero cuyo cuernos se habían enredado entre los arbustos, y lo sacrificó en lugar de Itzjak Hashem le prometió que por zejut (mérito) de un gran acción El lo bendeciría, sus hijos serían numerosos y sus descendientes heredarían las ciudades de sus enemigos.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

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Resumen de la parashá Lej Lejá

A Abram le llegó el llamado divino para que abandonara Jarán y se encaminara a otra tierra que Hashem le indicaría. El patriarca se dirigió a Canaán (Eretz Israel), llevando consigo a su esposa Sarai, su sobrino Lot, y todas sus posesiones. También llevó a los mucho seguidores a quienes él y Sarai habían logrado acercar a los caminos de Hashem y de Su Torá. Los viajeros llegaron a la tierra de Canaan y continuaron hasta la ciudad de Shjem, donde D-s se le apareció a Abram en una visión y afirmó Su promesa de que algún día la tierra de Canaan pertenecería a sus descendientes. Abram construyó un mizbéaj (altar) en acción de gracias a Hashem por esas noticias felices. Una terrible hambruna desatada en Canaan, impulsó a Abram a permanecer temporariamente en Egipto. Temiendo que los egipcios se sintieran atraídos por su esposa Sarai y lo asesinaran para paoderarse de ella , al acercarse a la tierra de Egipto le pidió que les dijera que era su hermana. Cuando arribaron a ese pais la belleza de Sarai despertó gran admiración y fue llevada al palacio de Paró (faraón). De inmediato, Abram fue colmado de regalos de rebaños y sirvientes. Sin embargo, cuando Paró y su familia fueron castigados con misteriosas enfermedades, éste sintió que algo andaba mal. Supo que Sarai era, en realidad, esposa de Abram, y que su secuestro había causado este castigo. Paró pidió a Abram que abandonara Egipto junto con su familia y sus bienes, y Abram así lo hizo.

Con su esposa y las nuevas posesiones que había obtenido regresó a la ciudad de Bet-El, en Canaan. Puesto que Abram y Lot se habían hecho muy ricos y dueños de grandes rebaños, no había suficientes pasturas para los ganados de ambos y surgieron disputas entre los pastores. Para evitar el conflicto, Abram sugirió que él y Lot se separaran y ofreció a su sobrino que eligiera primero la tierra en la cual quería asentarse. Lot eligió la planicie del Jordán, fértil y bien irrigada, y levantó sus tiendas hasta la ciudad de Sdom, de mala fama por la perversidad de sus habitantes. Abram se estableció en la llanuras de Mamre, cerca de Jevrón y nuevamente recibió la promesa de D-s de que algún día sus descendientes poseerían esa tierra.

En esa época, cinco gobernantes del sur de Canaán, incluyendo los reyes de Sedom y Amorá, se hallaban comprometidos en una revuelta contra Kedarlaomer, rey de Elam, a quien le habían pagado tributos durante doce años. Kedarlaomer buscó la ayuda de tres de los gobernantes vecinos. La revuelta se conviertió en una batalla en la que triunfaron Kedarlaomer y sus aliados. Estos obtuvieron un botín consistente en todas las posesiones de Sedom y Amorá. Además sometieron a cautiverio a gran parte del pueblo. Entre los cautivos se encontraba Lot. Al conocer la situación de su sobrino, Abram condujó a sus familiares y servidores, y presentó batalla contra las fuerzas victoriosas, las derrotó y rescató a Lot y sus posesiones, como así también al resto de los habitantes de Sedom y todos sus bienes. El rey de esta ciudad salió a saludar a Abram luego de su victoria y le ofreció todas las posesiones que había rescatado de Kedarlaomer, como recompensa pro haber liberado a los cautivos. Abram, empero, rehusó cualquier tipo de retribución por sus esfuerzos.

A pesar de toda su buena fortuna, Abram se sentía triste por el hecho de no tener, aún, un hijo y heredero. Entonces, Hashem, le indicó que mirara el cielo y contara las estrellas. “Ciertamente , no puedes contarlas”, dijo D-s, “pues así de numerosos serán tus hijos”. Luego le hizo saber quelo había sacado de la tierra de Ur Casdim para entregarle esta tierra como posesión que heredarían sus descendientes. Abram preguntó: “¿Cómo sabré que poseo esta tierra?” Y Hashem selló, entonces, un pacto con él, cnocido como Brit bein habetarim (pacto en las mitades). D-s le informó luego que sus descendientes serían escalvizados temporariamente en tiera extraña, pero que saldrían de ella con gran riqueza.

Como no tenía hijos, Sarai sugirió a Abram que tomara a su sierva hagar como segunda esposa. Cuando Hagar advirtió que estaba encinta le perdió el respeto a Sarai. Esta se sintió muy molesta y se quejó a Abram. el patriarca devolvió a Sarai su autoridad sobre hagar. Después, Sarai tuvo que lidiar duramente con la sierva, que terminó huyendo. Un angel de Hashem apareció ante Hagar y le dijo que regresara, prometiéndole que el hijo que tendría , Ishmael, sería el fundador de una gran Nación. Cuando Abram llegó a la edad de noventa y nueve años Hashem renovó Su pacto con él y cambió Su nombre por el de Abraham, que significa “padre de una multitud de naciones”. Luego le ordenóque se circuncidara, junto con todos los demás varones de su casa. Desde entonces, todo niño varón judío que nace debe ser circuncidado a los ocho días de edad. Este ha sido el signo del pacto entre D-s y Abraham y sus descendientes. Hashem dijo tambíen a Abraham que a partir de entonces Sarai sería conocida como Sará, que significa “princesa”. Abraham cumplió prestametne la gran mitzvá delBrit milá (circunsición) en Ishmael y todos los varones de su casa, y luego se circuncidó élmismo. Todo esto fue realizado por Abraham a la luz del día, sin importarle lo que los demás podrían decir o hacer.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

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Resumen de la parashá Noaj

 

 

Noaj era un hombre recto, pero los demás hombres de su generación eran malvados. D-s contempló el triste estado del mundo y decidió destruir a todos sus habitantes, con excepción de Noaj y su familia, provocando un diluvio. Informó a Nóaj de Su decisión y lo instruyó para que construyera un arca de tres pisos, en el que habitaría junto con su familia durante la inundación. Nóaj cumplió las instrucciones de Hashem y cuando el arca estuvo terminada, su mujer, sus tres hijos (Shem, Jam y Iafét) y sus respectivas esposas entraron en ella. Llevaron siete parejas de cada especie animal y cada ave casher, y una pareja de toda otra especie viviente. También almacenaron en el arca toda clase de alimentos para su sustento durante su estadía en ella. En el día decimoséptimo del segundo mes comenzó a llover copiosamente sobre la Tierra, al tiempo que grandes cantidades de agua surgían desde sus profundidades. Este diluvio continuó durante cuarenta días y cuarenta noches, y casi todos los seres vivientes que estaban fuera del arca se ahogaron. Fue de tal magnitud que transcurrieron casi seis meses antes de que las aguas descendieran lo suficiente como para que el arca se posara en la cima del monte Ararat.

Después de otros tres meses Nóaj liberó a un cuervo del arca para comprobar si había aparecido la tierra seca. El cuervo voló simplemente de un lado a otro, esperando que se disiparan las aguas de la superficie de la tierra. Siete días más tarde Nóaj envió una paloma, que regresó rápidamente al arca porque no pudo hallar un lugar donde posarse. Luego de esperar otros siete días Nóaj envió nuevamente a la paloma que regresó esta vez con una hoja de olivo en el pico, lo cual indicaba que las aguas estaban retrocediendo. Siete días más tarde, en la tercera ocasión, la paloma ya no regresó y Nóaj comprendió que la tierra había comenzado a secarse. Quitó, entonces, la cubierta del arca y D-s le dijo que saliera de ella. Nóaj así lo hizo luego de permanecer en la nave durante un año hebreo (lunar) y once días, o sea todo un año solar. Luego ofreció sacrificios de gratitud a Hashem por haber sobrevivido. D-s estuvo complacido con los sacrificios de Nóaj y le prometió que nunca destruiría a la raza humana por medio de un diluvio. Luego hizo aparecer un arco iris en el cielo y le dijo a Nóaj que serviría como símbolo de esa promesa.

Por medio de la descendencia de los tres ojos de Nóaj, la tierra volvió a poblarse y aparecieron los fundadores de numerosas naciones. En esa época toda la humanidad hablaba un solo idioma, lashón hakodesh, el idioma de lo sagrado. Desafortunadamente, la humanidad no aprendió de la experiencia del diluvio y retornó a las prácticas perversas.

Las diferentes naciones se reunieron y resolvieron construir una ciudad con una torre que llegara hasta el cielo. JAZAL (nuestros sabios de bendita memoria) explican que esa gente malvada no estaba satisfecha con poseer sólo la Tierra como morada. Pensamientos como: ¿Por qué D-s debe tener todo el cielo para El?, pasaban por sus mentes.

Consiguientemente, la ciudad fue llamada Bavel, que significa mezcla, pues fue allí que Hashem mezcló los idiomas de la gente que habitaba la Tierra.

Se sucedieron diez generaciones desde Nóaj hasta Avraham. Este vivió en Ur Casdim, y fue allí que cmoprendió la unicidad de D-s y arriesgó suv ida por rechazar a los ídolos y seguir a Hashem.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

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Resumen de la parashá Bereshit

 

La Torá comienza declarando que en el principio Hashem creó el cielo y la tierra de la nada. Sin embargo, el mundo era un vacio, sin forma ni orden. durante los primeros seis días D-s creó y ubicó cada cosa en el universo en su posición adecuada de funcionamiento. El orden de esta tarea divina fue el siguiente:
Primer día: Creación de la luz y la oscuridad
Segundo día: Arreglo del rakía (firmamento) pra separar las aguas del cielo y de la tierra.
Tercer día: Acumulación de las aguas en un lugar, permitiendo que la tierra fuera visible
Cuarto día: Creación y ubicación del sol y de la luna en el cielo
Quinto día: Creación de la vida en elmar, y de las aves
Sexto día: Cración de los reptiles, demás animales y, finalmente el hombre
El Séptimo día de la creación, Hashem “descansó” y lo santificó como shabat.
D-s decidió que no era bueno que el hombre estuviera solo. Trajo a todos los animales y aves ante Adam, y éste les dio nombre, pero no pudo encontrar compañera para é entre ellos. En consecuencia, Hashem sumió a Adam en un profundo sueño, sacó una de sus costillas y luego cerró la herida con carne. Dio forma, desarrolló y completó la costilla, haciendo con ella una mujer, a la cual llevó ante Adam. Luego ubicó a ambos en el Jardín del Eden, donde podrían comer de todo, excepto del fruto prohibido del árbol del conocimiento. Sin embargo, Javá se dejó influir por la astutua serpiente (najash), comió del fruto prohibido y le dio a probar a Adam. como resultado de esta transgresión recibieron el castigo divino: fueron obligados a abandonar el Gan Eden y comenzaron su vida humana, tal como la conocemos, experimentando las dificulatades del trabajo para su sustento y el sufrimiento de la parición. También la serpiente recibió su castigo y a a partir de entonces se arrastra sobre la tierra y come polvo.

Adam y Javá tuvieron dos hijos: Caín, que se convirtió en agricultor, y Hevel, que fue un pastor. Ambos llevaron ofrendas de su producción a Hashem. Hevel era sincero y llevaba lo mejor de su rebaño. Por otro lado, Cain no lo era y llevaba lo peor de su producción. Hashem aceptó la ofrenda de Hevel e hizo descender un fuego del cielo, que lo asó. pero no ocurrió lo mismo con la de Cain, quien se sintió avergonzado y se encolerizo. Mientras estaban en el campo, Caín mató a Hével.

Cuando Hashem le preguntó donde estaba su hermano, Cain respondió: “Soy acaso el gurdián de mi hermano?” D-s lo castigó, entonces, severamente, maldiciéndolo y forzándolo a deambular continuamente sobre la faz de la Tierra.

Adam y Javá tuvieron un tercer hijo, Shet, y otros más. Como cada generación se reproducía, a su vez, el número de seres humanos creció considerablemente.

Hubo diez generaciones desde ADam hasta Nóaj, incluyendo dos tzadikim: Janoj y Metushelaj. Sin embargo, la mayoría se inclinó hacia el mal y practicó la inmoralidad y la violencia. Hashem comenzó a reconsiderar Su acto de poblar el mundo con la raza humana. Noaj, empero, encontró gracia en Sus ojos.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

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Resumen de la Parashá Vezot Habrajá
Antes de su muerte, Moshé bendijo al pueblo de Israel. En un lenguaje muy formal y estilístico describió la buena fortuna que le sería deparada a cada una de las tribus. Concluyó con alabanzas a Hashem, cuya portección y amor habían de ser eternos, a condición de que el pueblo respondiese con el reconocimiento yla aceptación de Su poder.
La vida del gran dirigente estaba llegando a su fin. Moshé ascendió desde las planicies de Moav hasta las alturas del monteNevó, la cumbre del Pisgá. Allí, a solas con D-s, le fue mostrada toda la tierra de Guilad, hasta Dan; toda la de Naftalí, Efraim, Menashé y Iehudá, hasta el mar, el Néguev en el sur, y el valle de Ierijó, tan lejano como Zóar. Esta tierra sería otorgada a los hijos de Israel, tal como D-s había prometido a sus antepasados.
Luego Moshé alcanzó su eterna paz en la tierra de Moav. Fue inhumado en el valle, pero nadie conoce el sitio exacto de su sepultura. Aunque tenía 120 años de edad cuando murió, había conservado su vitalidad física, espiritual e intelectural hasta el fin. Durante treinta días los benei Israel volvieron sus rostros hacia su nuevo dirigente, Iehoshúa, que los guiaría hacia la conquista de la tierra de Canaán bajo la supervisión de Hashem. La Torá concluye con la declaración de que “nunca más se levantó profeta en Israel como Moshé, a quien conociera el Señor cara a cara”.
(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

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Resumen de la Parashá Haazinu
Moshé comenzó su poético discurso al pueblo invocando a los cielos y a la tierra como testigos eternos de sus advertencias. Marcó el contraste entre la fidelidad y la justicia de Hashem, y las formas corruptas de Su nación elegida. Si los benei Israelinquirieran sobre la vieja generación, se les diría cómo D-s había elegido a Israel entre todas las naciones y cuidado a sus miembros en el desierto como un águila cuida a sus crías. Sin embargo, en generaciones posteriores Israel podría volverse hacia otros objetos de culto
Consiguientemente, D-s promete castigar su falta de apreciación negango Su favor. Tanto los jóvenes como los ancianos serán castigados con el saqueo y la crueldad del enemigo. Será sólo Su preocupación la que evitará la completa destrucción de Israel.
En consecuencia, los benei Israel deben comprender que sólo por medio de la providencia del Señor podrían rechazar ejércitos muy superiores. Es imprescindible que reconozcan que existe un sólol D-s, Cuyo poder es absoluto.
Después de completar este discurso, el Señor le dijo a Moshé que ascendiera al Monte Nevó para que pudiera ver la Tierra Prometida antes de morir.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

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Resumen de la Parashá Vaielej

Moshé tenía 120 años de edad cuando anunció que su liderazgo llegaba a su fin. Reveló, además, que Iehoshúa había sido elegido por Hashem como su sucesor, que asumiría el mando y conduciría exitosamente a Israel a la Tierra Prometida. En presencia de todo el pueblo, Moshé exhortó a Iehoshúa a ser fuerte y valiente, y a depositar toda su confianza en D-s.

Luego puso por escrito la Ley y la entregó a los cohanim y a los ancianos. Cuando hubiera un rey que gobernara a Israel, debería leerla públicamente, en Sucot del año siguiente al de la shemitá, a los judíos reunidos en el Santuario. De esta forma, cada hombre, mujer y niño de Israel tendría presente su obligacion de obedecer a D-s.

El libro de la Ley escrito por Moshé debía ser colocado por los leviim al lado del Arón Hadkodesh, para atestiguar contra Israel si alguna vez se desviaba de sus enseñanzas.

Luego Hashem ordenó a Moshé que reuniera al pueblo para enseñarle los pasajes de la parashat Haazinu, que le recordaría nuevamente las consecuencias de volverse contra el Señor.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

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Resumen de la Parashá Nitzavím

El día en que debía morir, Moshé reunió a todos los hombres, mujeres y niños de Israel para comprometerlos en un pacto con D-s, según el cual no sólo los benei Israel presentes eran confirmados como el Pueblo Elegido, sino también todas sus generaciones futuras.

Se formuló una advertencia a todo aquel que contemplara rechazar a Hashem en la creencia de que las maldiciones antes mencionadas no se derramarían sobre él. Esta actitud provocaría la cólera del Señor y la persona en cuestión sería borrada de la faz de la Tierra. Si era el pueblo el que pecaba, toda su tierra sería destruída. Cuando las generaciones siguientes preguntaran sobre las causas de esa destrucción, se les respondería que había sobrevenido a raíz del abandono de D-s y Sus mandamientos.

Después que los judíos hubieran experimentado la bendición y la maldición de D-s, y retornado a Su congregación, El Todopoderoso reuniría de la dispersión y los regresaría a la Tierra Prometida. Entonces la maldición sería transferida a los enemigos que habían perseguido y oprimido a los judíos. Estos, por otra parte, disfrutarían de las bendiciones de prosperidad y felicidad, siempre y cuando aceptarán y observaran plenamente los mandamientos divinos.

En consecuencia, el pueblo debía comprender que la elección entre la vida y la muerte -entre el bien y el mal- era suya, y sólo suya. El cielo y la tierra son testigos eternos de este ofrecimiento. Si los benei Israel eligen adherirse a Hashem, prosperarán; de lo contrario – perecerán.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

 

 

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Resumen de la Parashá Ki Tavó

Moshé concluye la sección legal de su discurso con una enumeración de las ceremonias a realizarse en la Tierra Prometida y que comprendían los bicurim, los primeros frutos de los siete minim (especies). Estos debían ser llevados al cohén en el Santuario central. El donante debía recitar entonces una oración de gracias, recordando cómo Hashem había liberado a sus antepasados de la esclavitud en Egipto y conducido a la nueva generación a una tierra en la que fluía leche y miel.

El maaser (diezmo de la cosecha) de cada tercer año del ciclo de la shemitá debía ser entregado a los pobres. Después de esto, era menester que el donante ofreciera una plegaria en la que declaraba que había obedecido el mandamiento de apartar maaser para los leviím, los huérfanos y las viudas.

Moshé y los ancianos instruyeron al pueblo para que observara varias ceremonias solemnes después de cruzar el río Jordan. En primer lugar, colocarían grandes piedras en el monte Eival e inscribirían claramente sobre ellas todas las palabras de la Ley. En segundo término, debían construir un altar de piedras y sacrificar sobre él ofrendas quemadas y ofrendas de paz. La comida del sacrificio que seguía a esta últimas debía ser servida en una atmósfera de regocijo. En tercer lugar, la aceptación de la Ley debía ser ratificada por las doce tribus de la siguiente manera: Seis debían estar de pie sobre el monte Gerizim, representado las bendiciones, en tanto que las seis restantes debían ubicarse en el monte Eival, representado las maldiciones. Los leviím debían estar en el valle entre los dos montes , y pronunciar maldiciones sobre aquellos que cometían los siguientes pecados, bendiciendo a quienes los evitaban: 
a) Practicar la idolatría
b) Deshonrar a los padres; 
c) Correr una línea divisioria del vecino (“remover los mojones de su prójimo”)
d) Extraviar a los ciegos;
e) Actuar injustamente con el extranjero, el huérfano y la viuda;
f) Actuar en forma inmoral;
g) Asesinar a alguien ocultarmente;
h) Recibir soborno por levantar falso testimonio en una causa que implica la pena capital;
i) No observar los mandamientos en general.
Todos los miembros de las doce tribus debían responder a cada maldición y cada bendición con la palabra “Amén”.

El pueblo había sido advertido frecuentemente acerca de las consecuencias de desobedecer las leyes de Hashem. Ahora que estaba a punto de entrar en la tierra Prometida, Moshé consideró su deber enfatizar más aún, las consecuencias que traería su conducta futura. si los Benei Israel observaban los mandamientos de Hashem, recibirían numerosas bendiciones, incluso la prosperidad de sus campos y ciudades, abundante ganado, el sometimiento de los enemigos y la supremacía sobre otras naciones. Lo contrario ocasionaría el desastre: enfermedades, hambruna y muerte; la tierra de los judíos sería saqueada por una nación cruel; los judíos serían diseminados por todo el munod y se convertirían nuevamente en esclavos.

Moshé comenzó entonces su discurso tercero y fnal. En él exhortó al pueblo a recordar a D-s, Quien los protegío en Egipto y luego durante su deambular por el desierto, y continuaría protegiéndolos en el futuro.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

 

 

 

 

 

Resumen de la Parasha Ki Tetzé

Si un israelita capturaba a una prisionera de guerra en una batalla fuera de Canaán, no podía tomarla en matrimonio inmediatamente. Antes ella debía raparse la cabeza, cortarse las uñas, quitarse el vestido de cautiverio y llorar a sus padres durante un mes; todo esto para que no resultara atractiva para el judío. Luego, si éste aún deseaba casarse con ella, podía hacerlo; de lo contrario, tampoco podía tratarla como esclava.

El primogénito debía heredar una porción doble, incluso si su madre no era amada por su padre. Un hijo rebelde (por ejemplo: uno que hubiera robado, o comido y bebido una cierta cantidad de carne y vino pese a la advertencia de que no lo hiciera) debía ser apedreado. Al cuerpo de un hombre que hubiese sido colgado no debía dejárselo en esa posición toda la noche, sino que debía ser inhumando ese mismo día.

Todos los objetos perdidos debían ser devueltos a sus dueños legítimos. Por razones de seguridad, se debía construir una baranda alrededor de cada techo. Estaba prohibido usar Shaatnez (tejido con mezcla de lana y lino). Debía usarse tzitzit (flecos) en “los cuatro bordes del manto con que te cubres”.

Un esposo que hubiera acusado falsamente a su esposa de haberle sido infiel antes del matrimonio pero después del compromiso, debía ser azotado y pagar una multa. Si la acusación era cierta, la esposa debía ser apedreada. Si una mujer cometía adulterio, ella y su amante debían ser ejecutados. Un hombre no debía casarse con la esposa de su padre. también se prohibieron los matrimonios con integrantes de las naciones de Amón y Moav.

Se prohibía cobrar intereses a los judíos. Aquel que formulaba una promesa debía cumplirla.

Cuando un esposo tienen motivos para el divorcio, el matrimonio debe disolverse según el procedimiento legal del guet (ley de divorcio). Si la mujer se casa de nuevo y se convierte luego en viuda o divorciada, no puede volver a casar con su primer marido.

Si un judío le presta dinero a otro, no debe tomar como garantía nada que sirva al prestatario para su mantenimiento. si el tomador del préstamo es poble, el que presta debe devolver la prenda de garantía antes del anochecer, si fuera necesario. A un trabajador contratado sele debe pagar a la terminación del trabajo.

Si un hombre casado muere sin dejar hijos, su hermano debe casarse con la viuda y heredar sus propiedades. De este modo, la línea genealógica dle hermano fallecido no desaparecerá con élo. Si el hermano rehusa casarse con la viuda, será sometido a la ceremonia de jalitzá, por negarse a perpetuar el nombre del hermano.

Se formula una advertencia a los comerciantes y hombres de negocios en general, a fin de que sean extremadamente escrupulosos. No deben utilizar balanzas defectuosas, ni tratar de engañar en el peso o la medida al cliente.

Resumen de la Parashá Shoftim

Moshé procedió a repasar las normas necesarias para asegurar las condiciones de una sociedad civilizada. En cada ciudad debían nombrarse jueces y funcionarios locales, y la justicia debía ser administrada correcta e imparcialmente. En consecuencia, un juez tenía prohibido mostrar parcialidad o aceptar sobronos. Si un juez local encontrara un caso muy difícil de resolver, debía derivarlo a una autoridad superior, es decir, a los cohanim y la Suprema Corte, con asiento en el Santuario. Su decisión era definitiva y la negativa a acatarla podía ser castigada con la muerte.

El pecado de idolatría, determinado luego de una amplia investigación, era castigado con la muerte por apedreamiento. El acusado no podía ser condenado por el testimonio de un solo testigo. Se requerían por lo menos dos, los cuales eran los primeros en llevar a cabo la ejecución.

Moshé vaticinó que llegaría el tiempo en quelos judíos desearían que los gobernara un rey, como ocurría con otras naciones. Cuando esto suciediera, el rey debería ser un israelita nativo elegido por D-s. No debería abusar de su poder para acopiar muchos caballos, mantener un harén o acumular grandes riquezas, y tendría que escribir una copia de la Torá, de modo que fuera temeroso de D-s y observante de la Ley.

Después de enumaerar los presentes que debían recibir los sacerdotes para su sostén, Moshé dispuso que si un cohén de otra ciudad llegara al Santuario, se le permitiría oficiar junto con los demás cohanim y obtener parte de los obsequios que estos recibían.

La Torá prohibe todas las formas de superstición y “magia” practicadas por un adivino. Israel no tenía necesidad de recurrir a tales trucos pues el Señor le proveería de inspirados profetas surgidos de entre los propios israelitas. Ellos debían comunicarles la voluntad de D-s. Los falsos profetas que hablaran en nombre de ídolos debían ser castigados con la muerte. El falso vidente podía ser descubierto al no cumplirse sus predicciones.

La remoción de un mojón para ampliar una propiedad era considerada robo. Antes de que alguien pudiera ser convicto de un crimen, su acto criminal debían ser confirmado por dos testigos, por lo menos. Si se descubría que un testigo había levantado falso testimonio, debía recibir el castigo destinado a la víctima inocente.

Los israelitas no debían atemorizarse antes de entrar en batalla contra un enemigo poderoso, pues el Señor los protegería. Tres categorías de hombres estaban exceptuados del servicio militar: el que recién habían construido una casa y aún no la había inaugurado; el que habían plantado un viñedo pero no había alcanzado a disfrutar de su producción, y el recién casado.

Antes de atacar una ciudad hostil, Israel debía tratar de negociar una entrada pacífica, en cuyo caso los habitantes se convertirían en sus subordinados. Sólo si este intento pacífico fracasara, podía emprenderse la guerra. Si Israel venciese, todos los hombres del ejército enemigo serían ejectuados, pero sus mujeres e hijos serían dejados con vida. No debían destruirse los árboles frutales durante un asedio si había otros alimentos disponibles, a fin de que continuaran beneficiando a los nuevos habitantes de la ciudad conquistada.

Si se encontraba en el campo el cuerpo de una persona asesinada y no se podía descubrir al asesino, la responsabilidad por el asesinato recaía sobre la ciudad más cercana a la escena del crimen. Como expiación, los jueces y ancianos de la ciudad, actuando en nombre de los demás habitantes, debían sacrificar una vaquilona joven en un valle no cultivado po rel que pasaba una corriente de agua. Entonces debían lavarse las manos en presencia de cohanim, atestiguar que de ningún modo eran responsables por el asesinato y rezar solicitando el perdón del Señor.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

Resumen de la Parashá Ree

Moshé hace saber a los hijos de Israel que pueden elegir entre recibir las bendiciones de D-s por observar Sus mandamientos o sufrir Su anatema por recharzar Sus leyes. En los montes de G´rizim Eival se llevaría a cabo una ceremonia inmediatamente después de la entrada del pueblo en Eretz Israel, durante la cual se informarían las consecuencias de la bendición y la maldición.

Moshé expuso, después, una cantidad de leyes religiosas, civiles y sociales cuyo objeto era regular la vida de la nación en la Tierra Prometida. En primer lugar se ocupó del principio del culto centralizado, dirigido contra la práctica idolátrica del culto individual en cualquier sitio que fuere. todos los sacrificios debían ser traídos únicamente al lugar elegido por Hashem. Esas porciones de ofrendas permitidas al cultor profano debían ser comidas allí. Sin embargo, un animal destinado al consumo ordinario antes que a una ofrenda podía ser sacrificado y comido en cualquier lugar, a condición de que su sangre no fuese consumida.

Los b´nei Israel fueron advertidos de que no imitasen los espantosos ritos de los canaaneos, entre los que se contaba el sacrificio de niños vivientes a sus dioses. El falso profeta que intentase tentarlos a fin de que adorasen ídolos, debía ser muerto. Todos los pobladores de una ciudad que fuesen hallados culpables, después de la debida investigación, de practicar la idolatría, tambíen debían ser muertos, y la ciudad (llamada ir hanidájat) debía ser totalmente destruida a fuego. Además se prohibe causarse laceraciones en el cuerpo o en la cabeza en señal de duelo.

En su condición de pueblo sacro, los israelitas deben evitar comer cualquier alimento considerado abominable. Moshé, en consecuencia, repasó las normas dietéticas que habían sido reveladas en el Sinai. Estableció que un segundo diezmo (maaser shení) de la producción anual del suelo, que incluía granos, vino y aceite, debía ser traído por todo judío al Santuario, a fin de ser consumido por él mismo en ese lugar. Cualquier israelita que viviese demasiado lejos del Santuario como para llevar elmaaser sheiní podía traer su equivalente en dinero y disfrutar una comida festiva con su familia y los leviím. al final del tercer y sexto año de cada ciclo de sh´mitá, ese diezmo debía ser entregado a los pobres (maaser oni) en casa antes de ser llevado al Santuario.

Al final de cada séptimo año (sh´mitá), durante el cual la tierra debía permanecer en barbecho, “todo acreedor remitirá lo que hubiere prestado a su prójimo; no lo exigirá de su prójimo o de su hermano, por haberse pregonado la remisión del Señor”. Esto no debedesanimar a nadie ni impedirle prestar dinero al necesitado, “porque a causa de esto te bendecirá el Señor, Tu D-s”.

Además, un esclavo hebreo que hubiere sido vendido en cautiverio debe ser liberado al comienzo del séptimo año: “Y cuando le enviares de ti libre, no le enviarás con las manos vacías, sino que lo cargarás liberalmente”, a fin de posibilitarle el comienzo de una nueva vida. Si el esclavo eligiera permanecer al servicio de su patrón, se le horadaría una oreja por haber preferido la esclavitud a la libertad, contraviniendo el deseo de Hashem.

Al ampliar las leyes relativas a las festividades de Pésaj, Shavuot y Sucot, Moshé enfatizó que cada israelita varón debe peregrinar tres veces al año hacia el Santuario, llevando consigo ofrendas, “según su mano pudiere dar, conforme a la bendición que el Señor, tu D-s, te haya dado”.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

Resumen de la Parashá Ekev

Moshé continúa hablándole el pueblo judío y le asegura que en caso de observar las mitzvot será recompensado con prosperidad y buena salud. Por otra parte, no debía temer a los canaaneos, ya que D-s lo protegería. De todos modos, la conquista de la tierra de Canaán sería seguida por la eliminación de toda forma de idolatría.

Moshé explica luego, que los cuarenta años de deambular por el desierto servirían para probar la lealtad del pueblo y su adhesión a los mandamientos de D-s. Las dificultades con las que se toparon tuvieron la finalidad de disciplinarlos a fin de “hacerse saber que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de toda palabra que sale de la boca de D-s”. A continuación describe las bondades de Eretz Israel, incluyendo los siete minim (variedades de frutos que crecen allí). Moshé les previene que la prosperidad de la cual habrían de gozar en la Tierra Prometida podría conducirlos a despreciar el papel desempeñado por el Señor en su bienestar. Esta ingratitud sería castigada severamente y los desleales judíos correrían la misma suerte de las naciones paganas que habían sido eliminadas.

Moshé recuerda al pueblo sus anteriores actos de rebeldía. Después de haber estado cuarenta días en la cumbre del monte para recibir las Lujot (tablas de la ley) regresó y se encontró con la sorpresa de que el pueblo adoraba al Eiguel hazahav(becerro de oro). Hashem había manifestado Su intención de eliminarlos, pero Moshé intervino en su favor y destrozó lasLujot, como así también el eiguel hazahav. Luego castigó a aquellos que le habían rendido culto. Además le menciona a la congregación de Israel otros actos de desobediencia: “En Taverá también, y en Masá, y en Kivrot Hataavá seguisteis provocando al Señor”.

Después que Moshé hubo abogado por la causa de los b´nei Israel solicitándole al Altísimo que recordara los méritos acumulados por los patriarcas, D-s le dijo que regresara al onte para recibir otras Lujot. Estas fueron colocadas en el Arón Hakodesh (Arca Sagrada). Los cohanim y leviím fueron designados para efectuar los servicios del Mishcán y el pueblo fue autorizado a continuar su marcha desde el Sinaí hasta Canaán.

Todo lo que D-s quiere de los judíos, dice Moshé, es que Lo amen, reverencien y sirvan por medio de la observancia de lasmitzvot. Su conocimiento personal y directo de la grandeza de Hashem, manifestada por medio de hechos tales como la liberación de Egipto, el milagro del mar Rojo, las experiencias en el desierto, los castigos milagrosos impuestos a Kóraj, Datán y Aviram, debería ser suficiente para asegurar su observancia y cumplimiento de los preceptos. El sometimiento a las leyes de D-s asegurará una consecha abundante por medio de la regularidad de las lluvias de otoño y primavera. Mas si el pueblo se tornase desobediente, las aguas del cielo serían detenidas. Moshé aseguró al pueblo, además, que la adhesión a la Torá daría como resultado su victoria sobre los canaaneos y la obtención de un amplio territorio en la Tierra de Promisión.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

Resumen de la Parashá Vaetjanán

 

Continuando con su crítica al pueblo, Moshé le recordó cómo rogó a Hashem Su autorización para cruzar el río Iardén(Jordán). Sin embargo, su pedido fue denegado. En cambio, se le acordó que viera la Tierra Prometida desde la cúspide del monte Pisgá, en tanto Iehoshua era designado para hacerse cargo del liderato en Eretz Israel.

Moshé instó al pueblo a observar escrupulosamente las leyes de D-s. De este modo ellos serían reconocidos por otros pueblos como una gran nación y predominarían a pesar de ser poco numerosos. Además, serían auxiliados por el recuerdo de su experiencia al pie del monte Jorev, donde habían escuchado la voz de D-s proclamando los Diez mandamientos. el Señor no se había aparecido bajo ninguna forma ni figura, y esto debería recordarle al pueblo la prohibición de hacer ídolos de cualquier tipo. En caso de que los hijos de Israel desoyesen esta advertencia en el futuro, serían exiliados y dispersados entre las naciones. Sin embargo, y aún si tal cosa ocurriese, su sincero arrepentimiento los haría ganarse la gracia y el perdón divinos.

Moshé declaró, después, a las tres ciudades de Bétzer, Ramot y Golán, al este del Iardén, como arei miklat (ciudade de refugio) para todo aquél que matase a alguien por accidente.

Moisés repitió, entonces, los Diez Mandamientos, la base del pacto de D-s con Israel. el pueblo congregado ante el monte Sinaí se sintió aterrado por los prodigios que había visto y solicitó a Moshé que le hablara en lugar de Hashem.

Moisés formuló, entonces, el Sh´má (el credo judío principal), que afirma la unidad y unicidad de D-s, al que todos deben amar, y Cuyos mandamientos deben ser transmitidos a las generaciones siguientes.

Sus leyes deben ser recordadas permanentemente por medio de un signo colocado en la mano y en la frente (los t´filín o filactelias), e inscripciones colocadas en las jambas de las puertas (mezuzá) de cada casa.

Moshé previno al pueblo que no olvidase al Señor ni siquiera cuando ya estuviese radicado en la Tierra Prometida y lograse un alto grado de prosperidad. Deberían evitar cualquier forma de idolatría, porque ella conduciría, inevitablemente, hacia su destrucción. Las futuras generaciones deberían ser instruídas enlos mandamientos de D-s e informadas de Sus actos prodigiosos cuando liberó a sus ancestros de Egipto. Moshé les previno, además, acerca de los casamientos con paganos, porque ellos conducirían al abandono de Hashem. Israel es un pueblo santo al que D-s demostró Su amor librándolo de la esclavitud, y es su deber corresponderLe por medio de la observancia de Sus preceptos.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

Resumen de la Parashá Devarim

A medida que los judíos se iban acercando a la Tierra Prometida, Moshé les reseñaba los acontecimientos y vivencias que experimentaron durante sus años de trajinar por el desierto. El rememoraba cómo ante el monte Jorev (Sinaí) D´s les había ordanado levantar el campamento y avanzar hacia su meta, la tierra de Canaán. Moshé había clamado que sin ayuda sería incapaz de soportar la carga del liderato, de modo que fueron designados jueces y administradores para auxiliarlo en el desempeño de su pesada mision. El pueblo estaba a punto de entrar en la Tierra prometida, pero fue desanimado por el informe pesimista de los meraglim (espias) y querelló contra D´s. Esta pérdida de la fe provocó el alargamiento del peregrinaje por el desierto, tiempo durante el cual murió casi toda la vieja generación.

Los israelitas habían acampado ante el monte Seír durante un tiempo prolongado. Allí se les dijo que continuaran su recorrido a través de la tierra de Edom. Sin embargo, no debían enredarse en ingún tipo de hostilidades, pues ese territorio había sido prometido a los descendientes de Eisav. Tampoco debían agredir a los habitantes de Moav, puesto que esa tierra había sido reservada para los hijos de Lot. No obstante, habían derrotado a Sión, rey de Jeshbón, quien se había rehusado a permitirles pasar a través de su territorio. La misma suerte le tocó a Og, rey de Bashán. El temor a los israelitas comenzó, entonces, a difundirse entre las naciones vecinas.

El territorio de Guilad había sido otorgado a las tribus de Reuven, Gad y parte de Menashé, con la estipulación de que se uniesen a los demás israelitas a la conquista de Canaán. Moshé animó a Iehoshúa a fin de que no temiese a las naciones que vivían en Eretz Israel.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

Resumen de la Parashá Matot

Resumen de la Parashá Maséi

Toda promesa hecha a D-s creaba una obligación, ora positiva, (por ejemplo, una contribución voluntaria al Mishcán – tabernáculo), ora negativa (abstenerse de ciertas actividades). Sin embargo, esta regla general era restringida en los casos de una promesa hecha por una mujer bajo la jurisdicción del padre o el esposo. Así, una mujer joven y soltera que vivía en la casa del padre, o una mujer que estaba a punto de casarse o que ya lo había hecho, no estaba obligada a cumplir su promesa si el padre o el esposo (según fuera el caso), la desaprobaba. Esta desaprobación debía ser expresada el mismo día en que se había enterado de la promesa, o de otro modo cargaría con la culpa por su incumplimiento. Las promesas de una viuda o divorciada creaban una obligación.

El ataque a los midianitas fue llevado a cabo por doce mil guerreros israelitas, mil por cada tribu. Iban acompañados por Pinjás, quien llevó consigo las vasijas sagradas y las trompetas para llamar a la batalla. Durante la guerra fue matado todo midianita varón, incluso los cinco reyes de Midián y Bilam Ben Beor. Los vencedores tomaron a las mujeres, los niños, el ganado y otras posesiones de los midianitas como botín. Sin embargo, Moshé los amonestó por haber dejado con vida a las mujeres, que habían sido la causa de la plaga sobre los b´nei Israel. Los soldados, habiéndose tornado impuros por su contacto con los muertos, recibieron orden de permanecer fuera del campamento durante siete días a fin de someterse a la ceremonia de purificación. Todas sus vestimentas y utensilios fueron limpiados de acuerdo con las reglas establecidas por Elazar, el Cohén Gadol (sumo sacerdote), que las había aprendido de Moshé. El botín fue dividido luego en partes iguales entre los que habían ido a la guerra, por un lado, y los restantes por el otro. Los soldados aportaron un quigentésimo de su botín para los cohanim, mientras que los no combatientes dieron un guincuagésimo de su parte a los leviím. Los guerreros que regresaban, agradecidos por no haber caído en la batalla, hicieron una ofrenda voluntaria al Mishcán, consistente en ornamentos de oro de los cuales se habían apoderado.

Las tribus de Reuvén y Gad poseían grandes rebaños de ganado y pidieron permiso para establecerse en la tierra de pasturas de Guilad, al este del Jordán. Al principio Moshé desaprobó este plan. El temía que si estas dos tribus quedaban atrás durante la conquista de Canaán, las otras tribus podrían desanimarse. Sin embargo, cuando los reuvenitas y gaditas explicaron que tenían la intención de cruzar el Jordán y luchar junto con sus compañeros judios mientras sus familias permanecían en Guilad, Moshé cambió de opinión y encargó a Iehoshúa que se asegurara de que esa promesa fuera cumplida. De otro modo, estas tribus perderían el derecho a todo reclamo sobre su asentamiento en Guilad.

Resumen de la Parashá Maséi

Moshé registró el itinerario de los b´nei Israel a través del desierto desde el momento en que abandonaron Egipto hasta su llegada a las llanuras de Moav. En total, los israelitas habían acampado en cuarenta y dos lugares distintos durante sus cuarenta años de deambular.

Después de haber expulsado a los habitantes de Canaán, el pueblo recibió la orden de destruir todo vestigio de idolatría en ese territorio. La tierra sería distribuida por lotes den proporción a la cantidad de miembros de cada tribu. Fueron designados diez dirigentes, uno para cada una de las tribus respectivas. A ellos, juntamente con Iehoshúa y Elazar, el Cohén Gadol, se les confió la adjudicación equitativa de la tierra. Los leviím no recibieron ningún territorio. En lugar de ello se les otorgaron cuarenta y ocho ciudades a ambos lados del Jordán.

Seis de ellas, tres a cada lado de este río, fueron instituídas como arei miklat (“ciudades de refugio”), además de las otras cuarenta y dos menores. Ellas servirían de asilo para cualquier persona que hubiera matado a otra accidentalmente, permitiéndole escapar a la acción vengadora de los parientes del muerto. Luego de un asesinato accidental, el que lo hubiera perpetrado podía huir a esas ciudades de refugio, donde sería llevado ante un tribunal. Si los jueces decidían que se trataba de un caso de asesinato intencional, la persona sería entregada al vengador de la víctima (un pariente cercano). Por otra parte, cualquiera que cometiese un asesinato premeditado sería ejecutado. Asimismo, si el crimen no había sido premeditado y no tenía intención maligna, el que lo hubiera perpetrado tendría que permanecer en la ciudad de refugio hasta la muerte delCohén Gadol. Incluso un asesinato intencional no podía ser condenado a muerte amenos que hubiera dos testigos que incriminaran al asesino. La sentencia de muerte por asesinato premeditado no podía ser conmutada por medio del pago de dinero, ni tampoco podía el asesino por accidente librarse del exilio en la ciudad de refugio con ese subterfugio.

Los dirigentes de la familia de Guilad, de la tribu de Menashé, plantearon el problema de la tierra heredada por hijas, tales como las de Tz´lofjad. Si estas hijas se casaban con miembros de otras tribus, sus propiedades se perderían para su tribu original y pasarían a las nuevas. Esto conduciría a la reducción de las posesiones de la tribu a la que perteneciesen las mujeres. El problema fue resuelto con la decisión de que en tales casos, la heredera debían casarse con un miembro de la tribu de su padre. Esto es lo que ocurrió, de hecho, en el caso de las hijas de Tz´lofjad, que se casaron con sus propios primos, pero esta norma se aplica solamente a aquella generación.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

Resumen de la Parashá Pinjas

Como recompensa por el celo puesto en la defensa del honor de Hashem, Pinjás, recibió la promesa de que la kehuná(sacerdocio) sería retenida por sus descendientes.

Los israelitas recibieron orden de prepararse para una guerra ofensiva contra los midianitas, quienes habían sido responsables de su degradación. Antes que esto ocurriera, Moshé y Elazar recibieron instrucciones de realizar un nuevo censo de la población (el anterior había sido hecho treinte y ocho años antes). Ahora que la conquista de Canaán estaba a la vista, era imprescindible que Moshe constatara no sólo el número de hombres capacitados y disponibles para la guerra, sino también de integrantes de cada tribu. Esto resultaba necesario como base para la justa división de la Tierra Prometida entre las tribus. La cantidad total de israelitas varones mayores de veinte años, es decir, sujetos a servicio militar, ascendió a seiscientos siete mil setescientos treinta. La extensión de la tierra a adjudicar a cada tribu debía ser proporcional a la cantidad de sus miembros y su ubicación geográfica sería resuelta por sorteo. Los leviím, que no participaban en la división de la tiera, fueron contados separadamente..

Tz”lofjad, miembro de la tribu de Menashé, había muerto en el desierto, dejando cinco hijas, pero ningún varón. Surgió entonces la cuestión de si las cinco hijas podían recibir la herencia del padre; de no ser así, la porción de tierra que hubiera recibido Tz”lofjad pasaría a otras manos. El caso fue llevado ante Moshé, quien lo sometió a la consideración de D´s. El dictamen final fue que si una persona no dejaba hijos, sus hijas tenían derecho a la herencia. Además, si alguien moría sin dejar descendencia, su propiedad pasaría a sus hermanos sobrevivientes o, si no lo había, a su pariente más cercano. De este modo se establecío el principio de que el título sobre la tierra debía permanecer dentro dela familia.

Hashem ordenó a Moshé que ascendiera a la montaña de Avarim, desde donde podía ver la Tierra Prometida. Sabiendo que estaba próximo el fin de sus días, Moshé manifestó preocupación po rle bienestar del pueblo en el futuro y solicitó que fuera nombrado su sucesor. D´s respondió que Iehoshúa Ben Nun asumiría el liderazgo. Moshé debía colocar sus manos sobre él para simbolizar la transferencia de autoridad. pero , a diferencia de Moshé, que había recibido instrucciones directamente del Todopoderoso, Iehoshúa sería guiado por Elazar, el Sumo Sacerdote, quien a su vez consultaría al Altísimo por medio de losUrim y Tumim.

Se recordó al pueblo que deberia continuar ofrendando sus sacrificios cuando entrara en Canaán. En consecuencia, fue dada una descripción detallada de los sacrificios públicos matutinos y vespertinos, además de los correspondientes a las distintas festividades.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

                                          

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Resumen de la Parashá Balak

Extraido de Lilmod uLelamed

Balak, rey de Moav, vió con angustia la victoria de los israelitas sobre los emoritas. Temiendo una invasión a su propio reino, concertó una alianza con sus antiguos enemigos, los midianitas. Luego envió mensajeros a Bilam, de Petor, un famoso hechicero, para solicitarle que maldijera a los israelitas. Bilam pidió a la delegación que se quedara con él toda la noche para darle tiempo de consultar a D´s si podía cumplir con el pedido. Durante la noche fue advertido por el Señor que no fuera con los enviados, de modo que los envió de regreso.

Pensando que una invitación más tentadora resultaría efectiva, Balak envió una segunda delegación, más numerosa y de mayor prestigio, que ofreció a Bilam grandes honores y recompensas si cooperaba. El hechicero, obviamente motivado por su codicia personal, le pidió que permanecieran con él hasta que pudiera recibir nuevamente las instrucciones de Hashem.

Esta vez recibió autorización para ir, pero a condición de que hablara solamente como el Señor le indicara. Balak encontró a Bilam en la orilla del Río Arnón y lo llevó a una ciudad cercana para asistir a una fiesta en su honor. Al Dia siguiente llevó a Bilam a una colina sagrada para los adoradores del Baal, desde donde podía ver parte del campamento israelita. Después, Bilam y Balak sacrificaron un carnero y un buey en cada uno de los siete altares, y Bilam le dijo a Balak que permaneciera cerca de al ofrenda ardiente mientras él se retiraba para consultar a D´s. A su regreso pronunció su primer discurso: “¿Por qué he de maldecir yo al que D´s no maldijo?”, preguntó. “…He aquí un pueblo que habitará solitario y no será considerado entre las naciones”.

Disgustado por la inesperada alabanza que hizo Bilam de los israelitas, Balak lo llevó a la cima del monte Pisgá esperando resultados diferentes. Pero una vez más Bilam decepcionó a Balak al declarar que Hashem no quebraría Su promesa de bendecir a Israel y que ningún tipo de magia prevalecería sobre ese pueblo. Balak, desesperado, pidió a Bilam que disistiera de maldecir o bendecir a los israelitas. Antes de partir, sin embargo, Bilam predijo la soberanía de Israel y la condena de Moav, Edom, Amalek y demás enemigos del pueblo judío.

Luego, los israelitas acamparon en Shitim. Allí, las mujeres paganas de Moav, aconsejadas por Bilam, tentaron a los israelitas a unirse a ellas en al adoración de Baal pero y partiricipar en una orgía idolátrica e imnmoral. Moshe sentenció a muerte a los pecadores y una plaga se difundió entre la congregación. Pinjas, el hijo de Elazar, elCohén Gadol, presenció un acto flagrante de inmoralidad entre un israelita y una mujer midianita. Defendiendo fanáticamente las leyes del Señor, ejecutó a ambos pecadores. La plaga cesó sólo después que hubieron perecido veinticuatro mil miembros de la congregación.

PARASHAT JUKAT

Resumen de la parashá

Una ceremonia especial de purificación fue establecida para aquellos que habían tocado un cadáver o habían estado bajo el mismo techo. Como parte de los ritos fue sacrificada una pará adumá (vaca roja) sin defectos fuera del campamento, y quemada junto con madera de cedro, hisopo y un hilo escarlata. Sus cenizas fueron mezcladas con agua de una corriente y salpicadas sobre la persona impura en el tercero y el séptimo día de su impureza. Al finalizar este último, después de haberse lavado las ropas y sumergido en un mikvé, la persona afectada podía participar nuevamente en el culto del Santuario.
Durante treinta y ocho años los israelitas erraron por el desierto y en ese tiempo murieron todos los miembros de la generación mayor de entre veinte y sesenta años, con excepción de Iehoshua y Calev. A comienzos del cuadragésimo año del éxodo, el resto de la población regresó a Kadesh. Fue allí donde murió Miriam, la hermana de Moshé y Aharón.
A su muerte dejó de fluir el agua del pozo que había acompañado milagrosamente a los israelitas. El pueblo comenzó a murmurar nuevamente contra Moshé por la falta de agua. Hashem dijo a Moshé y Aharón que le hablaran a cierta roca, de la cual fluiría agua suficiente para satisfacer a todos. Pero Moshé estaba tan disgustado por la constante falta de respeto del pueblo que golpeó impacientemente la roca en lugar de hablarle. Por no haber cumplido las instrucciones de D´s y haberlo deshonrado delante del pueblo, no se permitió a ninguno de los dos hermanos entrar en Tierra Santa.
Se instruyó entonces a la gente a fin de que se preparara para las etapas finales de su largo viaje. La única ruta disponible para ellos se extendía a traves de la tierra de Edom, al sur del Mar muerto. Moshé envió mensajeros al rey de Edom solicitando permiso para atravesar su territorio y ofreciendo pagar por el agua que el pueblo y el ganado pudieran beber. El rey no sólo se rehusó, sino que además les obstruyó el paso ubicando una fuerza armada. En consecuencia, los israelitas se vieron obligados a hacer un rodeo por el camino de las fronteras sureñas de Edom. Cuando la congregación llegó al monte Hor, Aharón murió y fue sepultado allí. Moshé designó a su hijo Elazar como Cohén Gadol (sumo sacerdote)

Después de rechazar exitosamente un ataque del rey canaanita de Arad, los fatigados israelitas se quejaron amargamente de la falta de agua y alimento. Consiguientemente, fueron castigados con una plaga causada por las mordeduras fatales de feroces serpientes. Cuando el pueblo admitió su error, Moshé ubicó una serpiente de bronce sobre una vara. Quienquiera que la mirara se curaría.
La congregación que había deambulado por el sur, el este y luego el norte, pasando por las tierras de Edom y Moav, se detuvo cuando llegó al río Arnón, la frontera entre Moav al sur y Emor al norte.
Sijón, rey de Emor, no quiso permitir que los israelitas pasaran por su tierra y lanzó su ejército contra ellos. Empero, con la ayuda de Hashem, la batalla terminó con la derrota total de los emoritas. Volviendo hacia el norte, a las fértiles tierras de Guilad y Bashán, los israelitas derrotaron la resistencia de Og, rey de Bashán, y tomaron posesión de su territorio. La tierra al este del Jordán había sido conquistada y los israelitas acamparon finalmente en la frontera de Moav, frente a Jericó.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

Parashat Koraj

Resumen de la Parasha

Un grupo de leviim bajo la dirección de Koraj, y otro de reuvenitas bajo el mando de Datán, Aviram y On encabezaron una revuelta contra Moshé y Aharón. En esta rebelión participaron doscientos cincuenta miembros prominentes de la congregación. La rebelión de Koráj estaba basada en el reclamo de que él debía haber sido designado nasí (dirigente) de la tribu de Leví. Datán y sus asociados reclamaban el derecho de liderazgo basado en su descendencia de Reuvén, el hijo mayor de Iaakov.

Moshé desafió a Kóraj y sus seguidores a aparecer al día siguiente para enfrentárselo. Después de advertir al pueblo que se mantuviera lejos de Kóraj y su grupo, Moshé anunció el método por medio del cual Hashem indicaría Su elección de los líderes. Si los rebeldes morían muerte natural, ello sería evidencia de que Moshé estaba equivocado, pero si eran tragados vivos por la tierra, el liderazgo de Moshé quedaría confirmado.
Tan pronto como Moshé terminó de hablar, Koráj y sus compañeros, como así también sus bienes, fueron tragados vivos por la tierra. El resto del pueblo huyó aterrorizado.

Los sobrevivientes comenzaron a murmurar contra Moshé, responsabilizándolo de la muerte de Kóraj y sus partidarios. A su turno, ellos fueron castigados por medio de una plaga que mató a otras catorce mil setecientas personas. Fue sólo cuando Aharon caminó entre la gente con un recipiente de incienso (siguiendo instrucciones de Moshé) que la plaga cesó.
Moshé ordenó luego al príncipe de cada tribu que llevara un bastón con su nombre al Ohel Moed. Estos bastones, junto con el de la tribu de Leví que tenía el nombre de Aharón, fueron colocados delante del Arca.

A la mañana siguiente, sólo el bastón de Aharón había producido brotes, flores y almendras. Esta fue la prueba indiscutible de que D’s había elegido a Aharón para el ser Cohén Gadol (sumo sacerdote). El bastón de Aharón fue conservado en el frente del Arca como una advertencia a las futuras generaciones para que nunca cuestionaran el derecho del linaje de Aharón a la kehuná (sacerdocio).

Puesto que los cohanim y levvím no tenían un territorio específico de la Tierra Prometida, serían mantenidos por contribuciones del pueblo. El cohén recibiría provisiones como los bicurim (primeros futos), el pidion B’jorim(rescate de los primogénitos), la t’rumá (parte de la producción de cada persona) y varias ofrendas. El leví recibiría maaser rishón (un décimo de la producción de cada persona), del cual tendría que apartar una porción para el cohén.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

PARASHAT SHELAJ

Resumen de la parashá

Los israelitas habían llegado a Kadesh, en el desierto de Parán. Doce representantes, uno por cada tribu, fueron enviados por Moshé para explorar la tierra prometida de Canaán y volver con un informe sobre las condiciones de la población, lugares de residencia y suelo. IehoshúaCalev formaban parte de este grupo de meraglim (espías).

Los enviados cruzaron secretamente el paso montañoso del Néguev, en el sur de Canaán, y atravesaron el país hasta el extremo norte. Regresaron al campamento luego de una ausencia de cuarenta días, llevando con ellos grandes racimos de uvas, granadas e higos como evidencia de la fertilidad de la tierra. Pero diez de los meraglim afirmaron que sería imposible para los b´nei Israel conquistar Cannán. Ellos consideraban que las ciudades estaban demasiado fortificadas y que sus habitantes eran muy poderoso. Iehoshúa y Calev no compartieron este informe pesimista y aconsejaron que el pueblo marchara sobre Canaán. Los israelitas, sin embargo, se adhirieron al informe de la mayoría y perdieron el ánimo, se alzaron en abierta rebelión, propusieron la elección de un líder para conducirlos de regreso a Egipto, rehusaron escuchar los renovados ruegos de Calev y Iehoshúa, y amenazaron con apedrearlos.

Hashem estaba colérico por esta falta de fe y expresó Su intención de destruir al pueblo y de formar una nueva nación exclusivamente con descendientes de Moshé. Nuevamente, éste intercedió exitosamente a favor de los israelitas, pero si bine logró evitar su aniquilación, los b´nei Israel fueron condenados a deambular por el desierto durante cuarenta años, uno por cada día que los meraglim habían investigado el país, hasta que todos los mayores de veinte años (con excepción de Calev y Iehoshúa) hubieran muerto. Entonces, los miembros de la nueva generación entrarían en la Tierra Prometida para ser testigos del cumplimiento de la promesa hecha por D´s.

Los meraglim que habían presentado el informe negativo murieron a causa de una plaga repentina. El pueblo comprendió tardíamente su error e intentó ir por su cuenta a Eretz Israel. Empero, sus miembros ignoraron la advertencia de Moshé de que Hashem no estaba con ellos y fueron totalmente derrotados por las tribus de Amalek y Canaán, que vivían en ese territorio.

Los israelitas recibieron la promesa de que sus descendientes poseerían Eretz Israel. El Señor loe dijo a Moshé que dictara la Ley que entraría en vigor en ese tiempo: que las ofrendas de comida y las ofrendas de bebida debían acompañar a la ofrenda de animales; que la parte de la masa llamada jalá debía ser apartada para Hashem, y que si la congregación practicaba la idolatría por error, debía expiar su culpa por medio de un sacrificio.

Mientras estaba en el desierto, el pueblo constató que un hombre profanaba Shabat. El transgresor fue mantenido en custodia hasta que el Señor le declaró a Moshé que debía ser apedreado por la congregación hasta morir.

Finalmente fue promulgada la ley que establece que deben usarse tzizit en las cuatro esquinas de las vestimenta para recordar al pueblo la necesidad de observar los mandamientos divinos en todo momento.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PARASHAT BEHAALOTEJÁ

Resumen de la parashá

A Aharón le fue confiada la tarea de disponer las seis lámparas exteriores de la menorá de modo que sus luces se proyectaran hacia el brazo central.

Los leviim se prepararon para el servicio en el Mishkán, purificándose mediante abluciones y sacrificios. Se les dijo que sólo aquéllos que tuviesen entre treinta y cincuenta años de edad tomarían parte en el servicio religioso, pero que los que tenían entre veinticinco y treinta años serían preparados para sus deberes futuros.

El primer Pesaj posterior al éxodo fue observado el día catorce de Nisán. Aquellos que estaban impuros solicitaron que a ellos también se les permitiera participar de las ofrendas de Pesaj. Una fecha especial, el catorce de Iyar, fue destinada a aquellos que estaban impuros o se encontraban a demasiada distancia en Pesaj como para llevar el Korbán (sacrificio) respectivo.

La nube del Señor alzándose desde el Mishkán era una señal para que los miembros del campamento continuaran su viaje. Moshé recibió orden de hacer dos trompetas de plata, que serían utilizadas para anunciar el comienzo de la marcha, convocar a todo el pueblo al Mishkán, dar la alarma antes de una batalla y proclamar ocasiones de júbilo, tales como las festividades de la luna nueva.

Después de casi un año en el desierto de Sinaí, si instruyó al pueblo para que viajara al desierto de Parán. Moshé le pidió a su suegro, Itró, que los acompañara, pero él prefirió retornar a Midián, su tierra nativa. 
Durante el viaje el pueblo comenzó a murmurar con el liderato de Moshe. Esto despertó la cólera de Hashem, que hizo estallar un incendio en medio del campamento, provocando el terror y la destrucción. El fuego se apagó sólo después de que Moshé hubo rezado al Señor a favor del pueblo.

Sin embargo, los israelitas no aprendieron la lección. Azuzados por las multitudes ajenas que los habían acompañado en su salida de Egipto, se quejaron nuevamente, esta vez por falta de carne en el desierto. Sus murmuraciones llevaron a Moshé a sentir que la carga de dirigir al pueblo era demasiado grande como para soportarla solo. D-s respondió ordenando a Moshe que reuniera a setenta ancianos para que le asistieran en la conducción del pueblo. Los ancianos fueron reunidos y el espíritu de profecía reposo sobre ellos.

En respuesta a la queja por la falta de carne y el gusto aburrido del maná, Hashem hizo que un fuerte viento arrastrara una gran cantidad de codornices desde el mar. El pueblo juntó las aves ávidamente, pero cuando comenzaron a comerlas, muchos de ellos cayeron muertos.

Miriam, la hermana de Moshé, fue castigada con lepra por difamar al hermano. Después de permanecer una semana fuera del campamento se curó completamente.

(Extraído del libro “Lilmod ULelamed” de Edit. Yehuda)

 

 

 

 

 

 

 

 

Parashat Naso

Resumen de la parashá

Fueron indicadas las tareas exactas que debían cumplir los hijos de Guershón, Kehat y Merari, y un censo reveló que ocho mil quinientos ochenta hombres entre los 30 y 50 años eran aptos para el servicio.
Todos los israelitas impuros debían ser enviados fuera de los distintos campamentos (majanot). Algunos sólo fueron trasladados de majané Sh´jiná(campamento de la Presencia Divina), y otros, de majané Leviá (Campamento de los Leviim). Los leprosos eran desplazados de los tres campamentos.
Fueron promuladas cuatro leyes relativas a los cohanim:
1.Si una persona confesaba tener en su poder incorrectamente una propiedad del vecino, tenía que agregar un quinto al monto original y llevar también una ofrena de culpa a D´s como expiación por su pecado. Si el dueño verdadero había muerto sin dejar herederos (esto es sólo aplicable a un converso), la restitución le era efectuada al cohén.
2. Un marido que sospechaba que su esposa le era infiel, debía presentar su queja al cohén con los requerimientos prescriptos en el tratado Sotá. El cohén tomaba entoneces agua bendita de la jofaina y la mezclaba con polvo del piso del Mishcán (Santuario). Luego juramentaba a la mujer y si ella era culpable sufriría daños después de beber las "aguas de la amargura". Las palabras del juramento estaban escritas en un rollo y eran borradas en el agua. La mujer bebía entonces el líquido. Si era culpable, las deformidades físicas que sufría testimoniaban su infidelidad. Entonces era acusada frente al pueblo y moría. Si era inocente, no sufría ningún daño y se le prometía la bendición de la maternidad.
3. El nazir era alguien que voluntariamente hacía la promesa de consagrarse completamente al servicio de Hashem por un período de tiempo determinado. Estaba obligado a abstenerse del vino y las bebidas fuertes que se obtienen de la uva; debía dejarse crecer el cabello y evitar el contacto con cualquier cadáver. Si se contaminaba accidentalmente, tenía que raparse la cabeza, ofrendar un sacrificio de expiación y comenzar a contar de nuevo el período de consagración a D´s. Cuando los días de su nezirut habían expirado, se le pedía que llevara un sacrificio, se afeitara la cabeza y quemara el cabello debajo del sacrificio. Después de realizar el cohén ceremonias adicionales, el nazir era liberado de nuevas restricciones y volvía a su forma de habitual.
4. Se indicaba a los cohanim que usaran una serie específica de bendiciones para el pueblo, como sigue a continuación: "¡El Señor te bendiga y te guarde! ¡Haga el Señor resplandecer Su rostro sobre ti y tenga de ti compasión! ¡Alce el Señor Su rostro sobre ti y te conceda la paz!.

El Mishcán había sido erigido e inaugurado el primero de Nisán, en el segundo año posterior al Exodo. Los doce dirigentes, cada uno en representación de su tribu, hicieron conjuntamente una donación de seis carros y doce bueyes para el transporte del Mishcán y su contenido. A los miembros de Guershon, que transportaban la tapicería, les fueron asignados dos carros y cuatro bueyes. Los miembros de Merari, a quienes se había confiado la carga más pesada, recibieron cuatro carros y ocho bueyes. Por otra parte, los miembros de Kehat no recibieron carros pues su misión era transportar las vasijas más sagradas sobre los hombros. Cada dirigente llevó idénticos presentes de vasos de oro y plata, animales para el sacrificio y ofrendas de comida en doce días sucesivos.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

 

PARASHAT BAMIDBAR
Resumen de la parashá

 

 

 

 

Durante el segundo año del éxodo de Egipto, Moshé y Aharón recibieron orden de Hashem de contar a todos los israelitas varones cuyas edades oscilaban entre los veinte y los sesenta años. Estos varones quedaron sujetos a cumplir el servicio militar. El censo reveló que seiscientos tres mil quinientos cincuenta hombres estaban disponibles para cumplir sus deberes en el ejército. La tribu de Leví fue excluída del censo general a causa de su misión especial en elMishcán (Santuario).

Debía mantenerse el orden y la disciplina en todo momento, ya fuera que los israelitas estuvieran acampados o en marcha. El campamento fue dispuesto en forma de cuadrilátero, con el Mishcán en el centro, protegido en sus cuatro lados por las tiendas de los leviím. Las doce tribus fueron divididas en cuatro grupos, cada uno de los cuales tenía el nombre de su tribu principal, y todas éstas formaban el cordón exterior. Iehudá, junto con Isajar Zevulún, estaban ubicados en el lado oriental del campamento; ReuvenShimón Gadacamparon en el lado sur, EfraímMenashé Biniamín se ubicaron en el extremo occidental, y DanAsher Naftalí en el área norte. Durante los viajes de la nación, el grupo liderado por Iehudá marchaba al frente, seguido porReuvénEfraim y, en la retaguardia, Dan. Algunos comentaristas sostienen que todo el conjunto se movilizaba como un cuadrilátero, conservando la misma forma que tenía cuando estaba acampado.

Originalmente, los primogénitos habían sido elegidos por D-s para cumplir los servicios sagrados. Después de cometido el pecado de éiguel hazahav (becerro de oro), esta codiciada tarea fue asignada a los leviím, quienes se habían mantenido fieles al Señor en todo momento. En consecuencia, Moshé recibió orden de encomendar a los levitas el servicio del Mishcán bajo la supervisión de Aharón y sus hijos. El censo efectuado reveló que había un total de veintidos mil trescientes leviím.

A cada una de las familias levíticas - Guershón, Kehat y Merari - le fue asignada una tarea aparte en el servicio del Mishcán. Los guershonim, en el aldo occidental, eran responsables del transporte de las cubiertas del Mishcán.Los kehatim, acampados en el lado sur, trnasportaban el Arca, el Shulján, laMenorá y los mizbeijot (altares). Los miembros de Merari, situados en el lado norte, tenían la responsabilidad de transportar las tablas, los pilares, las clavijas y los cubos del Mishcán. Los miembros de Kehat fueron advertidos de que no debían tocar y ni siquiera mirar los objetos sagrados, que eran cubiertos por Aharón y sus hijos antes de ser trasladados. Elazar, hijo de Aharón, era el supervisor general del Mishcán, cuidando en particular la provisión de aceite para las lámparas, el incienso, la minjá continua y el aceite de unción. Esto es parcialmente analizado en la parashá siguiente.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

 

 

 

Parashá Bejukotai

El séfer Vaikrá concluye con el fragmento en que Moshé contrapone las diferentes actitudes que seguirán a la obediencia o la contravención de los judíos a los mandamientos de Hashem. la adhesión a las leyes se traducía en prosperidad y paz para el pueblo. La tierra producirá en abundancia y los granjeros estarán ocupados todo el año en la siembra de semillas y el levantamiento de las cosechas. Con la protección del Señor, ningún enemigo atacará a los judíos y éstos disfrutarán la paz y felicidad.

Por otro lado, la contravención a las leyes de Hashem conducirá a la catástrofe. Si los judíos se rebelan contra D-s, serán castigados con enfermedades, hambre y los horrores del asedio de los enemigos, a los cuales seguirá el exilio nacional. Pero si los judíos se arrepienten de sus malas acciones, el Señor recordará de nuevo Su pacto con los patriarcas y los aceptará una vez más como Su pueblo.

Se analizan previsiones para aquellos que han hecho la promesa de contribuir al mantenimiento del Santuario. Si alguien consagra su propio capital o el de un miembro de us familia al Santuario, el monto que debe pagar varía según la edad y el sexo. Quien ofrece un animal casher que podría ser usado para un sacrificio en el Santuario, no puede sustituirlo por otro. Sin embargo, puede redimir un animal defectuoso pagando al cohén su valor monetario más un quinto.

La redención de una fracción de tierra entregada debía estar basada en la cantidad de años que restaban hasta el próximo iovel. Un primogénito (bejor) no puede ser destinado como ofrenda voluntaria porque ya es propiedad de Hashem. El maaser (diezmo) de producción agrícola podía ser redimido pagando su valor más un quinto, en tanto que el diezmo de animales recién nacidos (que fueron apartados para el sacrificio) no podía ser redimido.

La Torá concluye enfatizando que "éstos fueron los mandamientos dados por Hashem a Moshé en el monte Sinaí".

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

 

 

 

 

Resumen de la parashá

Parashá Behar

Después que hubieron tomado posesión de Canaán, lo sjudíos debieron observar cada séptimo aó como uno de shemitá (sabático) para la tierra. Durante su transcurso no debían sembrar los campos ni podar los viñedos, como así tampoco levantar la cosecha que hubiere crecido espontáneamente.

Cada cincuenta años debían observar el iovel (jubileo), que sería proclamado enIom Kipur. Durante ese año los campos no podían ser sembrados. Además, los esclavos hebreos debían ser liberados y todas las tierras devueltas a los dueños originales. Por consiguiente, el precio de la tierra que se vendía debía estar basado en la cantidad de años que restaban hasta el iovel. La tierra vendida a causa de la pobreza del propietario podía ser redimida por un pariente del dueño original o por éste mismo. Si alguien debía vender una casa en una ciudad amurallada, tenía un año de tiempo para redimirla. Debía hacerlo durante ese alpso desués del cual ya era demasiado tarde. Empero las casas en aldeas y ciudades apartadas para los leviím volverían a sus dueños originales durante el iovel.

Se debía prestar dinero a un judío pobre sin cobrarle intereses. Si el indigente se veía obligado a venderse como siervo, el amo judío debía tratarlo como un sirviente contratado y con respecto; el sirviente sería puesto en libertad durante el iovel. Un pariente rico podía redimir a un sirviente judío pagando a su amo una suma basada en la cantidad de años que restaban hasta el iovel.

 

 

 

 

 

Resumen de la parashá

PARASHAT EMOR

A causa de su posición privilegiada, el cohén debía ser modelo de pureza y perfección especialmente elevado. Tenía prohibido asistir a funerales, salvo los de sus familiares más cercanos, pues el contacto con la muerte lo contaminaba y le impedía cumplir con sus sagrados deberes. Además, no podía casarse con una mujer que no fuera casta, ni con una divorciada. Reglas aún más rígidas se aplicaban al Cohén Gadol (Sumo sacerdote), que no debía asistir a funerales, incluso al de su pariente más cercano, y sólo podía casarse con una mujer virgen. Cualquier defecto físico descalificaba al cohén para oficiar en el Mishcán (Santurio), aunque conservaba el derecho a su parte de las ofrendas.

También éstas debían estar libres de mácula. Sólo podía ofrecerse un animal de ocho días de vida. Una hembra y su cría no podían ser sacrificados el mismo día.

Durante el año, cierta cantidad de días eran proclamados como de asambleas sagradas, en las cuales se reunía todo el pueblo para rendir culto en elMishcán. Estos días sagrados, en los cuales estaba prohibido trabajar, eran proclamados en el siguiente orden:
a) El shabat, séptimo día de la semana
b) El primero y el último día de Pésaj, la fiesta del pan ázimo. Esta festividad debía ser observada desde el 15 al 21 del mes de Nisán. Una vez que los israelitas hubieran tomado posesión de la tierra de Canáan, debían presentar una gavilla de los primeros frutos de la cosecha de cebada el 16 de dicho mes. Esta ofrenda debía agitarse en el altar como expresión de gratitud a Hashem, y era llamada Omer
c) Shavuot, la fiesta de las semanas. Debía ser observada el 16 de Siván, el quincuagésimo día desde el comienzo del Omer. Se contaban siete semanas desde el segundo día de Pesaj y luego se llevaba al altar una ofrenda de comida consistente de dos hozagas hechas de la nueva cosecha de trigo. Se recordó a los israelitas su deber de dejar para los pobres las espigas caídas de la cosecha.
d) Rosh Hashaná, fiesta del año nuevo, tiene lugar el primer día del añó, Rosh Jodesh Tishrei. Este día es especial: en él se hace sonar el shofar.
e) Iom Kipur, Día de la expiación, se celebra el décimo día de Tishrei. Es una fecha en la cual el pueblo debe ayunar y rezar por la expiación de sus pecados. 
f) Sucot, fiesta de las cabañas. Debía ser observada entre el 15 y el 21 de Tishrei, con gran regocijo. El pueblo debía llevar cuatro especies (Etrog, Lulav, Hadasim, Aravot) como símbolo de acción de gracias, y vivir en cabañas durante ese período para recordar su deambular por el desierto. Sheminí Atzéret, el 22 de Tishrei, debía ser observado también como día de descanso solemne.

Después de esto se le recordó al pueblo su debe de proveer aceite de oliva puro para las lámparas del Bet Hamikdash (Templo sagrado de Jerusalen), que los cohanim debían mantener encendidas continuamente. El pan de proposición debía ser hecho con doce medidas de harina fina, dispuestas en dos filas.

Un converso que había blasfemado contra D-s fue ejecutado por orden del bet din (tribunal)

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

 

 

Parashá Kedoshim

Se exhorta a los benei Israel a ser kedoshim, de una elevada naturaleza de santidad. Este nivel espiritual puede ser alcanzado si uno respeta a los padres, observa el shabat y rechaza la adoración de ídolos. La repulsiva costumbre pagana de sacrificar niños a Moloj, el dios de los emoritas, y de practicar la brujería, son punibles con la muerte, pues contravienen esa santidad. También están prohibidos los ritos paganos de duelo consistentes en tatuar o mutilar partes del cuerpo. Están vedadas las mezclas irregulares, tales como la cruza de animales, o el entretejido de lana y lino (shaatnez), pues ofenden las leyes divinas de la naturaleza. No se deben comer los frutos de un árbol durante los primeros tres años después de haber sido plantados.

El judío se ha de distinguir por su compasión. Debe mostrar especial consideración por el pobre y el extranjero, pues nuestros antepasados también fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Por otra parte, debe dejar para los pobres la producción de las esquinas de su campo, así como las espigas caídas. Además debe hacer tratos con sus semejantes sobre bases totalmente honestas. En consecuencia, actos tales como robar, mentir y calumniar, deben ser estrictamente evitados. El empleador debe pagar a los obreros sin demora. El comerciante debe observar completa honestidad asegurándose de que sus balanzas y pesas sean absolutamente correctas. El juez no debe mostrar parcialidad en favor del pobre ni del influyente. Aquel que difama a una persona o desorienta a un ciego o a una persona ingenua, es severamente censurado. Un judío debe hacer todo lo posible por salvar la vida de otro que está en peligro. Debe también amonestar a un semejante que comete un ereror. Por otro lado, no debe odiar a nadie, sino amar a sus semejantes como a sí mismo.

Finalmente, debe reprimir los aberrantes pecados de adulterio, incesto y bestialidad. Las naciones paganas fueron destruídas porque practicaban esos actos abominables e Israel sufrirá ese mismo destino a menos que sus miembros observen fielmente todas las leyes de Hashem. Se espera de losbenei Israel que observen una forma de vida superior y permanezcan moralmente puros.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

 

 

 

 

Resumen de la parashá

Parashá Ajarei Mot

Después de que sus hijos Nadav y Avihú hubieron muerto como castigo por su servicio incorrecto, se le dijo a Aharón que entrara en el Kodesh Kodashim(Sanctasanctorum) una vez por año, en Iom Kipur. Ese día se expiaban los pecados cometidos por la comunidad, incluyendo los del sacerdocio, y el Santuario era purificado por si hubieran entrado en él judíos ritualmente impuros.

Ese mismo día el propio Cohén Gadol, atado la mayor parte del tiempo con ropas blancas antes que con doradas, ofrecía todos los sacrificios. Estos consistían en sus personales ofrendas quemadas de pecado, que él ofrecía por sí mismo, y ofrendas comunitarias similares llevadas en ombre del pueblo. Como parte del ritual, Aharón tomó un puñado de incienso y entró en el Kodesh Kodashim. Luego arrojó el incienso sobre carbón tomado del altar y la cubierta del Arca quedó envuelta en una nube de humo.

Dos machos cabríos fueron provistos por el pueblo como ofrenda y el Cohén Gadol echó a suertes para determinar cuál de los dos sería sacrificado. A continuación, apoyó su mano sobre la cabeza del otro animal, llamado Azazel, sobre el cual confesó lospecados del pueblo, y luego lo arrojó desde un acantilado, simbolizando así la remoción del pecado del pueblo. Se dio orden a los judíos de observar permanentemente ese día como el shabat más solemne, en el cual todo miembro de la Casa de Israel debía aflijirse por medio del ayuno y arrepentirse de sus malas acciones.

Nuevamente se advirtió al pueblo que los sacrificios podían ser ofrecidos solamente en el altar del Santuario. Ofrecer sacrificios en el lugar elegido por uno mismo era considerado un acto de idolatría. Además, si alguien deseaba sacrificar un animal para comer durante el período del desierto, debía ser traído como ofrenda de paz. Fueron promulgadas las leyes que prohiben comer carne de un animal que ha muerto sin haber sido sacrificado según el ritual, y también la ingesta de sangre.

Al pueblose le recordó que se esperaba de él un alto nivel de conducta moral si quería continuar siendo el elegido de D-s. Por consiguiente, el adulterio y los matrimonios ilícitos están fuera de la ley. Otras naciones habían sido destruídas porque sus miembros habían observado una conducta inmoral y el mismo destino tendrían los benei Israel si actuaban del mismo modo.

 

PESAJ

 

Resumen

Pascua o Pésaj, como se llama esta festividad en hebreo, conmemora la liberación de los Judíos de Israel de más de dos siglos de esclavitud en Egipto y recuerda el éxodo en masa de los judíos de ese país hace unos 3.300 años. Es la historia de la servidumbre que se hizo cada vez más opresiva y de los sufrimientos de Israel, la Misión encomendada por Dios a Moisés y a su hermano Aarón, sus esfuerzos incansables para asegurar la liberación de su pueblo, la obstinada oposición del Faraón egipcio, la serie de catástrofes ordenadas por la Divinidad que provocaron finalmente un cambio de opinión temporario en el Faraón y la huída de los israelitas - todo esto está relatado en Exodo, Capítulos del 1 al 15. Este suceso se convirtió en el punto central de la historia del pueblo judío porque cristalizó su identidad nacional y señaló su nacimiento como pueblo libre; asimismo, como resultado de las lecciones aprendidas de la experiencia de la esclavitud en Egipto y de la redención, proporcionó este episodio histórico un sólido fundamento a muchos de los conceptos más importantes de la fe y la ética judías.

La Torá denomina a Pésaj como "La Festividad del Pan Acimo" (Jag hamatzot), observancia con la que se la identifica en su forma más característica. En el libro de oraciones también se denomina "la fecha de nuestra liberación" (Zemán jeruteinu) que es su tema dominante.
El nombre de Jag Hapésaj, en su significado de "Festividad Pascual" es, sin embargo, el más común. Pésaj se refiere a la ofrenda pascual hecha en la víspera de la festividad, que conmemora la promesa de Dios de que "pasaré de largo sobre vosotros y no habrá en vosotros plaga de mortandad" (Exodo 12:13). El nombre de Pésaj (Pascua) es también el que se utiliza generalmente en la Mishná y en toda la literatura rabínica.
El significado agrícola de Pésaj es que señala también el temprano período de la cosecha en la tierra de Israel. La cosecha de la cebada está señalada por la ofrenda especial ofrecida del Omer en el segundo día de la Pascua.

Leyes de Jametz y Matzá

Por siete días comeréis panes ácimos. (Exodo 12: 1 5)

Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras moradas comeréis panes ácimos (matzot).(Exodo 12:20)

  • Es característico de Pésaj comer únicamente pan ácimo (matzá) y las estrictas prohibiciones de poseer, así como de comer, pan leudado o cualquier otro alimento que posea levadura (jametz). "Porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será borrado de Israel" (Exodo 12:15). Y nuevamente "Por siete días no se hallará levadura en vuestros casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será borrado de la congregación de Israel" (Exodo 12:19).
    Estos preceptos se encuentran entre los que fueron transmitidos a los lujos de Israel por Moisés antes de la salida de Egipto y de su liberación de la esclavitud. "Y guardaréis (la festividad de) los panes ácimos ... guardaréis esta fecha, de generación en generación, como institución perpetua" (Exodo 12:17).
    También está prohibido poseer jametz durante Pésaj, inclusive si no se lo come. "Y no se verá contigo nada leudado, ni levadura en todo tu territorio" (Exodo 13:7) y "Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas . . ." (Exodo 12:19).

     
  • Estas prohibiciones (que no debe verse ni encontrarse nada leudado no se aplican al jametz que pertenezca a un no-judío. Cuando un no-judío se encuentra de visita, trabaja, o alquila una habitación que pertenezca a un judío, no le está prohibido traer jametz a esos lugares. Este jametzdel no-judío debe, sin embargo, estar limitado a sus propias habitaciones y separado de tal manera que no pueda ser tomado inadvertidamente por un judío.
     
  • También está prohibido obtener algún beneficio, ganancia o ventaja deljametz, durante esa semana, inclusive si éste pertenece a un no-judío.
     
  • La prohibición de comer comida leudada y la prohibición contra agentes leudantes (como por ejemplo la levadura) es la misma y equivalente en todos los sentidos.
     
  • La prohibición de la Torá contra el jametz entra en vigencia a mediodía del día catorce de Nisán (La festividad en sí sólo comienza al anochecer). Para evitar una transgresión involuntario del período preceptuado por la Biblia los Sabios adelantaron el período de prohibición por dos horas, permitiendo comer jametz sólo durante el primer tercio del día (generalmente hasta las 9:15 o 9:30 de la mañana). La duración del día se cuenta desde el amanecer hasta la caída de la noche.
     
  • En la Diáspora - todos los países fuera de Israel - las leyes referentes aljametz se extienden por un día suplementario, ya que el Pésaj se debe observar en la Diáspora durante ocho días.
     
  • ¿Qué es jametz?
    -
     Jametz es cualquiera de los cinco cereales principales: trigo, centeno, cebada, avena, y escanda, que haya estado en contacto con agua durante dieciocho minutos por lo menos. Se considera que este grano 
    - harina inició el proceso de fermentación. 
    Jametz es toda comida preparada con cualquiera de esos granos y en las que éstos se encuentren como ingrediente, aún en las cantidades más ínfimas. La única excepción es la matzá que constituye el preceptuado pan sin levadura y en cuyo horneado se han adoptado todas las precauciones necesarias. La matzá en la que no se tomaron las precauciones necesarias para impedir el comienzo del proceso de leudación, se convierte en jametz. Esta es la razón por la que la matzáproducida para el consumo diario durante el año debe señalar en su envoltorio: "No apta para Pesaj " 
    - El uso de vajilla y utensilios en los que pudo quedar la más mínima partícula de jametz, está prohibido durante Pésaj, a menos de que se posible hacerlos coser y de que ésto se haga con la debida antelación.
    - Hornos y cocinas utilizadas a lo largo del año no pueden ser utilizadas en Pesaj a menos que hayan sido limpiados y hechos casher según los procedimientos prescritos. 
    - Aunque no están clasificados por la definición bíblica como jametz, los judíos ashkenazitas siguen la costumbre de no comer en Pésaj arroz, maíz, maníes y otros vegetales de la familia de las leguminosas, considerándolos como si fueran jametz. La razón de esto se debe a las violaciones que resultaron de la confusión entre estos productos que a veces fueron molidos y hechos harinas y horneados como "pan" frente a los "verdaderos" panes hechos de los cinco cereales que son jametz.

     
  • ¿Qué no es jametz? Todo lo demás está permitido, a menos que haya sido preparado en utensilios jametz o mezclado con ingredientesjametz, lo que convertiría inmediatamente en prohibido toda la preparación. Las siguientes categorías de alimentos no son en sí mismas jametz:
    - Carne, aves, pescado.
    - Todas las frutas.
    - Todos los vegetales (con la excepción del maíz, el arroz, y las leguninosas entre los judíos ashkenazitas). 
    - Todas las especias.
    - Los productos lácteos.

     
  • Para garantizar que todos los alimentos procesados en forma industrial no contengan ingredientes que los puedan convertir en prohibidos para Pésaj, es conveniente adquirir todos los alimentos envasados, embotellados y que hayan sido autorizados por las autoridades rabínicas competentes llamadas a supervisar la preparación de los productos de la compañía. Las materias primas o los productos frescos incluídos en las primeras cuatro categorías enumeradas anteriormente no requieren una autorización especial.
     
  • Los productos fabricados con jametz que no son comestibles -inaptos para el consumo humano o el animal- no necesitan ser tratados comojametz en los que respecta a su posesión, utilización o derivación de beneficios que de ellos se puedan obtener. Las prohibiciones bíblicas se refieren solamente a los productos comestibles tanto para los humanos como para los animales.
     
  • ¿Qué es matzáMatzá es una oblea sin levadura preparada con agua y harina de cualquiera de los cinco cereales nombrados: trigo, centeno, cebada, avena o escanda. Debe vigilarse cuidadosamente estos granos y la harina de ellos resultante para evitar cualquier contacto prematuro con el agua o con cualquier otro agente leudante. Todo el proceso del horneado no debe sobrepasar los dieciocho minutos desde el momento en que el agua y la harina se han mezclado en una masa.
     
  • En la actualidad la mayoría de la matzá se prepara a máquina, aunque hay todavía algunas personas que prefieren preparar la matzá a mano. El perfeccionamiento de la maquinaria moderna para mezclar la masa, etc., no sólo hizo posible una matzá de mejor calidad y de un nivel más elevado, sino que también aseguré mayor celeridad en el proceso de preparación, reduciendo de esa manera el peligro de leudado.
     
  • No tiene importancia si la matzá es redonda o cuadrada; la forma no tiene ninguna significación especial.
     
  • Una vez horneada, la matzá no está expuesta al leudado. De esta manera se preparan diversos productos con la matzá terminada que puede ser partida o molida en farfel de matzá, hojuelas de matzá o harina de matzá (un producto parecido a una harina gruesa que puede utilizarse para hornear tortas, etc.).
     
  • ¿Qué es matzá shemurá"Shemurá" significa guardada o vigilada. Deriva del versículo, "y guardaréis (la festividad de) los ácimos (matzot)"(Exodo 12:17), que también connota "y cuidaréis las matzot" (para que no se transformen en jametz). En la opinión de la mayoría de los sabios -y estas es la Halajá- este cuidado se requiere solamente desde el momento en que el grano se transforma en harina. Debido a que todamatzá horneada para su uso en Pésaj, es cuidada de esa manera (mishaat tejiná) - desde el momento de su molienda, técnicamente todamatzá casher para Pésaj es matzá shemurá.
    Sin embargo, en vista del hecho de que algunos sabios eran de opinión de que es necesario cuidar el trigo de la matzá para que no entre en contacto con el agua desde el momento de la cosecha (mishaat ketzirá), las personas que son particularmente escrupulosas en estos asuntos ponen cuidado especial por comer solamente la matzá que posea esa medida suplementaria de vigilancia (Shemirá). Algunos lo hacen durante toda la semana de Pésaj; otros solamente para la noche del seder. Actualmente el términ matzá shemurá se aplica generalmente a esta matzá vigilada desde el momento de la cosecha.

     
  • En tanto que el jametz está prohibido durante toda la semana de Pésaj, comenzando por la mañana que precede el comienzo de la festividad, el precepto de comer matzá se aplica solamente a la(s) noche(s) del séder (y el precepto se cumple comiendo por lo menos un trozo no más pequeño que el tamaño de una aceituna grande [kezait]). Después de la(s) primera(s) noche(s), comer matzá es absolutamente optativo. Ningún precepto se viola, siempre que no se ingiera jametz
     
  • Debido a que no está permitido derivar ningún beneficio del jametz no se debe alimentar con él, (comida que contenga cualquiera de esos cinco cereales) ni siquiera a las propias bestias o animales domésticos. Si no fuera posible cambiar la dieta del animal durante esta semana, debe procederse a la venta del animal a un no-judío y el bestia debe entregarse efectivamente al comprador. El no-judío debe saber que después de Pésaj habrá interés en comprarlo nuevamente, incluso a, un precio mayor.

 

PARASHAT METZORÁ
Resumen de la parashá

Después de dar a luz, toda madre tenía prohibido entrar en el Santuario durante 40 días; si había tenido una hija, el período era de 80 días. A la terminación de este plazo, la madre llevaba ofrendas quemadas y de pecado al Santuario, y era considerada ritualmente pura.

La persona que contraía la enfermedad de tzaráat (similar a la lepra) tenía prohibido entrar en el Santuario. Por consiguiente, cuando el color de la piel indicaba que podría estar aquejada de la enfermedad, era examinada por el sacerdote. Si el cohén, después de revisar las manchas o costras de la piel, no podía dar un veredicto definitivo referente al tzaraat, la persona era aislada durante siete días y luego reexaminada. Si la apariencia de la piel permanecía igual, el enfermo era confinado por otros siete días. Luego se realizaba un examen final. Si la marca no se había extendido, la persona era declarada ritualmente pura. Por otra parte, si las manchas se habían difundido, la persona era declarada metzorá, enferma de tzaraat. Era enviada entonces a vivir fuera del campamento de la congregación, con las ropas rasgadas, y el cabello desgreñado. Se le indicaba que gritara "impuro, impuro", como advertencia para que los demás no lo tocaran.

Cuando la enfermedad disminuía, la persona era examinada nuevamente por un cohén, fuera del campamento, para asegurarse de que la recuperación era completa. Las elaboradas ceremonias de purificación que seguían se extendían por ocho días, y se observaban ritos especiales durante el primero y el último. El sacerdote ofrecía sacrificios y en el proceso de purificación se usaba madera de cedro e hisopo. El ex metzorá era entonces declarado miembro pleno de la comunidad.

Las leyes de tzaraat se aplicaban por igual a una vestimenta y a una casa. Si las ropas mostraban signos de tzaraat, podían ser quemadas, según el caso. Si una casa aparecía súbitamente marcada con rayas verdes o rojas, era tapiada por siete días. Si las rayas se extendían, las piedras afectadas eran removidas y reemplazadas por otras nuevas. La casa era revocada y las viejas piedras y el polvo eran arrojados en un área contaminada, especialmente establecida fuera del campamento. Si aún quedaban signos de tzaraat en las paredes, todo el edificio era demolido y sus materiales arrojados en el área contaminada fuera del campamento.

Ciertas impurezas físicas hacían a un hombre o una mujer ritualmente impuros y, por ende, tenían prohibido entran en el Santuario o tocar objetos sagrados. Este estado de impureza finalizaba después del tiempo prescripto para las ceremonias especiales de purificación.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

 

PARASHAT SHMINÍ

resumen de la parashá

Los cohanim asumieron sus cargos después de los siete días de iniciación. En ese momento toda la congregación estaba de pie en actitud reverente frente al altar, mientras Aharón ofrecía sacrificios por sí mismo y por la nación entera. Después que hubo bendecido a la asamblea, Aharón se unió a Moshé en el interior del Mishcán y a su regreso las porciones del sacrificio que estaban aún en el altar fueron consumidas por el fuego Divino. Viendo esto, el pueblo cayó de rodillas en adoración delante del Señor.

Nadav y Avihú, los hijos mayores de Aharón, ofrecieron incienso sobre fuego no consagrado y no tomado del altar. Una transgresión tal por parte de cohanim, que debían dar el ejemplo para el resto de la asamblea, era imperdonable. En consecuencia, ambos fueron condenados a ser consumidos por el fuego que venía "de la presencia del Señor", y murieron instantáneamente. Aharón estaba abrumado por el dolor de esta tragedia, pero Moshé le explicó que los cohanim tenían la responsabilidad especial de mantener el elevado nivel de santidad requerido de ellos por Hashem. Para evitar que los restantes cohanim se impurificasen tocando los cadáveres, los primos de Aharón, Mishael y Eltzafán (que no eran sacerdotes), fueron encargados de sepultarlos. Aharón y sus dos hijos restantes, Elazar e Itamar, recibieron instrucciones de no manifestar aflicción, para demostrar su sumisión a la voluntad de D-s. También se advirtió a los cohanim que no bebieran licor fuerte (como lo habían hecho Nadav y Avihú) antes de cumplir con sus deberes en el Mishcán, o de instruir al pueblo.

Aharón y sus hijos dejaron de comer su parte de la ofrenda de pecado llevada en nombre del pueblo, y el sacrificio se quemó completamente. Esto contradecía la orden de que una cierta porción de la ofrenda fuera comida por ellos dentro del Mishcán. En respuesta al reproche de Moshé, Aharón le explicó que puesto que el korbán se había tornado impuro y no había una orden específica de D-s respecto a cómo actuar en ese caso, estaba prohibido comerlo.

Pureza y santidad debían ser los principios subyacentes en la vida diaria entre los judíos. Aunque tenían permitido comer carne de animales, estaban restringidos en cuanto a la elección de alimentos, pues debían abstenerse de comer productos impuros, no casher. Sólo debían ingerir carne de aquellos cuadrúpedos que tenían completamente divididos los cascos y eran rumiantes. (Esto significaba que especies como el camello, la liebre y el cerdo estaban prohibidas). En cuanto a peces, sólo debían comer los que tenían aletas y escamas. (Esto excluía los moluscos y otras especies semejantes). En cuanto a los pájaros, los de rapiña fueron declarados prohibidos. Algunos insectos y criaturas que se arrastran fueron clasificados como impuros.

Por ende, se hizo una distinción "entre lo impuro y lo puro, y entre los animales que pueden ser comidos y los que no pueden serlo".

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

PARASHAT TZAV
Resumen de la parashá


A los cohanim les fue otorgado la mitzvá de t´rumat hadeshen, recoger las cenizas de las olot (ofrendas consumidas) diarias. También se les encargó mantener el fuego del altar encendido permanentemente. Aharón, el Cohén Gadol, recibió instrucciones de llevar diariamente una ofrenda de comida en la mañana y otra al anochecer.
También fueron promulgadas otras leyes que especificaban los deberes de loscohanim y las porciones de las ofrendas que debían recibir. Podían comer de las ofrendas de comida, de pecado y de infracción si estaban ritualmente puros, y sólo dentro del atrio del Santuario.
En una impresionante ceremonia llevada a cabo en ese lugar, Aharón y sus hijos fueron instalados en sus cargos por Moshé en presencia de la asamblea. Después de que los cohanim se hubieran bañado, Moshé vistió a Aharón con su ropa distinta y ungió el Tabernáculo y sus elementos (el Arca, la mesa del pan de proposición, los candelabros y el altar del incienso), como así también el altar de la ofrenda quemada y la jofaina y su base (todo lo cual se hallaba en el atrio del Santuario). Lueo vertió el aceite de unción sobre la cabeza de Aharón, santificándolo. Finalmente, los demás cohanim fueron vestidos con sus ropas especiales. Moshé llevó luego una ofrenda de pecado y otra quemada. Estos ritos fueron repetidos durante siete días, lapso en el cual Aharón y sus hijos permanecieron en el atrio.
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

PARASHAT VAIKRÁ
Resumen de la parashá

Los cinco principales korbanot (sacrificios) que podían ser ofrecidos por una persona eran:

1) Olá: ofrenda enteramente consumida por el fuego en el mizbeaj (altar)

2) Minjá: lealtad-obsequio. A diferencia de los otros korbanot que consisten de animales, ésta era una ofrenda de harina usualmente llevada por un hombre de medios modestos

3) Shlamim: ofrenda de paz. Un medio de expresar agradecimiento a D-s en ocasiones de regocijo. También incluye el korbán todá (en "acción de gracias", analizado en la parashá Tzav).

4) Jatat: ofrenda por pecado. Una expiación por ciertos pecados cometidos sin intención por un individuo, incluso el Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), el rey el Sanhedrín (suprema corte) en su totalidad. Comprende también las prohibiciones punibles con caret cuando son transgredidas intencionalmente, por ejemplo, comer jametz en Pésaj o realizar una melajá (trabajo) en shabat.

4A) Korbán olé veiored: un tipo especial de ofrenda por pecado que varía de acuerdo con la riqueza del pecador. Es requerido para las siguientes transgresiones:
a) Jurar en falso que uno no ha visto ni oído evidencia necesaria para un testimonio
b) Entrar en el Bet Hamikdash o comer kodashim mientras se está en estado de tumá (impureza)
c) Dejar sin cumplir una promesa
Conmovido en su conciencia, el pecador confesaba su mala acción y estaba obligado a llevar este sacrificio.

5) Asham: ofrenda por un culpa. Ofrecida como parte de la penitencia requerida por ciertos actos impropios, tales como:
a) uso no intencional de propiedad apartada para Hashem (Kodashim)
b) retención de propiedad ajena por un falso juramento
En cada caso el pecador, luego de confesar su culpa, debía restaurar primero la propiedad, más un adicional de un quinto de su valor, al verdadero dueño, antes de que pudiera ofrecer el sacrificio y recibir el perdón divino por su pecado.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

 

Resumen de la parashá

Parashá Pekudei

Por orden de Moshé fueron calculados los gastos totales de la construcción del Santuario. La obra fue inspeccioanda y aprobada por él mismo, que luego bendijo al pueblo por su aporte a ese magnífico logro.

El primer día del mes de Nisán, casi un año despues de la partida de los judíos de Egipto, fue erigido el Mishkán bajo la supervición personal de Moshé, y los elementos fueron dispuestos en su interior en el orden prescripto.

Una nube cubría el Mishcán, que estaba rodeado por la glora de Hashem. Cada elevación de la nube indicaba el deseo de D-s de que los israelitas continuarán su viaje.

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

 

Parashá Vaiakhel
Resumen de la parashá

Moshé transmitió a los bnei Israel los detalles de las órdenes del Señor relativas al Santuario y sus contenidos, pero primero enfatizó la santidad del Shabat, durante cuyo transcurso está prohibido efectuar cualquier trabajo. Cuando se les pidió que contribuyeran al fondo de construcción del Santuario, los benei Israel respondieron muy generosamente y cada individuo donó todo lo que pudo. Las mujeres capacitadas tejieron el material de lino. Los príncipes de cada tribu ofrecieron piedras preciosas para el pectoral, así como también aceite y especias para el incienso. Algunas mujeres donaron incluso sus espejos de cobre bruñido para la jofaina y su jarra.

Moshé hizo especial mención del hecho de que Hashem había elegido a Betzalel, de la tribu de Iehudá, un hombre sabio, comprensivo y de experiencia, para supervisar los detalles de la construcción. Fue ayudado por Oholiav, de la tribu de Dan, que eran un grabador y tejedor talentoso.

Las contribuciones para la construcción del Santuario fueron tan abundantes, que los trabajadores llegaron a informar que tenían más material del que necesitaban. Pronto, sección por sección, el Santuario y su contenido comenzaron a tomar forma. Se pidió entonces al pueblo que interrumpiera las donaciones.

 

PARASHAT KI TISÁ
Resumen de la parashá

Cuando se hizo el censo de los israelitas varones mayores de veinte años (sujetos, por ende, a servir en el ejercito), cada uno de ellos debió pagar medio shekel de plata. Este metal era usado para la construcción del Santuario. Debía hacerse también una jofaina de bronce para ser utilizada por Aharón y sus hijos para el lavado de manos. Estaba ubicada en el atrio, entre el altar de ofrendas quemadas y la entrada al Santuario. Para ungir a sacerdotes y vasijas era utilizada una mezcla de aceite de cuatro hierbas aromáticas prescriptas, mezclada con aceite de oliva, y se preparaba incienso para uso sagrado, hecho con especies dulces seleccionadas.

Betzalel, de la tribu de Iehuda, y Oholiav, de la tribu de Dan, fueron elegidos por la Divinidad para aplicar su habilidad como artesanos a la supervición del trabajo de construcción del Santuario. Aunque la construcción del Mishcán era de la mayor importancia, no debía anular la observancia del shabat y el pueblo recibió ordenes de cesar todo trabajo durante el día de descanso.

Moshé había permanecido en el monte Sinaí durante cuarenta días y cuarenta noches y el pueblo, temiendo que no regresara, reclamaba un objeto visible que pudiera adorar. Persuadió a Aharón para que diera forma a la imagen de un becerro, fundiendo el oro de sus joyas. Los judíos llevaron ofrendas quemadas y de paz a ese ídolo, alrededor del cual cantaron y danzaron. Ese despliegue de herejía provocó la ira de D-s, y ordenó a Moshé que descendiera. Le informó del pecado de Israel y declaró que destruiría a esa nación traidora. Moshé suplicó al Señor que tuviera piedad y no diera a los egipcios la oportunidad de regocijarse con la desgracia de los israelitas, sino que recordara Su pacto eterno con los patriarcas. Al oír este ruego, Hashem concedió al pueblo judío una nueva oportunidad.

Mientras descendía de la montaña el diecisiete de Tamuz, con las dos Tablas de la Ley grabadas por D-s, Moshé oyó los gritos de la orgía y al observar la oprobiosa conducta del pueblo, las arrojó al suelo. Luego, destruyó el becerro de oro y lo echó al fuego, después de lo cual lo molió hasta convertilo en polvo, que echó en una corriente de agua de la cual hizo beber al pueblo. Reprochó a Aharón por lo ocurrido y éste se justificó diciendo que se vio forzado a cumplir las demandas del pueblo. Moshé convocó a todos sus partidarios a reunirse alrededor de él y la tribu de Levi respondió inmediatamente. A su orden, los miembros de Leví recorrieron el campamento y mataron alrededor de trescientos jefes de la revuelta. El amor y la compasión de Moshé por el pueblo lo impulsó a rogar al Señor que lo perdonara, pues si fuera destruido él perdería el deseo de vivir. La respuesta que recibió fue que sólo serían castigados aquellos que habían pecado intencionalmente, y que en vista de la intercesión de Moshé el pueblo sería conducido a la Tierra prometida por un envaido de Hashem, no por El mismo. Al enterarse de la reprobación del Señor por sus acciones, los israelitas se lamentaron y se quitaron los ornamentos en señal de pesar.

Moshé levantó su tienda fuera del campamento que había sido profanado por el becerro de oro. En íntioma comunión con D-s pidió una revelación de los atributos divinos para ayudarlo en la conducción del pueblo. El Señor volvió a asegurarle que El sería piadoso y guiaría a los judíos hacia Eretz Israel, pues Moshé personalmente había hallado gracia en Sus ojos. En respuesta a un pedido de que se le permitiera contemplar la Gloria Divina, se le dijo a Moshé que ningún mortal podía ver a Hashem y continuar viviendo. No obstante, se le permitió una mirada fugaz al resplandor divino a través de una grieta en la roca montañosa.

Una vez más Moshé ascendió solo a la montaña, llevando consigo las dos nuevas tablas de piedra que se le habia ordenado preparar. D-s descendió en una nube, se reveló como el Señor de la Piedad, la Bondad y la Verdad, y renovó Su pacto con Israel repitiendo los principales mandamientos que había dado previamente. Estos incluían la prohibición de la idolatría, la observancia de las festividades y la santificación del Shabat.

Hashem inscribió los Diez Mandamientos en las dos tablas de piedra, mientras Moshé registraba el contenido del pacto renovado. Después de pasar otros cuarenta días y cuarenta noches en la montaña, lapso durante el cual se abstuvo de comer y beber, Moshé descendió de la montaña y regresó al campamento. Su rostro refulgía con el resplandor Divino. A continuación comunicó las palabras del Altísismo, oídas por él en el monte Sinaí, a Aharón, los ancianos y toda la asamblea. Luego que hubo terminado de hablar se cubrió el rostro radiante con un velo. De allí en más sólo se lo quitaba cuando se encontraba ante la presencia del Señor, o cuando transmitía Su mensaje al pueblo.

 

(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

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